Aragonés, acorralado y sin apoyo para las cuentas públicas, ha tanteado abrirse a Junts para sacar adelante sus presupuestos. Su rival antagónico en la cámara catalana, a quien dio carpetazo a la hora de pactar las cuentas, descartando toda posibilidad de encuentro además de medidas de los posconvergentes como la bonificación del impuesto de sucesiones. No le ha salido bien la jugada. Esta semana las cuentas públicas han llegado al pleno y el president ha tenido que negociar, agónicamente, para intentar atar el apoyo decisivo de los comunes. No han cedido ni un ápice. Primero, por estar en contra del proyecto del Hard Rock, al que el pacto de ERC y los socialistas no han renunciado y luego por la presión ejercida por Ada Colau, que sigue queriendo su parte del pastel dentro de la ecuación del Gobierno de Collboni. Una presión que ha precipitado el adelanto electoral en Cataluña al 12 de mayo.
El tema del megacasino del Hard Rock, heredero del BCN World, en Tarragona viene de lejos, desde 2016. Un proyecto al que se le ha dado demasiada carrerilla y cuya suspensión tiene un altísimo precio a pagar por una futura indemnización estratosférica por la inversión ya generada por los actores privados. Se trata de aterrizar el mayor complejo de estas características en Cataluña, equiparándolo al potencial de Las Vegas con 7.600 metros cuadrados para el ocio de las apuestas más complejos hoteleros. La presión en contra fue tal que las plataformas ambientalistas forzaron la intervención del Tribunal Superior de Justicia, que sentenció la anulación parcial del Plan Urbanístico por riesgo químico y requirió un informe ambiental. Desde entonces, 2020, la Generalitat ha ido encajando informes desfavorables por no cumplir los criterios de sostenibilidad ambiental.
Desde hace tiempo se espera como agua de mayo el informe definitivo ambiental a cargo del Departament de Acció Climàtica que lidera David Mascort. Según fuentes conocedoras, la presión que han recibido los técnicos para sacar cuanto antes este texto ha sido altísima estas semanas en medio de las negociaciones de Aragonés con los comunes. El mismo Mascort ha dicho está semana que el nuevo informe, necesario para la comisión de Urbanismo dé luz verde al Plan Director, saldrá en las próximas semanas.
Como declara la Plataforma Aturem el Hard Rock a Vozpópuli, la plataforma que llevó este proyecto al TSJC, la pelota está en el tejado de ERC. "Se debe retirar el proyecto para no aprobar el Plan Director, eso es potestad de Territori. La Generalitat tiene en sus manos tirar atrás la licencia del casino, tiene todos los poderes para revocar la licencia", expresan. La licencia de la gestión del proyecto la tiene desde 2018 Hard Rock por la que depositó una licencia de 10 millones. Aunque Hard Rock tiene el derecho a esa gestión, los terrenos donde se implantará son de Criteria, compañía de inversión de la Caixa, que a su vez vendería las parcelas, valoradas en 130 millones, al Hard Rock, que acabaría invirtiendo 2.000 millones en total. Ese trámite se haría a través de Incasòl, ente de la Generalitat encargada de la promoción de suelo residencial. La clave está aquí, en el papel de avalista que toma el Ejecutivo catalán en toda la operación.
El triángulo de Incasòl, Criteria y Hard Rock
Una vez se aprobara el Plan Director, Incasòl compraría el terreno a Criteria para venderlos inmediatamente al Hard Rock, pero la Generalitat no quiere pillarse los dedos y Pere Aragonès ya ha dicho que no avanzarán ni un euro.Esta operación solo se hará con la condición de que Hard Rock garantice la compra posterior, pero hay requisitos que aún hacen que el Hard Rock pueda dejar de lado el proyecto una vez llegue el momento. A esto se le añade que Criteria puede presionar tras la revalorización del precio de los terrenos y subir el precio de venta a la Generalitat, aún y cuando está operación ya estaba pactada desde 2019. El complejo escenario ha hecho que incluso el Govern empiece a decantarse por pagar una indemnización millonaria antes que mediar en una operación que puede salirles muy cara.
Según afirma la plataforma ecologista que presiona para que no se haga realidad este proyecto La Caixa está haciendo un pulso en toda esta operación poniendo ahora en duda la disponibilidad de los terrenos y presionando por la recalificación tras la construcción de 2.400 apartamentos de lujos y la construcción por Mediterránea Beach&Golf Community de una urbanización llamada Infinitum con campos de Golf al lado de los terrenos donde se asentará el Hard Rock.
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