La Cámara de Comercio de Barcelona ha detectado posibles mejoras y estrategias para alcanzar los 90 millones de pasajeros en el aeropuerto de Josep Tarradellas del Prat de cara al 2030. Para ello, emplaza a Aena, Enaire, los Ayuntamientos colindantes y a la Generalitat a seguir sus recomendaciones.
Se trata de cinco consejos para el nuevo Plan Director de El Prat, que está elaborando Aena actualmente. La Cámara de Barcelona contempla así ganar terreno al mar, como ha hecho Gibraltar, o bien llevar a cabo una reclasificación de terrenos para frenar el crecimiento urbanístico junto a la infraestructura y poder construir nuevas pistas. Para ello, habría que superar dos grandes retos: un crecimiento sostenible del tráfico aéreo y el respeto al ámbito territorial, junto con un equilibrio entre el impacto acústico y el uso del suelo.
En el mismo estudio se detalla la elevada congestión del espacio aéreo en europeo. En Barcelona, la demanda es marcadamente estacional, tanto a lo largo del día como a lo largo del año, y un progresivo aumento de las aeronaves de gran envergadura a su 'mix' de tráfico.
El estudio, realizado por el servicio de Infraestructuras de la Cámara de Barcelona, muestra que el crecimiento de El Prat está superando las previsiones más optimistas. Actualmente, el segundo aeropuerto de España tiene capacidad para 70 millones de pasajeros, una cifra que podría rebasarse si se siguiera esta estrategia, según la institución presidida hasta ahora por Miquel Valls. Ante esta situación, el informe considera urgente acelerar el calendario de inversiones previstas y hacerlas realidad.
Aena debe repartir sus beneficios entre los municipios del entorno
A juicio de la Cámara, la operativa del nuevo plan director de El Prat debe adaptarse a la evolución del tráfico, con el objetivo de alcanzar las 90 operaciones por hora, haciendo frente a los dos principales retos. Para ello, ve necesaria una desestacionalización diaria tanto por en horas punta como en valle, y anual, tanto en invierno como en verano. Se trata de un "objetivo complejo", admite el informe, que requiere la actuación de las administraciones públicas y la implicación de Aena, AECFA -coordinación de slots- y de las aerolíneas.
Para la mejora de los procedimientos operativos, considera al gestor aeroportuario como la clave para resolver este obstáculo. Para ello, emplaza a Aena a optimizar la operativa en pistas con los nuevos procedimientos que reducen la distancia segura entre aviones. Considera que Aena debe repartir de forma equilibrada sus beneficios económicos generados por su actividad entre los municipios del entorno.
Además, recomienda la "adaptación de la operativa de pistas (segregadas, independientes, mixtas...) a la evolución del tráfico, para dar respuesta al crecimiento esperable". En este punto Aena, Enaire, administraciones locales y la Generalitat serían los actores clave. "Esto implica la necesidad de establecer una nueva mesa de concertación territorial donde se pueda abordar conjuntamente la mayor necesidad de uso de pista larga para un crecimiento sostenible de las operaciones con las aeronaves más grandes".
Reducir la distancia de seguridad para optimizar las operaciones
Para alcanzar estas conclusiones se han realizado distintos escenarios de tráfico aéreo, así como la envergadura de los aviones, la configuración de las pistas, la relación territorial y los impactos en el entorno. Todo ello para intentar alcanzar un punto de equilibrio con el crecimiento estimado para los próximos años.
Compara la situación de las pistas hasta en cinco escenarios diferentes respecto a la configuración actual -dos pistas paralelas segregadas-. En este sentido y en uno de los escenarios, donde "no se ha analizado en detalle la reducción de capacidad de la operativa en caso de maniobra frustrada en 25L" ni tampoco la "configuración Este, que también utiliza como preferente en función del viento y que genera un mayor impacto acústico de los aterrizajes", sitúa pistas paralelas independientes con salida al mar; pistas paralelas segregadas con salida recta TO 07L y su variante con salida al mar; o bien la extensión por la 25L (salida al mar) con paralelas segregadas.
La Cámara ha tenido en cuenta, por ejemplo, una separación por tiempo entre las aeronaves, y no por distancia porque "optimiza la operativa". También ha mostrado escenarios con distintas clases de aviones. Con 100% del tipo A320 o B737, utilizados en su mayoría por Vueling y Ryanair, respectivamente, en Barcelona; con un 6% de aviones grandes o bien distintos escenarios futuros con aumento de grandes aeronaves. Según el servicio de Infraestructuras, el mix de aviones "condiciona la capacidad en términos de operaciones horarias".
Más personas perjudicadas por el ruido
Otro de los puntos que aborda este informe es el ruido y las poblaciones afectadas, principalmente Gavà, colindante con el aeropuerto, y en menor medida Castelldefels. Hasta ahora hay unas 4.400 personas, que soportarían más de 55 decibelios, cuando el máximo permitido es de 45. El de Barcelona sería uno de los aeropuertos con menor ruido de los más grandes de Europa. No se ha hecho comparativa alguna con el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas.
En cambio, con las propuestas de la Cámara de Comercio, a través de simulaciones propias con diferentes configuraciones de pistas y el actual mix de aviones, 4.199 personas soportan más de 45 dB, mientras que 4.657 se verían en este mismo nivel si las pistas fueran segregadas; con un escenario de pistas independientes, 12.653 personas de Gavà y Castelldefels sufrían más de 45 dB. "La población expuesta aumenta con el cambio de operativa, pero la orden de magnitud es inferior al de los aeropuertos europeos estudiados", argumenta el estudio.
Otro de los puntos que aborda el informe es el uso del suelo de los municipios colindantes. El informe detecta zonas de densificación urbana "semiintensiva", otras zonas con suelo protegido y zona de especial protección para aves, cuya competencia es estatal. De esta forma, recomienda "establecer restricciones al crecimiento urbanístico en la zona de influencia directa de las operaciones aéreas". Para ello es necesario el consentimiento de Aena y de los Ayuntamientos afectados.
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