Cataluña

La Generalitat cree que no es libertad de expresión hacer sonar el himno de España en la Diada

Meritxell Budó insiste en que fue un "boicot" contra un acto institucional. La portavoz de la Generalitat asegura que "no es comparable el escenario"

El eco del himno de España retumba aún entre la paredes de la Generalitat. Dos hombres, identificados posteriormente por los Mossos, hicieron sonar el símbolo nacional en plena ofrenda floral del Gobierno autonómico a Rafael Casanova mientras sonaba el "himno nacional de Cataluña", conocido como Els Segadors.

Meritxell Budó se ha negado a comparar este "boicot" con las pitadas protagonizadas por los independentistas en las finales de Copa cuando se hacía sonar el himno de España. Para entonces, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, mostraba una amplia sonrisa y aseguraba que era parte de la "libertad de expresión".

"Es un intento de boicotear un acto institucional", ha remarcado Budó, utilizando las mismas expresiones realizadas minutos después de terminar su homenaje. "Hubo una acción incívica, de no respeto como es escuchar el himno nacional de Cataluña", ha asegurado en la rueda de prensa tras terminar el Consejo Ejecutivo. "Se hizo para intentar boicotear el acto", ha asegurado, pese a que la pregunta se refería también a las pitadas de los independentistas al himno de España en actos institucionales. "No es comparable el escenario", ha considerado la consejera para dar por zanjada su respuesta.

La Generalitat no criticó los pitos a Torra en los Juegos

La respuesta ahora del Gobierno catalán es muy distinta a las versiones ofrecidas cuando se pita al himno de España en las competiciones oficiales, especialmente cuando juega el Barcelona las finales de la Copa del Rey, aunque el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se llevó una sonora pitada en los Juegos del Mediterráneo celebrados en Tarragona.

La Generalitat, por boca de Elsa Artadi, actual concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, aseguraba que los abucheos a Torra procedían de un público "sorprendentemente seleccionado", acusando a la organización de facilitar entradas en la ceremonia inaugural a catalanes y del resto de España dispuestos a desplazarse para pitar a Torra.

"Nos sorprendió que hubiese tan poca gente, porque desde la secretaría de Deportes de la Generalidad se habían pedido invitaciones para compromisos, tanto para nosotros como para la Diputación de Tarragona, y se nos dijo que no había", había afirmado Artadi, quien restó importancia a la monumental pitada. "Me parece normal que la gente se pueda expresar, esto no lo criticamos", había asegurado. De hecho, la Generalitat no persiguió ni le pareció un delito de odio estos silbidos.

"Me divirtió ver como, a pesar de las amenazas, el Estado no los evitó", decía Artur Mas tras la pitada al himno en 2015. "Hay que ser muy ingenuo para pensar que en un partido como el de ayer, en la situación en la que estamos, no se va a pitar el himno", había afirmado entonces el secretario general del Deporte de la Generalitat, Ivan Tibau, cesado de forma fulminante una vez llegó Carles Puigdemont.

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