A la cabeza de la beligerancia contra el bilingüismo en Cataluña asoma la asociación Òmnium Cultural. La última vez que se le ha visto ha sido el día 7 de este mes instando al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a revocar la sentencia que obligó a impartir un 25% de enseñanza en castellano en la clase de un alumno de Canet de Mar, cuyos padres litigaron por ese derecho constitucional. Los de Òmnium han visto en el conflicto jurídico sobre el 25%, pendiente ahora del Tribunal Constitucional, una rendija para aplicar a la familia de Canet de Mar, hijo incluido, el escarmiento que no hizo mella hace siete meses, ni siquiera acosando al menor y a sus padres.
Así es la asociación cultural más poderosa de Cataluña. Con un presupuesto superior a los 10,3 millones de euros, 190.000 socios, 52 sedes y 102 empleados en plantilla, dirige su artillería contra la familia de un escolar de un pueblo de 14.000 habitantes. Aliada de otros grupos y partidos políticos independentistas, esa entidad ha sido motor cultural e ideológico del procés que desembocó en el golpe del 1-O llevando a su presidente, Jordi Cuixart, a la cárcel.
A Òmnium Cultural le avala un pasado de cercanía productiva al poder, llámese Francisco Franco, Jordi Pujol, Pascual Maragall, Artur Mas, Puigdemont… incluso Quim Torra presidió esa entidad antes que la Generalitat. La excepción fue Josep Tarradellas, quien desde el exilio hizo un fatídico diagnóstico sobre la hipocresía y doble juego de Òmnium: "Ser o decirse catalanistas en Barcelona, franquistas en Madrid, servir fielmente al régimen y, al pasar la frontera, presentarse como ultranacionalistas. Como comprenderá, esto tendrá para Òmnium Cultural resultados catastróficos". Tarradellas sabía de qué hablaba. La entidad que hoy alimenta hábilmente la hispanofobia en la enseñanza, la literatura y toda clase de manifestaciones culturales, nació con permiso del General Franco en julio de 1961.
Cinco empresarios influyentes de la oligarquía catalana consiguieron la legalización de Òmnium Cultural como asociación centrada en el fomento de la lengua catalana: Luis Carulla (fundador de Gallina Blanca, Tampax, Ausonia… patriarca de una de las familias más ricas de España), Félix Millet (presidente del Banco Popular, Opus Dei, padre del Félix Millet condenado por desfalco y saqueo del Palau de la Música), Joan B. Cendrós (fascista declarado), Pau Riera y Joan Vallvé.
La versión oficial de la entidad sobre su nacimiento dice que tuvo lugar el 11 de julio de 1961 "durante la larga noche de la dictadura franquista (…) Ellos crearon la entidad en un momento histórico marcado por la censura y la persecución de la cultura catalana". Esa explicación, al querer impregnar de épica el acto fundacional, incurre en una flagrante contradicción: si los padres fundadores fueron agraciados con la legalización estarían bien situados en esa "larga noche"; y si la cultura catalana estaba tan perseguida, ¿por qué fue autorizada una asociación dedicada a promover la lengua y la cultura catalanas?
El relato histórico que Òmniun Cultural (OC) vende ahora a sus miles de socios no incluye toda la realidad de aquellos años 60, pues en el franquismo la lengua catalana estuvo más prohibida que perseguida. A partir de los 50 empezó a ser tolerada en algunos círculos y en los 60 la tolerancia se fue extendiendo y permitiéndose su uso en artes escénicas. Nunca fue reconocida como lengua cooficial, pero los fundadores de OC se beneficiaron de cierta manga ancha de Franco ante una oligarquía que le ayudó en la guerra y una burguesía colaboradora del Régimen.
Cuando se crea Òmnium ya existían legalmente dos galardones literarios en catalán, el Premio Mercé Rodoreda de Cuentos (1953) y el Sant Jordi de Novela (1960), a los que sucedieron cuatro más hasta 1968. Otros datos menos conocidos sobre las lenguas y la enseñanza en Cataluña en aquella época son ocultados en el relato maquillado que llega a los socios de cuota de OC. En un torpe ejercicio de manipulación histórica, ha borrado en su relato oficial tres datos singulares que no blanquean la dictadura franquista en materia lingüística, pero su ocultación desautoriza a quien lo hace.
Se trata del Decreto sobre Ordenación de la Facultad de Filosofía y Letras, (BOE 4/8/1944, pg. 5917), que establece tres horas semanales de Filología catalana en 5º curso de Románicas. Un acuerdo en 1967 del Institut d'Estudis Catalans (así era su denominación oficial) con el Ministerio de Educación, estableciendo una hora diaria de enseñanza de catalán, voluntaria y gratuita, en las escuelas públicas de Barcelona. Y el Decreto 1433/1975, de 30 de mayo, firmado por Franco seis meses antes de morir, regulando "la incorporación de lenguas nativas" en los programas de Preescolar y EGB para lograr "una efectiva incorporación de las peculiaridades regionales al patrimonio cultural español".
Presume Ómnium Cultural de haber sido "herramienta de resistencia nacional" aunque en 1969, aún caliente el estado de excepción en todo el territorio nacional, con centenares de detenidos y deportados, el franquismo le permitió celebrar la primera fiesta del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, en el Palacio de Congresos de Barcelona. Y ese mismo año constituyeron su Delegació d'Ensenyament en Catalá, con exámenes a futuros profesores de dicha lengua.
La historia oficial de OC resalta que fue ilegalizada desde 1963 a 1967. Aquella medida represiva levantó sospechas en las filas del PSUC sobre un presunto montaje para adquirir el pedigrí democrático del que la entidad cultural no gozaba, dadas las circunstancias políticas de su constitución. De esa ilegalización volvió con más brío y recursos, y ya en 1970 la muchachada de Òmnium recorría los pueblos catalanes con un bibliobús de Edicions Proa, promocionando la lectura solo en catalán.
A partir de la instauración del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes la asociación se profesionalizó en la organización y convocatoria de galardones literarios, propios y ajenos, siempre discriminando los textos escritos en español. Una discriminación fruto del sectarismo como quedó patente en 1991 con el veto a la presencia del entonces ministro de Cultura, Jordi Solé Turá, en la fiesta literaria de la Nit de Santa Llúcia. Motivo: "Porque invitamos a quien queremos", fue la explicación de Òmnium Cultural.
La antigua sintonía con las autoridades franquistas fue premonitoria de su actual complicidad con las autoridades del Govern independentista, de los organismos públicos y semipúblicos de la Generalitat y de los ayuntamientos y diputaciones, para llevar adelante una política lingüística de tintes hispanófobos. Se trata de corporaciones públicas gobernadas por partidos separatistas, muchas veces en alianza con el sanchismo del PSC y en ocasiones con los populistas de En Comú Podem. Bien es cierto que el ayuntamiento barcelonés es excepción en la discriminación lingüística para premios literarios.
El fructífero manejo de Òmnium Cultural sobre el universo de los galardones literarios tiene como resultado, según demuestra un estudio de la Asamblea por una Escuela Bilingüe, que siete de cada diez ayuntamientos catalanes excluyan el español en las bases de sus premios, la gestión de los cuales está asignada en muchos casos con OC. Es otra vía, poco sutil, por la que se desliza el monolingüismo identitario germen de hispanofobia.
Con el tiempo, la entidad fue ampliando su campo de acción gracias al apoyo y colaboración de los poderes públicos, siendo el caso más destacado la forma rocambolesca, casi bananera, por la que en 2003 accedió a la propiedad de su lujosa sede central, en la calle Diputació de Barcelona. Los pormenores de aquel enjuague destapado por José Domingo, entonces diputado por el Grupo Mixto y hoy presidente de Impulso Ciudadano, se resumen en la entrega a Òmnium Cultural, sin publicidad ni garantía, por el gobierno de Pujol, de 600.000 euros procedentes de una herencia intestada para que esa asociación adquiriera el local. Aquel gesto gracioso de Pujol, poblado de irregularidades tapadas por la omertá nacionalista, permitió a Òmnium hacerse con dos plantas de 290 m2 en una zona céntrica de la capital por un importe total de tres millones de euros. Su inauguración contó con la presencia de las fuerzas vivas de la localidad: el ya presidente de la Generalitat, Pascual Maragall; el presidente del Parlament, Ernest Benach; la consejera de Cultura, Caterina Mieras y el alcalde de Barcelona, Joan Clos.
El favoritismo económico y mediático dispensado por la Generalitat no ha cesado. Aunque en los dos últimos ejercicios no ha dispuesto de subvenciones directas del Govern, en 2009 se descubrió que Òmnium Cultural había recibido del gobierno tripartito más de 7,6 millones de euros entre 2004 y 2008 mediante 80 subvenciones procedentes de Departamentos en manos del PSC y ERC. Sí se mantiene el trato privilegiado en los medios de comunicación públicos, motivo de una queja formal de Impulso Ciudadano al Consejo del Audiovisual de Cataluña que, entre otras cosas, recoge que esa asociación ha firmado un convenio con la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales "para que TV3 y Catalunya Ràdio cubran sus actos que, como es sabido, son esencialmente políticos".
Sobrada de recursos y servida de apoyos oficiales, Òmnium despliega actividades políticas del nacionalismo excluyente pese a que declare defender "los derechos civiles y las libertades de los catalanes" y fomentar "la lengua catalana, la cohesión social, la educación y la cultura" con el "objetivo construir (…) una sociedad activa, crítica, integradora y cívica". Sin entrar en esa terminología calculadamente ambigua, las iniciativas más sonadas de OC no encajan ni con los derechos de los catalanes (todos), ni con la integración, ni con la cohesión social.
El empeño (recogido al comienzo de estas líneas) por arrebatar al niño de la escuela Turó del Drac, en Canet de Mar, el derecho a recibir enseñanza en castellano, se ha materializado en una ofensiva de Òmnium Cultural a través de un grupo de padres de alumnos dirigidos por el abogado Benet Salellas -ex diputado de la CUP en el Parlament- en su oposición al 25% de enseñanza en castellano. Se trata del mismo letrado que defendió al sedicioso Jordi Cuixart en el juicio por el 1-O en el Tribunal Supremo, haciéndose merecedor de que le parara los pies el presidente del tribunal, Manuel Marchena. Su primera intentona jurídica contra la aplicación del 25% ha sido rechazada por los tribunales.
Del ardor guerrero que rezuman los pronunciamientos e iniciativas de OC contra el bilingüismo consagrado en la Constitución y el Estatut, contra la aplicación normal de cooficialidad de lenguas, es una muestra la arenga de su presidente, Xavier Antich, en la ceremonia de entrega de la Flama del Canigó a la presidenta del Parlamento, Laura Borrás. La foto inferior recoge un momento del discurso de Antich con las palabras que la propia asociación destaca en su web.
El protagonismo de Òmnium en las campañas de desprecio a la lengua española, a la bandera española y, en definitiva, a la visibilidad del Estado español en esa comunidad autónoma, es vibrante desde hace años. No se ha privado de participar, cuando no liderar, en los sucesos que llevaron del Freedom Catalonia en los JJ.OO. a la consulta del 9-N, del derecho a decidir al procés, del golpe del 1-O a las movilizaciones por las condenas en el Supremo… también montó en 2021 un acto para el desalojo de la Jefatura Superior de Policía de su sede en Vía Layetana.
Prueba del carácter y la intencionalidad de Òmnium Cultural son los hitos recientes que destaca de su trayectoria recogida en su web hasta 2015 aunque en años posteriores ha sido organizando con la ANC las manifestaciones de la Diada y demás movilizaciones de carácter independentista:
- Promotora de la campaña Acció Olimpica para los JJ.OO. de 1992, impulsando el 'Freedom for Catalonia'.
- 2004: campaña Free Catalonia aprovechando el Forum Universal de las Culturas en Barcelona.
- 2005: campaña 'Digamos NO a la Constitución Europea'.
- 2007: acto público con el lema 'Nosotros decidimos: dignidad nacional'.
- 2008: acto en el Teatro Nacional de Cataluña bajo el lema 'Juntos! por Cataluña', negando legitimidad al Tribunal Constitucional y reivindicando el cumplimiento de la "voluntad del pueblo catalán".
- 2010: convocatoria de la manifestación 'Somos una nación. Nosotros decidimos'.
- 2012: presentación de la hoja de ruta titulada 'Todos construimos un nuevo estado de Europa'.
- 2013: organización del Concierto por la Libertad en el Camp Nou, a favor del “derecho a decidir de Cataluña”.
- 2014, manifestación con el lema 'Por un país de todos, decidimos escuela catalana', contra "la judicialización y politización que amenaza un modelo de éxito que asegura la cohesión social".
- 2015: movilización junto a ANC de cara a las elecciones del 27 de septiembre.
Con el trilema Llengua Cultura País que sostiene su logotipo, la Òmnium Cultural autorizada, que venía a ser bendecida, por el Régimen de Franco en 1961, participa en todos los frentes que alimentan la expulsión material, cultural y simbólica de España del territorio catalán. Un viaje que le ha llevado del identitarismo al independentismo, terminando en cierto supremacismo y en una hispanofobia calculada, subliminal, con eslóganes poco explícitos y acertados mensajes iconográficos.
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