Cataluña

Alejandro Fernández se desmarca de Génova y mostrará un "perfil propio" y sin "tutelas madrileñas" en Cataluña

Tanto en la dirección nacional del PP como en sus cuadros catalanes se muestran "optimistas" con el resultado el próximo 12-M. "El único miedo es no superar a Vox", deslizan desde Génova

"Ha sido un parto un pelín delicado, pero el niño ha salido sano, peleón y os aseguro que os va a dejar dormir por las noches". Ésas fueron las palabras de Alejandro Fernández el pasado 27 de marzo, el Miércoles Santo en que Alberto Núñez Feijóo acudió a Barcelona para ungirlo como candidato en las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo. El líder del PP tomó la decisión tras fracasar el intento de absorción de Ciudadanos y después de un intenso casting contrarreloj para buscar una opción más afín. Pero no hubo margen de maniobra. Y Feijóo asumió la candidatura del único candidato díscolo de todos cuantos ha tenido desde que llegó al mascarón de proa del PP.

Ahora, tras las elecciones vascas del pasado domingo, llega su turno. Feijóo tendrá que lidiar con un candidato dispuesto a marcar "perfil propio". Se trata de un concepto que asoma tanto en Cataluña como en Madrid por la fuentes consultadas por Vozpópuli al hablar de Alejandro Fernández. Y tanto partidarios como antagonistas del candidato popular el próximo 12-M en Cataluña llegan, en este punto de la precampaña, a 18 días de que se pongan las urnas, a una conclusión muy parecida: "Su personalidad suma".

El "optimismo" por mejorar los resultados respecto al País Vasco, además, es amplio. También el margen de mejora tras cosechar en febrero de 2021, cuando se celebraron las últimas elecciones catalanas, el peor resultado histórico del partido: tres diputados, el 3'85% de los votos y 109.453 papeletas. El objetivo del PP es claro: experimentar una subida mucho más acentuada que la ensayada en Euskadi este 21-A.

Porque la sensación es unánime en el Foro: el resultado del PP en el País Vasco ha dejado un sabor "agridulce" en líneas internas. Sentimientos que abarcan desde la comprensión a la decepción. Diputado desde el 23-J hasta su renuncia en vísperas del comienzo de la campaña vasca, Javier de Andrés ha sido un tipo querido en la bancada del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. Afable, sensato, experimentado y en consonancia con Génova. El fenotipo predilecto de un Feijóo que ahora tendrá que asumir a un candidato que rehuirá de las "tutelas madrileñas", avisan fuentes de su entorno en conversación con este periódico.

"Es lo que impulsó a Ciudadanos antes de su suicidio: constitucionalistas catalanes sin tutelas madrileñas", se arengan desde el entorno del candidato del PP en Cataluña. Un cabeza de lista, eso sí, maniatado por la dirección nacional en la confección de las listas electorales y cuya campaña estará dirigida por la eurodiputada Dolors Montserrat, favorita para encabezar la lista en las elecciones europeas del próximo 9 de junio, la preferida de Feijóo para ser candidata en Cataluña semanas antes y una mujer de su total confianza.

¿El objetivo? "Cuadruplicar o quintuplicar" el resultado de 2021, se ufanan fuentes parlamentarias populares. Buscar el voto heredero de Inés Arrimadas con el que Ciudadanos ganó las elecciones en Cataluña en diciembre de 2017 para liderar el constitucionalismo en el Parlament de Cataluña. Y también el descontento con Salvador Illa y el PSC a raíz de la sociedad política formada en Madrid entre Pedro Sánchez y los partidos independentistas catalanes. Y el que se fue a Vox hace tres años.

"El único miedo es no superar a Vox", zanjan fuentes de la dirección nacional del PP. Revertir el 11-3 que Ignacio Garriga, vicepresidente de la formación, endosó a los populares hace tres años. "Nuestra guerra es contra los independentistas, no contra Vox", corrigen desde el PP catalán.

"Alternativa al separatismo"

La oferta electoral de Javier de Andrés se basó en una "alternativa de gestión" al PNV. No fue el único, pero sí el principal caladero de votos detectado por Génova: el de un votante "nacionalista no independentista" que, cansado de un proyecto considerado obsoleto por el PP, podría apostar por una opción moderada y de marcado corte económico. Para ello, minados los mensajes identitarios, afinada la ingeniería discursiva, la estrategia pasaba por dejar lo ideológico en un segundo plano. Ahora, por el contrario, el objetivo es aglutinar todo el voto constitucionalista y no buscar nacionalistas conversos. Y es el propio candidato quien quiere que la música del PP suene más fuerte en Cataluña.

"Tengo clarísimo quiénes son mis rivales en estas elecciones: los separatistas y quienes les sostienen. Punto. Y no pienso dedicar ni medio segundo a otra cosa que no sea ofrecer una alternativa a su decadente 'proceso'", fue la declaración de intenciones pública lanzada en X este lunes por Alejandro Fernández. Fuentes cercanas al candidato del PP a la Generalitat de Cataluña descartan con rotundidad que el tuit significara una suerte de dardo a Sémper, quien rechazó de plano la campaña vasca había sido "tecnocrática", pero que defendió la gestión del "día a día de los ciudadanos" como "política de primer nivel". Algo marca de la casa.

"Lo que se va a hacer es contrastar con claridad los distintos proyectos", adelantan otras fuentes del PP catalán cercanas a Fernández, "el que representan los partidos separatistas (y quienes los apoyan) con sus políticas procesistas que han traído la decadencia a Cataluña y la oferta electoral que representa Alejandro como alternativa al separatismo". No obstante, aseguran las fuentes del PP catalán consultado por este periódico, "la campaña vasca no cambia" un ápice la estrategia y "se va a hacer lo que estaba previsto". ¿Un discurso más ideológico? "Sí, un discurso más ideológico", concede otro dirigente catalán con mando en plaza, "pero con un mensaje que combine ideología y gestión".

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