La Generalitat sometió a la enfermera andaluza hostigada por el independentismo a un interrogatorio realizado íntegramente en catalán sabiendo que, tras solo seis meses trabajando en Cataluña, no controlaba el idioma. Begoña Suárez tuvo que ser asistida por su abogada para comprender las preguntas que le trasladaron el pasado 28 de marzo, día en el que fue citada a declarar en el marco de la investigación que el Govern ordenó abrir contra ella tras difundirse un vídeo en redes sociales en el que criticaba la exigencia de acreditar el nivel C1 de catalán para opositar. Según consta en la citación, a la que El Mundo ha tenido acceso, la Generalitat está tratando el asunto como una "información reservada" y ha encomendado las pesquisas a un instructor propio, procedente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), en lugar de permitir que el propio Hospital del Vall d'Hebron, en el que trabajaba la sanitaria hasta que el 31 de marzo expiró su contrato, se haga cargo del caso. "Aquí tenemos instructores", subrayan fuentes del centro conocedoras de la investigación, que destacan el "tono policial y muy agresivo" que el responsable de la Generalitat empleó para interrogar a la enfermera gaditana y a las otras tres sanitarias que aparecían en el vídeo. El instructor también se dirigió exclusivamente en catalán a las compañeras de Begoña Suárez a pesar de que solo una de ellas es catalana: las dos restantes proceden de Andalucía y el País Vasco.
En los interrogatorios, que constaron de 40 preguntas y duraron unos 50 minutos, no se inquirió a las enfermeras sobre ningún aspecto relacionado con su desempeño profesional ni con la calidad asistencial prestada a los usuarios del sistema catalán de salud, "que es lo verdaderamente importante", aseguran fuentes de Vall d'Hebron al citado medio, y también señalan la excepcionalidad de esta investigación, habida cuenta de que no se han abierto otras similares por la filmación de vídeos o la captura de fotografías en el centro, a pesar de que es una situación recurrente.
Las sanitarias alegaron ante el investigador de la Generalitat que las imágenes fueron grabadas durante su "horario de descanso para la comida" y que todas se encontraban en el "punto de control" a las que estaban asignadas para hacer compañía a una de las enfermeras que aparecen en las imágenes.
A excepción de Begoña Suárez, que no quiso continuar, todas han visto renovados sus contratos y las cuatro aguardan a la conclusión de la investigación, que aún permanece abierta. Las sanitarias fueron citadas como "presuntas inculpadas" en virtud del decreto que regula la el "régimen disciplinario de la función pública de la Administración de la Generalitat". Tras las primeras actuaciones practicadas, están a la espera que se les notifique la incoación del expediente o el archivo de las actuaciones.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación