Los alarmantes resultados del informe PISA, que sitúa el nivel de los alumnos catalanes a la cola en España, han puesto en la primera línea de la agenda del Govern el desarrollo de un plan de acción para atajar el problema. Sin embargo solo es la punta de iceberg de una multitud de problemas que deberá revertir en menos de un año y en plena campaña electoral el equipo de la consellera de Educació, Anna Simó. A esta lista se añaden la precariedad que atraviesa la plantilla educativa y el eterno problema de los barracones escolares. Complejos prefabricados que siguen acogiendo a niños y niñas en un total de 428 escuelas de Cataluña.
En una respuesta del Govern a la pregunta en el Parlament de Vox en diciembre, el Ejecutivo autonómico detalló que el año pasado había un total de 979 de estos módulos prefabricados en colegios catalanes, si bien no daba detalles del número de alumnos que los utilizan porque no está "sistematizado" y algunos de estos espacios tiene "diferentes funciones". Se trata de unas aulas de metal que llevan desde 2009 poblando la comunidad autónoma y que ningún Govern ha conseguido solventar por mucho que haya habido promesas de mejores infraestructuras. En la mayoría de los colegios estas aulas prefabricadas llevan más de 10 años instaladas.
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La indignación social por esta realidad ha vuelto a despertarse estos días cuando en la televisión publica de Cataluña salían alumnos y profesores del instituto de Navàs, que tiene barracones, explicando que hace 13 años que esperan a que les hagan un edificio nuevo. La preocupación por la mejora de las infraestructuras escolares y la necesidad de dejar de invertir en estos espacios, que no tienen las condiciones ideales de salubridad para dar clase, ha llegado hasta el Parlament, que aprobó a finales de diciembre una moción de Ciudadanos donde pedía al Govern adoptar "sin demora" un plan de construcciones que acabe ya con las aulas prefabricadas y a guardar una partida presupuestaria para su ejecución.
Por el momento, según consta en la respuesta de Simó, Educació ha destinado 407.681,65 euros a refrigerar las aulas, mejorar el confort técnico ya suministrar 2.496 ventiladores durante el pasado curso como respuesta a una mejor 'adecuación' de estas infraestructuras. La susceptibilidad de estos módulos a los cambios climatológicos como olas de calor o excesivo frío es algo que preocupa a la hora de elegir estos espacios como idóneos para dar clase, a lo que el Departament ha respondido que ha implementado un plan de adecuación al cambio climático en los centros especialmente en "episodios de altas temperaturas. "Se está trabajando en el abordaje de medidas que ayuden a mitigar los efectos del calor en los centros educativos como la inversión, en la actualización de sistemas etc que pueden tener incidéncia en la mitigación de aspectos climatológicos adversos".
En cuanto al reparto de estas aulas, el Servicio Territorial educativo de Girona es la zona con más barracones repartidos, por delante de Tarragona y el Valles Oriental. El municipio que más acumula este tipo de aulas es Salt, con un total de 26, como Tarragona. En segundo lugar Manresa, que acumula 23, Girona con 23, Sabadell con 20 y el consorcio de Barcelona con otras 20. Prácticamente la mitad de los módulos prefabricados, 428, se utilizaron como centros educativos.
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