Cataluña

Illa ficha para Exteriores a un excargo de Junts que en mayo asistía a los mítines de Puigdemont en Francia

Los socialistas catalanes multiplican los guiños al mundo convergente para facilitar la gobernabilidad de Pedro Sánchez

El tute cabrón
El president de la Generalitat, Salvador Illa Europa Press

La aproximación del PSC a la esfera convergente ha tenido esta semana uno de sus capítulos más discutibles. El miércoles pasado se anunció en el Consejo Ejecutivo de la Generalitat que el exalcalde de Junts en Campdevanol Oriol Lázaro ha sido nombrado director de Cataluña Exterior, organismo perteneciente a la Consejería de UE y Acción Exterior presidida por Jaume Duch. Así, si el anuncio de este último de que reforzaría las costosas embajadas catalanas para normalizar el catalán en la UE —una de las concesiones que Junts arrancó al PSOE— causó preocupación en el constitucionalismo, el fichaje de Lázaro está lejos de despejar dicha inquietud.

No en balde, la de Lázaro se trata de una reconversión ideológica sin solución de continuidad. Este exalcalde, durante la campaña de las últimas elecciones catalanas —a finales de abril y principios de mayo— se desplazaba a la localidad francesa de Argelers para presenciar los mítines diarios que allí ofrecía el candidato prófugo Carles Puigdemont. Por esas fechas, precisamente, también firmaba la carta del manifiesto “Municipios catalanes sin fronteras”, que aboga por derribar “fronteras mentales” y tejer vínculos entre Cataluña y la llamada Cataluña Norte —parte del Sur de Francia que el secesionismo considera territorio catalán—. Su nombramiento, por otra parte, se produce solo una semana después de que Junts alertase de que velarían para que las embajadas siguieran desempañando su papel de “estructura de país”.

El fichaje se enmarca en el despliegue de gestos socialistas al universo convergente que, tras la fotografía con Jordi Pujol —su figura más problemática—, se han acelerado. Y es que, el día anterior al nombramiento de Lázaro, se supo que el último presidente de la extinta PDeCAT David Bonvehí sería el nuevo Jefe de Economía Social y Cooperativismo. Bonvehí —aparte de ser conocido por convertirse en 2010 en el primer diputado en silla de ruedas en el Parlament— pasa por ser un nacionalista moderado. Es cierto que era diputado con Junts cuando Puigdemont declaró la secesión, pero luego se distanció de él abogando por un gradualismo de estirpe convergente —que intentó materializar con un PDeCAT escindido de Junts—. En cualquier caso, en círculos de Junts ha puntualizado que ingresa en el Ejecutivo socialista “desde la independencia ideológica”.

A estas incorporaciones hay que sumarles otras ya conocidas, como la del conseller de Justicia, Ramon Espadaler, que fue consejero de Interior con Artur Mas, pero se distanció del separatismo durante la consulta del 9-N; y la del conseller de Empresa Miquel Samper, también consejero de Interior, pero con Quim Torra. El contorsionismo de estas transiciones ha quedado patente con este último, que al entrar en el Ejecutivo de Illa se ha visto obligado a abandonar como abogado defensor del exconseller de Cultura Lluís Puig, que se encuentra fugado en Bélgica.

Por lo demás, y en la misma dirección ideológica, los socialistas han sondeado a la exlíder del PDeCAT Marta Pascal —de momento, infructuosamente— y han incorporado al exconseller Santi Vila —otro arrepentido del procés— al equipo municipal de Collboni como líder de un comité asesor de infraestructuras.

La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ha justificado estos trasvases aclarando que el Ejecutivo de Illa valora más la trayectoria profesional de los dirigentes que la “tradición política” de la que procedan. Y ha insistido en su idea fuerza de que en este Govern “cabe todo el mundo”. No obstante, los abundantes guiños del PSC a este entorno coinciden con un momento en el que, como es sabido, el Gobierno socialista en el Congreso necesita más que nunca atraerse a una esquiva Junts para sacar adelante los presupuestos y, con ellos, la legislatura.

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