Cataluña

ERC avala la investidura de Illa a cambio de un "pacto fiscal" exclusivo para Cataluña contra el resto de autonomías

Ahora, el partido, que ha avalado el acuerdo en una reunión de la ejecutiva, le explicará en las bases y le someterá a votación de la militancia

ERC y el PSC han llegado a un preacuerdo para investir a Salvador Illa, que contempla un "concierto económico solidario" y una "apuesta por la lengua republicana", según han informado fuentes republicanas. Ahora, el partido, que le ha avalado en una reunión de la ejecutiva, le explicará en las bases y le someterá a votación de la militancia. La reunión de la ejecutiva de ERC se prolongó casi diez horas, entre las 9.30 y las 19.15. Según fuentes republicanas, la reunión, que ha tardado 10 horas, se ha alargado porque se ha explicado la situación actual y se han "ido cerrando flecos" durante la jornada. Han intervenido todos los miembros del órgano, algunos expresando sus recelos.

A primera hora de este lunes fuentes republicanas apuntaban que el pacto era inminente, si bien se habían encallado las conversaciones después del fin de semana al demandar los republicanos garantías de cumplimiento. La apuesta de Marta Rovira ha sido clara y los puntos clave se mantienen: "concierto económico solidario" y "la apuesta por la lengua catalana".

La hoja de ruta de los republicanos, que llevan semanas negociando con el PSC y el PSOE, era que este fin de semana el PSC diera su paso definitivo y poner en marcha la maquinaria para llevar la narrativa de los puntos de acuerdo a las bases republicanas, que tendrán el última palabra, a través de una votación.

Aún quedaban flecos pendientes a cerrar esta mañana, cuando se ha iniciado la reunión de la cúpula con ofertas de última hora de la Moncloa. De esta forma el PSC ha cumplido con los plazos establecidos por ERC, quería un preacuerdo antes de agosto ya que está previsto la militancia vote este jueves, 1 de agosto, el acuerdo. La dirección de ERC se encuentra ahora mismo explicando el acuerdo a las bases, en gran parte muy recelosas y en una situación muy delicada por la gran división interna imperante, aún más afectada tras el escándalo de los carteles contra los hermanos Maragall que se saldó con la dimisión de Ernest Maragall.

Ya desde que sufrieran un severo revés electoral el pasado 12 de mayo perdiendo 13 escaños hasta quedarse en lso 20, los republicanos fijaron cuatro "carpetas" para negociar la investidura de Illa: dar pasos hacia la resolución del conflicto político catalán; un nuevo modelo de financiación para Cataluña (una suerte de "concierto fiscal", inicialmente, que se ha ido modulando hasta "avanzar hacia la plena soberanía fiscal"); políticas de refuerzo del Estado del bienestar y un nuevo impulso al catalán desde la administración.

Tal y como ha comunicado la portavoz Raquel Sans después de la reunión, ha habido avances en todas las carpetas, especialmente en la clave de caja para "avanzar en soberanía". "A partir del 1-O tenemos que ser más y mejor preparados de cara al objetivo final que es al independencia" a través de la recaudación de los impuestos "de manera estructural". Eso implica una obtención progresiva de los tributos y que Cataluña "salga del régimen común" a través de la modificación de la LOFCA. Sans también ha recalcado el refuerzo del catalán en las actividades extraescolares como modo de preservación cultural además de otras medidas lingüísticas como un Departamento de lengua catalana y ha anunciado la creación de una Convención nacional para la resolución del conflicto político.

A esas cuatro carpetas se suma la "carpeta cero", esto es, el cumplimiento de los acuerdos ya alcanzados en el pasado, por ejemplo en el marco de la última investidura de Pedro Sánchez. Durante la última semana ambas partes han escenificado la formalización de varios de estos pactos, con una reunión incluida en el Palau de la Generalitat entre Sánchez y el presidente catalán, Pere Aragonès.

Recelo de las bases

El pacto deberán validarlo mediante una consulta los 8.700 militantes de ERC, con el no como opción plausible dada la aversión que despierta entre las filas republicanas el PSC y en concreto la figura de Illa, la crisis interna que atraviesa la dirección -con la reciente ruptura del tándem formado por Oriol Junqueras y Marta Rovira- y la polémica por los carteles denigratorios contra los hermanos Maragall, una vez destapado que salieron de las filas del propio partido.

De darse las anteriores dos condiciones -un preacuerdo, luego validado por la militancia de ERC-, Illa tendría otro obstáculo por sortear: el retorno a Cataluña de Carles Puigdemont, que ha prometido que estará en el Parlament durante el debate de investidura.

Sobre el expresident pesa una orden de detención nacional -tras no aplicársele la amnistía por el delito de malversación-, de modo que si vuelve a Cataluña puede acabar en prisión, añadiendo incertidumbre al momento político.

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