Òmnium Cultural trata de rehacer los puentes entre ERC y Junts per Catalunya, y esto pasa por “normalizar” las relaciones entre sus dos principales líderes, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, que desde el fracaso del procés en 2017 y las discrepancias de criterio en la hoja de ruta separatista se han ido deteriorando.
El líder de ERC indultado por el Gobierno decidió priorizar en su agenda el viaje a Ginebra para ver a Marta Rovira, secretaria general de ERC fugada de la justicia española, en lugar de visitar antes al ex mandatario catalán en Waterloo. Y según han informado desde JxCat, Puigdemont tampoco viajará a Estrasburgo en el pleno de la Eurocámara donde sí asistirá Junqueras.
El resto de dirigentes de JxCat indultados afirmaron tras salir de la cárcel que lo primero que harían es ir a Bélgica a reencontrarse con Puigdemont. Y así lo han hecho este viernes Jordi Sánchez, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn. No obstante, la división entre ERC y Junts emerge en este tipo de cuestiones., y tampoco la reedición del gobierno de coalición en Cataluña ha servido para limar asperezas.
ERC va por libre en Madrid y, como informó este medio, Aragonès no invitó al resto de fuerzas independentistas en su acto en Blanquerna tras reunirse con Pedro Sánchez en Moncloa. Al mismo tiempo, JxCat desconfía de la mesa entre gobiernos que abandera ERC y apuesta por mantener el choque con el Estado en el plano internacional y a través del frente judicial donde el independentismo está cosechando victorias frente al Gobierno central.
Òmnium versus ANC
Las relaciones entre la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium tampoco pasan por su mejor momento. El hecho de que la entidad presidida por Elisenda Paluzie presionara a ERC para formar un Govern netamente independentista tras las elecciones del 14 de febrero generó malestar.
Òmnium, en cambio, se ha mantenido más neutral en todos los asuntos internos de los partidos. Además, y a diferencia de la ANC, tampoco excluye a otras formaciones soberanistas, como En Comú Podem, de sumarse en las distintas alianzas que sirvan, a su juicio, para “luchar por los derechos de todos los pueblos”.
En este sentido, todo indica que la entidad presidida por Jordi Cuixart puede demostrar mayor capacidad para reunificar a los principales partidos independentistas.
Diada del 11 de septiembre
La entidad celebra 60 años este mes de julio y este es el pretexto idóneo para organizar un acuto en el sur de Francia (lo que el nacionalismo llama “la Catalunya Nord”) para que Carles Puigdemont pueda participar sin riesgo de ser detenido. “Convertimos el 60 aniversario en un acto de reencuentro nacional donde todos estén convocados”, afirmó Cuixart.
En paralelo, las entidades independentistas calientan los motores para organizar una nueva Diada, la primera de los últimos años con los políticos condenados por sedición ya encarcelados y con la vacunación por la Covid-19 ya muy avanzada tras la temporada estival.
Cuixart insistirá en la necesidad de volver a votar “las veces que haga falta” hasta que se reconozca el derecho de autodeterminación de Cataluña. Esa Diada, además, se celebrará tres días antes del próximo encuentro entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès que mantendrán en el marco de las reuniones bilaterales entre gobiernos. Es decir, ERC quiere llegar a la Mesa fijando una posición de fuerza. Y una Diada con mucha afluencia y en la que se visualice de nuevo la unidad del independentismo pueden ser los vientos de cola necesarios para llegar a la reunión con Moncloa con las condiciones óptimas.
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