El largo litigio judicial entre los hermanos Josep y Joan Font por el precio del 50% de Bon Preu, presidida por Joan, llegará al Supremo tras la sentencia de la Sección 15 de la Audiencia de Barcelona, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, y que da la razón a la Juzgado 8 de lo Mercantil.
Joan Font, presidente, director general y propietario del 50% del grupo Bon Preu, ha obtenido una reciente victoria judicial para tratar de hacerse con la otra mitad del grupo, en manos de su hermano Josep, que se niega a vender por el precio ofertado por Joan. La valoración máxima calculada por Joan Font por Bon Preu es de 600 millones, mientras que su hermano Josep la sube a 1.100 millones de euros.
La sentencia de la Sección 15, a la que ha tenido acceso este diario, no es unánime, ya que contiene un voto particular emitido por el juez José María Ribelles. A su juicio, debía haberse admitido a trámite el recurso presentado por Josep Font y haber condenado a "Bon Preu al pago del valor razonable de la participación de su socio que se separa". Según expone el juez, los estatutos de la sociedad "contemplan un auténtico derecho de separación".
A juicio de este togado, el recurso plantea un problema de interpretación de los estatutos de la sociedad, y solo mediante la renuncia de Josep "es posible superar el derecho de separación y pasar a las sucesivas fases de escisión o de formación de lotes", como plantea su hermano Joan. Según el juez, este proceso de separación contemplado en los estatutos no puede cerrarse a instancias del otro socio.
Para este magistrado, la discrepancia entre los precios calculados por las partes, superior al 25%, no es condición suficiente para haber cerrado el procedimiento de separación, un límite que pondría fin al proceso, según la visión de Joan Font.
"Es previsible que presentemos recurso" ante el Supremo, ha respondido la defensa de Josep Font, representada por Antonio Valmaña. La estrategia se centrará en este voto particular. "La valoración que damos a la sociedad es la que se planteaba en la demanda, 1.060 millones de euros", ha considerado Valmaña a preguntas de Vozpópuli. "De ahí que nuestra solicitud principal fuera de condena de pago de 530 millones y, subsidiariamente, de 497, por ser éste el importe que arrojaba la prueba pericial practicada", ha recordado.
El precio, única diferencia entre los Font
"La única diferencia entre ambas partes es el precio", según han señalado la defensa de Joan Font a Vozpópuli. La petición de Joan es segregar la sociedad en lotes, escogiendo cada uno de los socios sucesivamente. Así lo estipulan los estatutos de la sociedad, pero Josep se ha negado hasta ahora a hacerlo.
El escenario más improbable es que Josep se niegue a escoger lotes, si finalmente se llega a tomar esta decisión. "Renunciar a un lote es inusual. Se trataría de una donación y en este caso no tiene sentido", ha apuntado el abogado de Joan Font a Vozpópuli.
La parte demandante tiene ahora la posibilidad de interponer un recurso ante el Supremo. El Alto Tribunal no tiene un plazo para responder y podría finiquitar el asunto si establece un precio definitivo. El letrado Alfonso Maristany no ha dado a conocer el cómo se dividiría el grupo en lotes, ni tampoco el valor de los mismos al ser "información confidencial" que afecta directamente al funcionamiento de la entidad.
Josep pretende vender, pero exige un elevado precio a Joan Font
El inicio de este litigio data de 2016. Josep Font había ejercido su derecho a separación y pidió a Joan que le comprara ese 50%. Sin embargo, el precio pedido no contentó a la parte vendedora. Joan, haciendo valer los estatutos de la compañía, puso encima de la mesa la alternativa de dividir en lotes la compañía, pero Josep se negó. Un tribunal de arbitraje validaba el derecho a la separación de socios de Bon Preu, que se incluyó en los estatutos de la compañía.
En septiembre de 2017, Josep Font emplazó a su hermano a adquirir el 50%. Para tratar de llegar a un acuerdo, Joan Font encarga a Faura-Casas valorar el conglomerado empresarial, mientras Josep hace lo propio con Mazars. Ambas valoraciones están muy alejadas, 380 a 960 millones, respectivamente. Ante esta discrepancia, se realiza una segunda valoración. Joan Font requiere los servicios a KPGM, mientras que Josep contrata a Grant Thornton. De nuevo, la diferencia es abismal, 600 a 1.100 millones de euros.
A juicio de las fuentes consultadas por Vozpópuli, Josep ha tratado de incrementar el precio de la operación, mientras que aseguran que Joan contrató a empresas consultoras de reconocido prestigio para valorar la compañía.
En este 2019 han tenido lugar dos sentencias sobre este caso. Joan Font había pedido al TSJC un árbitro para tratar de desencallar la operación, pero fue desestimada, mientras que la Sección 15 de la Audiencia de Barcelona ha dado la razón a un Juzgado de lo Mercantil al rechazar fijar un precio para Bon Preu. El litigio continuará en el Supremo, que no tiene plazo límite para sentenciar el caso.
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