El independentismo catalán está más fracturado que nunca. Tras la doble negativa de la formación antisistema y de izquierdas de la CUP de investir a Artur Mas de nuevo como presidente de la Generalitat, en el grupo parlamentario de Junts pel Sí han surgido las primeras “tensiones” internas entre Convergència Democràtica (CDC) y sus socios de Esquerra Republicana (ERC).
“Estamos muy desilusionados con la actitud de la CUP que, aunque era previsible porque siempre habían dicho que no investirían a Mas, pensábamos que iban a ser más flexibles en pos del proceso independentista pero no ha sido así”, explica en los pasillos del Parlament un alto dirigente de CDC muy próximo a Mas.
"Pensábamos que iban a ser más flexibles en pos del proceso independentista", cuenta un dirigente de CDC próximo a Mas
“Esto es intolerable: estamos de acuerdo en iniciar la ruptura independentista con España, tenemos la mayoría de 72 escaños con la CUP y ahora ellos nos hacen la trampa de impedir la investidura de Mas y retrasar el inicio del proceso. Esta actitud negativa con Mas de la CUP tendrá consecuencias en las negociaciones para una tercera investidura”, relataba un alto dirigente de Junts pel Sí de la Mesa del Parlament.
Convergència teme un pacto de la CUP y ERC contra Mas
“Lo que tememos una parte de Convergència es que exista un pacto interno u oculto entre ERC y la CUP para acordar e imponer tras las elecciones generales un candidato distinto a Mas si obtienen más voto en las generales y será muy difícil que en CDC aceptemos un candidato distinto a Mas”, prosigue el dirigente convergente.
Lo que sí es evidente es que la negativa de la CUP a investir a Mas ha fracturado las relaciones entre CDC y la CUP, pero también con ERC al que ven un socio “dormido” que despertará si tiene más votos en el Congreso. Tampoco se está produciendo, por el momento, voces internas en CDC o ERC que pidan la dimisión de Mas y que deje espacio a otro candidato y no dificulte el inicio del proceso rupturista que quieren emprender los separatistas fuera de la legalidad de la Constitución y del Estatut.
Mientras la fractura interna se acentúa en el independentismo de CDC y en las filas de ERC, la CUP sigue su calendario a pesar de disponer únicamente de 10 escaños en el Parlament del total de 135 escaños. Desde las filas de la formación antisistema se asegura a este diario que “lo importante no es Mas, sino ensanchar la base social en Cataluña que defiende la independencia y abandonar los nominalismos”. Ante la pregunta de si estarían de acuerdo o facilitarían la investidura de otro candidato distinto a Mas en acuerdo con ERC, desde la CUP se contesta: “todo es posible en las próximas semanas”.
Las exigencias sociales de la CUP para negociar
La CUP trasladará a su militancia el próximo 29 de noviembre la oferta lanzada estos dias por Artur Mas y evitar, así, "la intoxicación "generada por informaciones parciales sobre las conversaciones. En la segunda sesión del debate de investidura. El diputado de la CUP, Antonio Baños, ha explicado en el Parlament, que su 'no' en la segunda votación de la sesión de investidura es una negativa "tranquila" puesto que el "sí importante", el de la independencia y el de la eventual la República Catalana no se sustancia este jueves. "Damos hoy un 'no' tranquilo que no cierra nada, sino que abre la puerta", ha explicado Baños.
En opinión de otros dirigentes de la CUP consultados por Vozpópuli en el Parlament, la oferta lanzada por Mas les parece “un remedo del acuerdo de Govern firmado en el 2012 entre CiU y ERC”, pero reconocen que la propuesta de Artur Mas de someterse a una cuestión de confianza pasados 10 meses del inicio de la andadura del Ejecutivo era "positiva" por cuanto iba en la línea de la fuerza anticapitalista de fiscalización de la obra gubernamental.
Lo que sí ha podido conocer este diario son las propuestas sociales que la CUP ha puesto como “condición fundamental” para proseguir en las próximas semanas las negociaciones con Junts pel Sí de cara a facilitar otro candidato para una tercera sesión de investidura en el Parlament.
Las CUP ponen encima de la mesa propuestas sociales como condición fundamental para proseguir las negociaciones con Junts Pel Sí
Las 39 propuestas sociales se estructuran en bloques y combinan peticiones sobre la pobreza energética y la dotación de 95 millones de euros para el Servicio Catalán de Empleo con la "garantia de acceso a la tierra para cultivar alimentos para el autoconsumo mediante la constitución de bancos de tierras de carácter público", entre otras medidas dirigidas a crear una renta mínima universal y que Cataluña pueda “bajar por sí misma” el coste del recibo de la luz.
En el capítulo de las privatizaciones, la CUP pide frenar la venta de Aigües Ter-Llobregat y de la Agència Catalana de l'Aigua, así como la retirada definitiva de los proyectos "privatizadores" del Consorci Sanitari de Lleida, entre otros.
En cuanto al frente judicial, la CUP exige como condición a Junts pel Sí pide que la Generalitat se retire como acusación de todos los procesos abiertos por casos de "persecución política, disidencia o desobediencia a leyes injustas", en la mayoría de casos se refiere a causas abiertas contra okupas y jóvenes presuntamente vinculados a atentados provocados por la extrema izquierda radical. La formación antisistema también reclama, en el ámbito de la lucha contra la corrupción, que se dote de expertos en materia económica y financiera a los Mossos d'Esquadra.
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