Era solo cuestión de tiempo. Desde antes de pactar los presupuestos municipales con ERC, el alcalde de Barcelona siempre había visto a los republicanos como socio preferente para fortalecer su Govern en minoría. No contemplaba en ningún momento la entrada al Ejecutivo municipal de los comunes de Ada Colau, si acaso un apoyo externo de los 'morados'. Pasado el ciclo electoral y en plena negociación de la investidura del próximo 'president' de la Generalitat, Jaume Collboni busca ahora afianzar su gobierno para apuntalar su mandato los próximos 3 años.
ERC está a la espera de que las bases avalen este acuerdo pero ven su irrupción en el gobierno con los socialistas como una oportunidad de oro para hacerse relevantes en Barcelona y ganar notoriedad frente a los comunes de Ada Colau. Esta tarde a las 19 la militancia, que acude a la cita muy dividida, valorará si esta decisión política es oportuna o no. Aunque ya hay muchas voces contrarias y que instan al partido a guardar la "coherencia" para no condicionar la negociación de investidura. Sin embargo, desde la cúpula siguen defendiendo que se trata de negociaciones separadas, tal y como ha expresado este jueves Raquel Sans.
El acuerdo prevé ofrecer a ERC el área de Promoción Económica y Turismo en el ayuntamiento para gobernar, algo que ya estaría hablado con la líder republicana Elisenda Alamany. El grupo ha asegurado que la cúpula del partido ha estado al tanto en todo momento de los avances de este pacto.
Sin embargo, este acuerdo llega en medio de un momento muy sensible a nivel interno. Aunque entrar en el ayuntamiento rompería un ciclo de 17 años en el que el partido nunca ha tocado el poder municipal en la capital catalana. Además de que es conocida la distancia entre la dirección del partido en Barcelona, liderada por Elisenda Alamany, y la de la dirección de ERC.
A nivel municipal, los republicanos en Barcelona llevan meses ansiando reencaminar las conversaciones para entrar en el gobierno después de cerrar el ciclo de Ernest Maragall. Desde Barcelona el partido lo tiene claro: "Quedarse en la oposición es una opción conservadora, quizás cómoda y desagradecida en algunos momentos", ha expresado el portavoz adjunto del grupo, Jordi Coronas.
Sin embargo, voces importantes de la militancia muestran su rechazo frontal, sobre todo si es a cambio de nada. Las juventudes republicanas han pedido que el partido no entre en el Govern de Collboni. Además han exigido que el partido no apoye la investidura de Salvador Illa cuando se postule como candidato a la Generalitat a propuesta del presidente de la Mesa de Junts. Exigen que ERC no de ningún respaldo si no hay cerrados acuerdos firmes con sus reivindicaciones, algo que ya ha dejado claro Marta Rovira. Sin un referéndum no habrá apoyo. Por su parte la parte más crítica de la militancia de ERC ha expresado que no es oportuno entrar en alianza con los socialistas en un momento en el que el partido se encuentra en un profundo debate. "No nos parece oportuno anunciar un acuerdo de Gobierno de la capital de la mano de un PSC que seguirá gobernando en minoría y que lo ha hecho gracias al acuerdo del PP".
Que la consulta haya sido convocada con 48 horas de margen es algo que tampoco ha sentado bien. De esta forma, las bases piden "coherencia" con el momento que vive el partido de cara a definir la estrategia y cree que esta decisión puede condicionar la reflexión interna. La Dirección teme así que un posible 'no' desestabilice genere aún menos consenso interno en un momento en el que las aguas siguen revueltas.
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