Cataluña

La Generalitat impide a los 9 hijos de una familia de Barcelona tener el mismo colegio: "Es un despropósito"

A día de hoy, los tres mayores siguen matriculados en secundaria en el Spínola, los 4 se han quedado donde estaban porque les han vuelto a admitir 'in extremis' y el pequeño, Josué, está en casa porque es la única forma de atenderle logísticamente

David y María están pasando un calvario. Todo empezó cuando el pasado mes de febrero recibieron una carta del Consorci d’ Educació, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, insistiéndoles que para el curso que viene tenían derecho a tener servicios y recursos educativos destinados a niños y jóvenes por ser una familia vulnerable. La carta les venía a recordar que en los colegios había plazas específicas para alumnos de familias con dificultades (llamadas plazas NESE del tipo B). En el folleto explicativo se informaba que los hijos de estas familias tienen las mimas "oportunidades que el resto" por lo que tienen el derecho a elegir los centros de su "zona educativa" donde inscribir al niño. En los requisitos concretaban que hay centros que no tienen plazas y que solo pueden acceder si ya tienen un hermano o hermana en el centro, que era el caso de esta familia. Recibiendo esta información, ambos decidieron inscribir a todos sus hijos en el Colegio Abat Oliva Spínola de Barcelona, donde ya estaban inscritos sus hijos mayores.

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Empezaron el trámite en marzo, tal y como les indicaba la misiva, siguiendo todos los procesos y documentación con detalle.  Tramitaron la vulnerabilidad con uno de los trabajadores sociales y el mismo colegio les confirmó que las solicitudes habían sido aprobadas, si bien, más tarde, les trasladaron que los menores no estaban en la lista de espera. Ahí empezaron los problemas. "Me denegaron el traslado, pero aceptaron al pequeño, he estado desde entonces intentado conseguir que agruparan a los de infantil, al menos, ya renunciando al traslado inicial, puesto que por logística familiar no podemos dividir a los niños más dependientes", explica.

Su mujer, María, cuenta que desde la gestión administrativa les empezaron a enviar resoluciones conforme no había posibilidad de hacer ese traslado, cuando ya se habían desmatriculado del anterior colegio. Por lo que los hijos medianos y pequeños se quedaron en un limbo burocrático del que nadie podía dar explicaciones, en el que han estado prácticamente todo el verano. Las respuestas ante las reclamaciones de los padres eran confusas: "Teniendo plazas disponibles en el centro y no ser todas NESE B, la administración les ha dejado sin posibilidad de elección, en el centro en el que estaban" Mare de Déu de Montserrat o "al no tener plazas, la administración les ha dejado donde estaban porque las NESE B ya están cubiertas".

"Por logística familiar no podemos dividir a los niños más dependientes"

Al único que admitieron finalmente fue al pequeño, de P3, descuadrando por completo la logística familiar y dividiendo a sus hijos en dos grupos. "El mismo día que empiezan el curso, me comunican vía mail que hay una resolución, que no una solución, han decidido, que para ayudar a facilitar la conciliación y así escolarizar al más pequeño, le han asignado una plaza en un tercer colegio, pues sí, han conseguido complicar un poquito más la existencia, tendría que haber seguido el consejo de la funcionaria del Consorci cuando me dijo, "tampoco el niño está obligado a estar escolarizado".

Los cuatro medianos estuvieron a pocos días del arranque del curso sin aparecer en ninguno de los dos centros, ni el solicitado ni el original. "Como comprenderá estamos en una situación que nos causa desasosiego sin encontrar la forma de organizar a la familia, hemos reclamado por vía ordinaria la situación, pero como le he dicho a una de sus compañeras, no nos podemos esperar 2 meses a que respondan como me ha sugerido", pedía urgentemente María, la madre, a finales de junio al Consorci.

A día de hoy, los tres mayores siguen matriculados en secundaria en el Abat Oliba Spínola, los 4 se han quedado donde estaban porque les han vuelto a admitir 'in extremis' y el pequeño, Josué, está en casa porque es la única forma de atenderle logísticamente. "Pregunta cada día cuando va a ir al colegio. Esto es un despropósito", ha dicho el padre. "El problema es que conciben a los hermanos por separado y no como una unidad familiar. Son solo expedientes. Si no me hubieran enviado esa carta no hubiéramos hecho nada". Con el curso empezado, los Moreno Serrano siguen haciendo malabares cada día sin saber cómo acabará esta situación.

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