Con la salida de Junts, las filas de Puigdemont y Borràs han consumado un giro que llevaban mucho tiempo esperando, y era la de dejar a Aragonés en una posición frágil para forzarle a 'mover ficha' política. La intención de asestar un golpe, aunque no de muerte, al Ejecutivo de Pere Aragonés va tomando forma a medida que los plazos para rehacer las costuras del Govern se acortan. Este lunes, los que podrían ser sus aliados potenciales en el Parlament, los 'comuns', han empezado a meter presión al 'president' para que inicie una ronda de contactos en vistas a la minoría que le ha dejado la salida de Junts de la Generalitat. El cerco se estrecha sobre el 'president' ya que todos los partidos le reprochan que no puede seguir al frente de un Govern con 33 escaños de los 135 totales, por mucho que haya escogidos independientes que 'beban' de otras formaciones.
Los comuns, en busca de un pacto progresista
El portavoz de los 'comuns' y diputado en el Congreso, Joan Mena, ha reclamado que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, inicie una ronda de contactos con los partidos políticos en Cataluña para poder "construir una mayoría progresista", y considera un error que el presidente no lo haya hecho aún. En rueda de prensa este lunes y después de conocerse los nombres de los nuevos consellers del Govern en solitario de ERC (entre ellos la exdirigente de Podem Gemma Ubasart), Mena ha sostenido que Cataluña necesita políticas que protejan a la gente frente al actual contexto de crisis económica: "Lo que tenemos es lo contrario, es desgobierno e inestabilidad", ha criticado.
Los morados ven en la nueva coyuntura política una oportunidad de oro para poner en valor su papel dentro de la cámara de representantes catalana.
Los morados ven en la nueva coyuntura política una oportunidad de oro para poner en valor su papel dentro de la cámara de representantes catalana. Un deseo que crece por momentos hasta empezar a inquietarles, tanto que incluso el mismo coportavoz de Podemos se ha pronunciado sobre el asunto. Pablo Fernández ha declarado que el Govern se encuentra en una "minoría evidente" y que la ruptura de Junts es una nueva etapa ya que los de Turull tenían bloqueadas determinadas políticas en Cataluña que los comunes están dispuestos a hablar.
Por otro lado, sigue en pie el apoyo socialista, si bien sigue centrado en ser la "alternativa" más que formar parte de un Ejecutivo independentista. Este fin de semana la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà dejó fuera de la ecuación de posibles socios a los socialistas, pese a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofreció "estabilidad" a la Generalitat y este sábado el primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha vuelto a tender la mano a Aragonès para pactar los próximos presupuestos.
Junts ya es el enemigo en casa
Junts ya ha tomado su papel en la oposición. El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha insistido este lunes en que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, debe someterse a una cuestión de confianza tras la salida de Junts del Govern y ha añadido que, si no cambia de proyecto, su partido votaría 'no'. En una entrevista de TV3 recogida por Europa Press, ha asegurado que el nuevo Govern sitúa a Cataluña "no antes de 2017, sino antes de 2012", y supone un retroceso de muchos años en el proceso hacia la independencia, según él.
Después de que el líder de ERC, Oriol Junqueras, haya dicho que sería "extraño" que Junts votara ahora contra unos presupuestos del ya exconseller Jaume Giró, Turull ha afirmado que habrá que ver qué cuentas llegan. Sin embargo, ha advertido de que "no se puede empezar la casa por el tejado" y que primero el Govern debería comprobar si cuenta con la confianza del Parlament, puesto que fue investido con una mayoría de 74 diputados -de ERC, Junts y CUP- con la que ahora ya no cuenta, ha dicho.
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