El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha propuesto este martes plantear al Gobierno central un "acuerdo de claridad" para sentar las bases para celebrar un referéndum de autodeterminación, un mecanismo similar a la Ley de claridad que aprobó Canadá para el referéndum de independencia de Quebec.
Lo ha anunciado en su discurso en el Debate de Política General que se celebra en el Parlament, en el que ha planteado esta propuesta que contempla en dos fases: una primera inmediata para recoger el máximo de consenso en Cataluña alrededor de esta iniciativa, y una segunda para llevarla a la negociación con el Gobierno.
Aragonès considera que esta propuesta, que ha comunicado previamente a Junts, es viable para que la ciudadanía de Cataluña vote su futuro, también cree que es "inclusiva" para que toda la población se sienta implicada y todas las partes, tanto los que defienden la independencia como los que no, reconozcan este instrumento, y además consiga el acompañamiento y el apoyo de la comunidad internacional.
Aprendizaje del referéndum ilegal en 2017
Partiendo de los "aprendizajes" del referéndum ilegal en 2017, el objetivo es implicar al máximo de actores en esa propuesta, que "todo el mundo reconozca el resultado" del referéndum y que se "puedan tejer las complicidades internacionales". "Solo la legitimidad de un referéndum acordado puede sustituir al 1 de octubre", ha dicho, a días del quinto aniversario de aquel referendo.
A juicio de Aragonès, el precedente de las consultas populares de independencia de hace una década, la consulta del 9 de noviembre de 2014 y el referéndum del 1-O demuestran la "mayoría muy plural" de un "82% de catalanes" a favor de un referéndum.
En 2019, dos años después del 1-O, el entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, propuso también un "pacto de claridad" inspirado en el de Canadá y Quebec, una idea que se mostraron abiertos a estudiar los comunes, mientras que los sectores más unilateralistas del independentismo marcaron distancias.
Según han explicado fuentes de Presidencia de la Generalitat, la propuesta de Aragonès se ejecutará en dos fases: la primera de ella, a nivel interno en Cataluña, para recoger apoyos y tejer consensos con partidos y actores políticos, sociales, civiles, económicos y sindicales, además de empezar a explorar apoyos internacionales.
Y una vez se haya construido ese primer acuerdo y sus bases, que podrían plasmarse en un documento final, se iniciarán las conversaciones con el Estado, una segunda fase que, según avisan esas fuentes, "no será inmediata"
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación