Salvador Illa deshoja la margarita para hacerse con la presidencia del Parlament en el tiempo de descuento, aunque sin un resultado claro. Los socialistas catalanes esperan poder cerrar un acuerdo para la representación del segundo órgano de la cámara catalana 'in extremis', en pleno escenario electoral del 9-J y dando margen tanto a ERC y Junts. Para oxigenar las conversaciones en pleno ritmo frenético por la aprobación de la ley de la amnistía este jueves, la campaña electoral europea y los tiempos parlamentarios, la estrategia del PSC es jugar con los tiempos y apostar por la tranquilidad, desvinculando las conversaciones sobre la Mesa con la del pacto de investidura para presidir la Generalitat.
En el mismo sentido juega ERC. En plena crisis interna, los republicanos separarán las negociaciones de la Mesa de las conversaciones por la investidura. Los republicanos ven "imposible" un acuerdo para investir a ningún presidente antes del día 10 de junio, cuando tendrá lugar el pleno de constitución del nuevo Parlament. Desde Calabria avisan de que la negociación de la Mesa no supondrá prever la investidura: "Irán por separado". Asimismo, ERC fijará las bases de la consulta a la militancia en un Consejo Nacional el próximo 15 de junio, 5 días después de constituir la cámara y con la amnistía ya aprobada. Preguntará a las bases sobre una eventual investidura y no cierran la puerta a ningún escenario, tampoco el de una repetición electoral.
El PSC sigue defendiendo que los resultados de las urnas deben reflejarse en la representación de la Mesa y que eso incluye al PP con un secretario para reflejar el "pluralismo". Eso implica la presidencia del Parlament, que les daría seguridad a la hora de abrir el debate sobre la candidatura a la Generalitat, aunque el partido también teme que la balanza se decante por un bloqueo secesionista. De hecho, la CUP ya ha invitado a ERC y a Junts a posicionarse de forma más firme en bloque para lograr la abstención del PSC y que Puigdemont sea presidente. Illa ha elevado así el tono haciendo un llamamiento a la responsabilidad de los partidos para que respeten los resultados y, si bien esperan que las negociaciones se encaucen.
Los socialistas consideran que el independentismo ya ha perdido la mayoría representativa pero Puigdemont no tira la toalla. Junts ya está tentando a los republicanos con su apoyo para que puedan hacerse con la presidencia de la cámara catalana y hacer un cordón sanitario al PSC. Puigdemont se asegura así tener un aliado crucial el 10 de junio con la constitución del Parlament y que su candidatura esté atada frente a la alianza de Illa con los comunes. La CUP estaría también forzando las conversaciones para retejer ese bloque independentista y dejar 'noqueado' a Illa.
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