El juicio a los dos mossos que acompañaban al ex presidente catalán Carles Puigdemont cuando fue detenido en Alemania empieza esta semana en la Audiencia Nacional. A ambos se les juzga por un presunto delito de encubrimiento por el que la Fiscalía pide para cada uno de ellos una pena de tres años de prisión.
La primera sesión se celebra este martes a las 10.00 horas con las cuestiones previas y el interrogatorio a los acusados, continuará el miércoles y jueves con las testificales a agentes de la Policía Nacional, y el viernes se analizarán las pruebas documentales. Está previsto que el lunes 12 tenga lugar la última sesión del juicio.
Los mossos Carlos de Pedro y Xavier Goicoechea fueron procesados en febrero de 2020 por el Juzgado Central de Instrucción Número 6 al considerar que con su actuación perseguían que Puigdemont no fuese detenido después de que se reactivara la orden europea de detención y entrega emitida por el Tribunal Supremo.
El teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, señaló en abril que los mossos actuaron siendo "conscientes" de que pesaba una euroorden por hechos constitutivos de delitos de rebelión sobre el líder catalán. "La intención de los acusados era ayudar a Carles Puigdemont a regresar a Bélgica y evitar su identificación en algún lugar donde pudieran ejecutar la orden europea de detención", afirmó.
Por ello, el Ministerio Público para ambos una pena de tres años de cárcel y una inhabilitación especial por el mismo periodo de tiempo para empleo o cargo público y para ejercer el derecho al sufragio activo.
Ejercicio encubierto
Según el relato de hechos que hace la Fiscalía, los dos agentes estaban "en servicio activo" el 25 de marzo de 2018. De Pedro se encontraba en la unidad de seguridad ciudadana de la comisaría de El Prat de Llobregat y Goicoechea en el Área de Escoltas en Sabadell. Ambos estaban esos días "disfrutando de una semana de fiesta".
"Aprovechando los días libres de trabajo", se desplazaron el 19 de marzo a la localidad de Waterloo (Bélgica), donde se había establecido Puigdemont después de huir de España tras la declaración unilateral de independencia (DUI) del 27 de octubre de 2017.
El 23 de marzo, estando en Bélgica, "una persona no identificada" les pidió que fueran a buscar en coche a Puigdemont, que se encontraba en Helsinki (Finlandia) cuando el juez instructor del 'procés', Pablo Llarena, reactivó esos días la orden europea de detención y entrega.
Travesía por Europa
"El mismo día de la emisión de la orden, Puigdemont abandonó Helsinki", mientras que "los dos acusados salieron de Bruselas conduciendo el vehículo y llegaron a Estocolmo (Suecia) a una hora que no se ha determinado". Una vez allí, recogieron al ex presidente e iniciaron el regreso a la capital belga, explica el fiscal Carballo.
Fue el 25 de marzo, pasadas las 11.00 horas, cuando agentes de la Policía alemana interceptaron el coche en un aparcamiento de viajeros pendulares de Jagel, en la autopista BAB7, que transcurre entre la frontera con Dinamarca y la ciudad de Hamburgo.
En el vehículo, viajaban Puigdemont, los dos mossos y otras dos personas, el empresario Josep María Matamala y el historiador Josep Lluís Alay. Estos dos últimos también estuvieron imputados en esta causa, pero el juez instructor, Manuel García Castellón, archivó la investigación para ellos a petición de la Fiscalía.
El rol del empresario y el historiador sería equiparable al del resto de personas que acompañan al Puigdemont dentro y fuera de Bélgica cada vez que se mueve por Europa para participar en algún evento. En el caso de los mossos ha pesado su carácter de funcionarios para continuar el procedimiento judicial contra ellos.
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