Se llama Silvia Orriols y ha irrumpido en el flanco derecho del catalanismo más conservador, ocupado por Junts, de manera sorpresiva y levantando ampollas. La alcaldesa de Ripoll preside el partido Aliança Catalana, un partido emergente que se postula como la alternativa definitiva para la emancipación de Cataluña del Estado con una agenda que apuesta por una política inmigratoria restrictiva, el impulso a la industria catalana y la defensa de los "valores que han construido Cataluña a lo largo de los siglos", protegiendo la familia catalana y la "supervivencia del catalán".
La agenda antimigratoria de Orriols tiene trayectoria. Antes de fundar el partido, estuvo afiliada al Front Nacional de Catalunya, un partido con un fuerte discurso antimigratorio que se hizo fuerte en Ripoll después de los atentados del 17-A y que llegó obtener un concejal en el municipio. En marzo de 2020 dejó el partido y prosiguió como concejal no adscrita, hasta que en verano de ese año fundó Aliança Catalana, con un tono más radical, afianzando la agenda islamófoba y desde la retórica de la invasión como amenaza al catalanismo.
Su irrupción al hacerse con el bastón de mando de la alcaldía de Ripoll ha puesto sobre la mesa electoral la delicada problemática de la integración en Cataluña, y sobre todo pone en jaque a Junts de cara a las elecciones catalanas, que pueden anticiparse, tras el éxito del discurso antimigratorio que nadie había abanderado hasta ahora en la región. Un discurso que ya gana adeptos en las filas catalanistas y se refleja en los comentarios halagüeños que recibe Orriols y que la podrían aupar este 2024 como un nuevo actor político importante en campaña.
Además llega un momento en el que el secesionismo de la izquierda, con la CUP y ERC, está de capa caída. El primero en pleno proceso de refundación y el segundo sin saber aún la estrategia clara del partido por la amnistía y el Govern en minoría de Pere Aragonés, que debe sacar unos presupuestos adelante con un PSC que no le garantiza nada. Junts, por otra parte, aún no sabe el precio electoral que ha tenido su pacto con Pedro Sánchez y debe definir su rearme municipal de cara a las elecciones catalanas. En este contexto, Aliança Catalana aspira a entrar como fuerza política en el Parlament en los comicios de febrero de 2025.
Critica de nacimientos de extranjeros
Su primer tuit de este año, tras el nacimiento de los primeros niños en Cataluña era el siguiente: "Si el dinero que se utiliza para subvencionar y potenciar la sustitución demográfica y cultural de nuestro pueblo, se utilizara para incentivar a las familias numerosas autóctonas, el primer bebé del año volvería a ser del país. Dime racista, que los racistas son ellos", aseguraba en su perfil de X, antes Twitter. Los comentarios en la red se multiplicaban y ha llegado a las 130 mil visitas. "Tanto me he jodido si alguien me toma x racista. La verdad es que nunca me había considerado, ¡ahora yo misma lo reconozco! ¡DE FUERA VINIVERON Y DE CASA NOS QUITARAN! ¡NO LO PIENSO PERMITIR! ¡Se acabó vivir del cuento cuando los de aquí apenas llegamos a finales de mes!", le contesta una usuaria.
? Quin camí polític escollireu per aquest 2024? pic.twitter.com/pOBhwUMdhE
— Sergi Maraña (@SergiMaranya) December 31, 2023
Orriols cogía carrerilla al acabar el año también con la publicación de una viñeta del diario ARA, donde aparece un independentista con la 'estelada' teniendo que elegir su camino electoral. Entre las múltiples vías aparecía una senda que indicaba el 'modelo Orriols', otro 'Puigdemont y otra vez lo mismo', otro 'mesas de diálogo' y otro 'Illa no está tan mal'. Los comentarios a la alcaldesa de Ripoll se multiplicaban también: "Modelo Orrils" o "Orriolista" dicen varios usuarios.
A medida que empieza un año en Cataluña marcado por la ley de la amnistía, la sequía y los estragos de los críticos resultados educativos, Orriols va erigiéndose como la sargento de hierro pura raza catalana que salvará la autonomía. Aún así, su último pulso no tuvo éxito. El Ayuntamiento de Ripoll ha tenido que volver a izar la bandera española después de la denuncia de Impulso Ciudadano, cumpliendo así con la Ley 39/1981, de 28 de octubre, que regula el uso de la bandera de España y otras banderas y enseñas.
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