Huido de la Justicia desde hace casi siete años, Carles Puigdemont, expresidente catalán, amenaza con reventar la investidura de este jueves del candidato socialista Salvador Illa, en un escenario plagado de incertidumbres y con una única certeza: si el líder independentista pone los pies en España y las fuerzas de seguridad acreditan su presencia, deberá ser detenido debido a la orden del Tribunal Supremo que pesa sobre él. Los Mossos d’Esquadra ya planifican su arresto, aunque Policía Nacional y Guardia Civil también podrían participar en un supuesto operativo.
Sobre el tablero hay dos propuestas diametralmente opuestas, aunque en todos los escenarios se esboza el regreso de Carles Puigdemont para detonar la investidura de Salvador Illa, en un último intento por retomar el espíritu del procés y del referéndum ilegal de 2017. Por un lado, el expresidente catalán aspira a hacer el máximo ruido posible para alterar en la medida de lo posible la designación del dirigente socialista al frente del Gobierno catalán; por otro, las fuerzas de seguridad aspiran a que la detención se lleve a cabo lejos del espectáculo mediático y del histrionismo.
Cabe recordar que la intención de Carles Puigdemont siempre ha sido reventar, en la medida de lo posible, la investidura de Salvador Illa. En las últimas jornadas emitió un comunicado en el que acusaba a ERC -tras dar el ‘sí’ al dirigente socialista, al arrancarle la promesa de un cupo catalán similar al de País Vasco o Navarra- de ser los verdaderos culpables de su detención, en caso de que esta se produjera.
El entorno del expresidente catalán desliza que su regreso ante la investidura de Illa está asegurado. También lo estaría su detención, ya que pese a la derogación de la sedición, aún pesarían sobre él las acusaciones de desobediencia y malversación en su tipo agravado. Su arresto serviría como acicate a Josep Rull, presidente del Parlamento de Cataluña y miembro de Junts -el mismo partido que Puigdemont- para posponer el acto de investidura de Salvador Illa.
Los planes de Puigdemont
Lo cierto es que todo lo que pueda acaecer el jueves, en la sesión de investidura, está supeditado a un hipotético: el regreso de Carles Puigdemont. ¿Cómo se producirá su detención? ¿Llegará solo, tratando de acceder al Parlamento catalán, o llegará acompañado de una multitud para entorpecer la actuación policial? ¿En qué momento y de qué manera cruzará la frontera?
Todas esas posibilidades se presentan ante la incertidumbre del próximo jueves, si bien fuentes de seguridad consultadas por Vozpópuli detallan que los Mossos d’Esquadra ya trabajan en un dispositivo para capturar al expresidente catalán.
El peso de la actuación recae, de momento, en los servicios de Información del cuerpo autonómico, que trabajan sobre las diversas hipótesis que plantea el regreso de Carles Puigdemont. La ausencia de controles físicos y la permeabilidad de la frontera entre Francia y España dificultan su interceptación al acceder al país, presumiblemente por vía terrestre, y tampoco hay evidencias de cuándo lo hará, si es que no lo ha hecho todavía.
El siguiente esbozo del plan de Puigdemont se dibuja sobre el propio Parlamento autonómico, toda vez que la intención del expresidente catalán pasa por presentarse en la cámara el propio jueves. Como es habitual ante este tipo de jornadas, habrá un refuerzo policial en el entorno de la institución.
No obstante, tampoco hay certezas de si Puigdemont pretendería acceder de forma sigilosa y con la menor compañía posible o si quiere hacerlo arrastrando una multitud para impedir su detención en la vía pública. Los Mossos d’Esquadra cuentan con un plan para tratar de detenerlo antes de llegar al edificio.
Dentro del Parlamento
¿Y si llegara al interior del Parlamento autonómico? ¿Podría ser detenido dentro de la Cámara? A pesar de las dudas que surgen en torno a estos interrogantes, fuentes jurídicas consultadas por este diario apuntan que, al pesar una orden de detención dictada por el Tribunal Supremo, al cuerpo policial -en este caso, los Mossos d’Esquadra- les bastaría con trasladar la notificación al presidente del Parlamento para acceder al recinto y capturar a Puigdemont.
Una posibilidad, ésta última, que en ningún caso satisface la pretensión de las autoridades policiales de efectuar la detención en discreción y lejos de los focos.
Hay que destacar que, aunque sean los Mossos los que lleven el peso en las principales actuaciones para la detención de Puigdemont en caso de una reaparición pública en España, también pueden ser Policía Nacional o Guardia Civil los autores de su captura, en caso de tener alguna evidencia clara e inmediata sobre su paradero.
Un escenario lleno de incógnitas que supone el último capítulo en el largo camino que conduce a la mayoría de Salvador Illa, en una compleja aritmética parlamentaria que amenaza con saltar por los aires con el retorno de Puigdemont y que acarrea, además, la cesión de un concierto económico en la comunidad autónoma.
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