Cataluña

El PP planteará en Cataluña un discurso "más ideológico" contra el independentismo: "Iremos al choque"

Génova considera que son "campañas diferentes contra rivales diferentes", pero cambiará la estrategia respecto al País Vasco. Lo hará, eso sí, "sin renunciar" al mensaje de gestión

Votó el País Vasco este domingo y ahora es el turno de Cataluña. España está inmersa en un carrusel electoral permanente que culminará el 9 de junio con las elecciones europeas, pero que escalará su ochomil el próximo 12 de mayo. Es ahí donde Alberto Núñez Feijóo medirá su músculo electoral en otro territorio comanche para su partido. El PP subió un escaño –tres, defienden en Génova, restados los diputados correspondientes a Ciudadanos en 2020 al concurrir en coalición– y 35.000 votos este 21-A. Un saldo de siete diputados y 97.149 votos que mejora los resultados de hace cuatro años, aunque considerado cuando menos tibio en muchos sectores del partido.

Fuentes de la dirección nacional del PP subrayan lo difícil de "reconstruir el proyecto político" en Cataluña y País Vasco. "Queda mucho camino por recorrer", reconoció Borja Sémper en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección. El portavoz nacional de la formación, eso sí, se congratuló por "corregir una tendencia de 20 años de descenso continuado". Conscientes del punch perdido en estas regiones en los últimos tiempos, el PP se emplaza a un proyecto a medio y largo plazo. Los populares, sin embargo, mostrarán en Cataluña una versión más correosa e incómoda contra el independentismo y menos reservona que la vista en Euskadi. "Iremos al choque", zanjan fuentes de Génova consultadas por Vozpópuli.

La oferta electoral de Javier de Andrés se basó en una "alternativa de gestión" al PNV. No fue el único, pero sí el principal caladero de votos detectado por Génova: el de un votante "nacionalista no independentista" que, cansado de un proyecto considerado obsoleto por el PP, podría apostar por una opción moderada y de marcado corte económico. Para ello, minados los mensajes identitarios, afinada la ingeniería discursiva, la estrategia pasaba por dejar lo ideológico en un segundo plano. Ahora, por el contrario, el objetivo es aglutinar todo el voto constitucionalista y no buscar nacionalistas conversos. Y es el propio candidato quien quiere que la música del PP suene más fuerte en Cataluña.

Tengo clarísimo quienes son mis rivales en estas elecciones: los separatistas y quienes les sostienen. Punto. Y no pienso dedicar ni medio segundo a otra cosa que no sea ofrecer una alternativa a su decadente "proceso"

— Alejandro Fernández (@alejandroTGN) April 22, 2024

"Tengo clarísimo quiénes son mis rivales en estas elecciones: los separatistas y quienes les sostienen. Punto. Y no pienso dedicar ni medio segundo a otra cosa que no sea ofrecer una alternativa a su decadente 'proceso'", fue la declaración de intenciones pública lanzada en X este lunes por Alejandro Fernández. Fuentes cercanas al candidato del PP a la Generalitat de Cataluña descartan con rotundidad que el tuit significara una suerte de dardo a Sémper, quien rechazó de plano la campaña vasca había sido "tecnocrática", pero que defendió la gestión del "día a día de los ciudadanos" como "política de primer nivel". Algo marca de la casa.

"Lo que se va a hacer es contrastar con claridad los distintos proyectos", adelantan otras fuentes del PP catalán cercanas a Fernández, "el que representan los partidos separatistas (y quienes los apoyan) con sus políticas procesistas que han traído la decadencia a Cataluña y la oferta electoral que representa Alejandro como alternativa al separatismo". No obstante, aseguran las fuentes del PP catalán consultado por este periódico, "la campaña vasca no cambia" un ápice la estrategia y "se va a hacer lo que estaba previsto". ¿Un discurso más ideológico? "Sí, un discurso más ideológico", concede otro dirigente catalán con mando en plaza, "pero con un mensaje que combine ideología y gestión".

"Sería un error atacar a Vox"

En Génova defienden esta última idea en base a dos argumentos: la diferencia entre los adversarios políticos en una y otra región y que en Cataluña "hay más argumentos" contra el independentismo. "Son campañas diferentes contra rivales diferentes", sostienen sobre la diferencia de "confrontar con la gestión del PNV" –según la estrategia trazada– y disputar el voto del constitucionalismo. Repelen en la sede nacional del PP, eso sí, la noción de que hayan "tenido un corsé" contra el nacionalismo vasco en las últimas semanas. Sobre el segundo argumento, basta mencionar lo sucedido el 1 de octubre de 2017 en Cataluña, a un personaje como Carles Puigdemont y a un partido como Junts.

Es sabido, además, que el PP busca el voto heredero de Inés Arrimadas con el que Ciudadanos ganó las elecciones en Cataluña en diciembre de 2017. Y también el descontento con Salvador Illa y el PSC a raíz de la sociedad política formada en Madrid entre Pedro Sánchez y los partidos independentistas catalanes. Y el que se fue a Vox hace tres años. Es decir, un discurso con el que liderar un constitucionalismo en el Parlament del que ya apean al PSC.

Para ello, será necesario absorber el voto cautivo de CS, el del socialista "defraudado" con Illa y Sánchez y el que Vox atrajo en febrero de 2021 dejando KO a los populares. 11-3, le endosó entonces Vox al PP en unas elecciones recordadas por la resaca bíblica de Pablo Casado, quien, aturdido aún por el peor resultado jamás cosechado en Cataluña, puso el cartel de se vende en la sede nacional de Génova 13. Son muchos los que dan por seguro el sorpasso a Vox el próximo 12-M. "Pero sería un error atacarles", acota el dirigente catalán consultado lejos del entorno de Fernández. Un extremo totalmente compartido, a tenor del tuit que publicó este lunes, por el propio candidato.

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