Pedro Sánchez pone este jueves la guinda a sus concesiones a ERC y Junts tras sacar adelante la amnistía. Tras intensas y discretísimas negociaciones entre los de Carles Puigdemont y los socialistas desde finales de enero, los posconvergentes han conseguido el texto normativo que, consideran, tienen las garantías necesarias al excluir los casos de terrorismo grave. Un traje a medida al expresidente de la Generalitat y que previsiblemente beneficiará a alrededor de 200 independentistas procesados desde 2011.
Sin embargo, ni para Junts ni para ERC va a ser suficiente. El secretario general del partido, Jordi Turull, ya ha avisado que el objetivo consecuente va a ser la autodeterminación, la segunda proclama de Puigdemont en el pacto de investidura. La misma postura ha mantenido ERC hoy durante la votación de las enmiendas que han matizado el terrorismo, en la Comisión de Justicia. Los republicanos seguirán adelante con su plan de hacer efectiva la autodeterminación a cualquier precio, como Junts, mediante los mecanismos que llevan desplegando desde el procés y que pasa, a través de la 'agenda del reencuentro socialista', con el referéndum pactado.
"Ahora toca la autodeterminación"
Este jueves, lo que ambos partidos llevan esperando desde la sentencia del procés se ha hecho realidad pero, al unísono, reclaman lo mismo: "Ahora toca la autodeterminación", tal y como han expresado tanto Nogueras como Turull, y a lo largo de la tarde de este jueves el mismo Puigdemont. "Tenemos todo el derecho de continuar con el proceso independentista, a hacer política y a ejercer nuestros derechos sin ser violentados por las estructuras del Estado", ha expresado.
La voracidad secesionista no se va a quedar aquí, como bien han expresado hoy sino que mantendrán el pulso hasta el final con las tramitaciones más sensibles en la Cámara Baja. Tras la agónica amnistía, ahora es el turno de los presupuestos. Como han expresado sus dirigentes, Junts pone el "contador a cero" y pone la amnistía al margen porque obedece al pacto de investidura. Por mucho que el ministro de la Presidencia y Justicia Félix Bolaños se haya autofelicitado por el acuerdo a tres partes para sacar adelante la ley, los aires ganadores de Pedro Sánchez no significan nada para los posconvergentes.
Junts no garantiza a Sánchez tener sus 7 votos para las cuentas públicas nacionales, a pesar de haber llevado a los socialistas al límite en los tiempos de negociación y dejarles en evidencia tras tumbar la ley el pasado 30 de enero y después de todas las concesiones del PSOE en verano que van, desde al mediador internacional hasta el traspaso de Rodalies para ERC. No solo van a seguir el camino de la autodeterminación, sino que también van a exigir un pacto fiscal para que el Estado resuelva la "deuda histórica" del pueblo catalán, algo que han vuelto a decir en el Parlament este jueves, momentos después de la aprobación del texto normativo de la amnistía.
Lo ha dicho del diputado de Junts Jordi Munell: "Un acuerdo justo con el Estado tiene que pasar por la condonación de la deuda histórica". Ahora empieza una nueva etapa en la que, si bien se ha blindado a Puigdemont del "terrorismo callejero" que está investigando el Supremo y que implica a Tsunami Democratic, los objetivos y la hoja de ruta de Junts siguen siendo los mismos en pleno año electoral con el pulso y choque frontal con ERC por la agenda independentista. La ley de la amnistía garantiza el relanzamiento de la carrera política de Carles Puigdemont con las elecciones europeas en el horizonte y sin cerrar la puerta a que, si se da la coyuntura, pueda ser candidato a la Generalitat.
El objetivo ahora es presionar para hacer efectiva la independencia de Cataluña desde Bruselas. Con la baza de Puigdemont en las instituciones europeas y sin cargas procesales, los de Junts han forzado un nuevo camino para poner entre la espada y la pared a Pedro Sánchez y hacer que la UE modere el conflicto político con Cataluña. Tal y como ha explicado el diputado Francesc de Dalmases en el Parlament este jueves, un 'juntaire' del ala de Laura Borràs, el horizonte es una Cataluña europeísta que tenga voz propia dentro de la UE como estado miembro. Un espacio donde Puigdemont "ha encontrado el espacio donde hacer justicia", ha dicho, y cuya fecha electoral es muy significativa para el partido precisamente por eso.
Un camino que ya se está encargando el Govern de Pere Aragonés de abrir, desde la consellería de Acció Exterior de Meritxell Serret, también presente este jueves en la comparecencia de Dalmases como muestra de apoyo. Esta hoja ruta también la han potenciado los socialistas como moneda de cambio para la investidura de Pedro Sánchez, con iniciativas como la intervención del ministro de Exteriores en las instituciones europeas para que el catalán sea una lengua oficial, otra medida pactada con Junts. Pedro Sánchez acaba así de pagar sus impuestos por revalidar el mandato como presidente del Gobierno, pero sigue hipotecado a los votos de Carles Puigdemont. La única diferencia es que ahora los de Carles Puigdemont tienen más garantías y Sánchez sigue igual de atado, fiscalizado crónicamente por los partidos nacionalistas.
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