Durán i Lleida ha comentado a su equipo de confianza que CiU podría contar con el respaldo de Mariano Rajoy para dar estabilidad a la política catalana, puesto que la prioridad tanto del Gobierno como de los nacionalistas es evitar que Esquerra Republicana (ERC) se haga con el timón de la Generalitat aprovechando la pulsión soberanista que sacude esta comunidad desde la última Diada.
En un encuentro reciente, Rajoy y Durán han pasado revista a la situación nacional y se han detenido con especial esmero en la compleja encrucijada que se abre en Cataluña a partir del otoño. Fuentes nacionalistas acentúan la coincidencia que ha habido con el presidente del Gobierno sobre la necesidad de esquivar con inteligencia los riesgos a los que se enfrenta el Ejecutivo de Artur Mas, tanto si cede a las presiones de los republicanos que pilota Oriol Junqueras para acelerar el calendario de la consulta soberanista como si les da la espalda y se queda sin su apoyo parlamentario.
El desenganche de los republicanos de CiU puede venir del retraso de la consulta soberanista y tendría como consecuencia, probablemente, el anticipo electoral
El trazo grande lleva a algunos diputados de CiU a la conclusión de que tanto a Rajoy como a Mas no les interesan unas elecciones anticipadas que den la hegemonía por primera vez en Cataluña a una fuerza como ERC, con el ADN de la independencia en sus señas de identidad. Las últimas encuestas conocidas no dejan lugar a dudas: si se celebraran ahora elecciones, las ganarían los republicanos por goleada cosechando hasta 20 escaños más que en los comicios del año pasado, la mayoría de los cuales serían cedidos por CiU. “Si fuéramos ahora a las urnas, ERC nos mandaría a todos a casa”, comentan a las claras fuentes nacionalistas, conscientes de las dificultades que va a encontrar Artur Mas para gestionar la política catalana a la vuelta de vacaciones.
Al margen del ruido previsible que va a levantar este miércoles el Consejo de Política Fiscal, el Gobierno catalán salvará en él un primer escollo, pues confía en que el ministro Cristóbal Montoro deje a Cataluña llegar hasta el 1,8% de déficit, frente al 0,7 fijado en un principio, cesión que librará este año al consejero Andreu Mas-Colell de introducir un tijeretazo extra superior a los 2.200 millones de euros.
Hacienda dará un respiro este miércoles a la Generalitat, admitiendo que pueda llegar hasta el 1,8% de déficit, lo que ahorrará a Cataluña un ajuste extra superior a 2.000 millones
Pero después de este respiro, vendrá lo más difícil, admiten fuentes nacionalistas: convencer a Esquerra Republicana, socio parlamentario de CiU, de que la consulta soberanista morirá antes de nacer si no transcurre por cauces legales y con el máximo amparo parlamentario. Mas ha remitido ya a Rajoy por carta su propuesta para que el referéndum se vea amparado por la legalidad. Aquí ERC tiene las cosas claras. Junqueras ya le ha dicho al presidente de la Generalitat en todos los idiomas que si Rajoy se opone a la consulta, siempre quedaría como opción la convocatoria de unas elecciones plebiscitarias. En cambio, dentro de CiU hay voces dispares. En Unió Democrática se opina que si después de pedirle permiso al Gobierno para la consulta y de intentar pasar por el filtro del Parlamento, la respuesta es negativa, como se prevé, Mas debería reconsiderar su guion. Convergencia no lo ve así, pues sus diputados creen que si se recula en la hoja de ruta soberanista, la Generalitat puede encontrarse con el rechazo de ERC a los presupuestos de 2013, aún pendientes de aprobación, y a los de 2014, escenario que colocaría al actual Gobierno catalán ante una convocatoria electoral suicida para sus intereses o ante un acuerdo in extremis con los socialistas o con el PP catalán.
Artur Mas ha enviado una carta a Rajoy para que autorice la consulta soberanista, pero aun tiene sin aprobar los Presupuestos de 2013
Este último escenario resultaría plausible tanto para Rajoy como para Durán i Lleida, pero ambos coinciden, según fuentes nacionalistas, en que por el momento descansa en un ejercicio de ciencia ficción no solo por la aritmética parlamentaria, ya que el PP suma 19 escaños y no llega a más de 14 en los últimos sondeos, sino porque sería inviable de articular cualquier acuerdo con Alicia Sánchez Camacho mientras Artur Mas siga presidiendo la Generalitat. Otra cosa distinta vendría de un pacto de última hora entre CiU y el PSC, un partido dividido donde los haya, pero las mismas fuentes lo ven también altamente improbable, entre otras razones porque Convergencia trabaja desde hace semanas en una candidatura conjunta con ERC e Iniciativa para las elecciones europeas de mayo del año que viene.
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