Queda poco más de un mes para que se cumplan cinco años de la celebración del 1-O y el independentismo ya ha lanzado los primeros preparativos. El mandato es claro: una vigilia nocturna en los colegios electorales afectados por los disturbios, movilizaciones, un gran acto y un recopilatorio de urnas a las que 'rendir culto' en Barcelona. El Consell de la República, la entidad privada encabezada por Carles Puigdemont que lucha por culminar el independentismo, ha planificado estos actos a la espera de dar un impulso a la causa a través del escenario público. Los diferentes actos contarán con el apoyo de las delegaciones de ANC (Asamblea Nacional Catalana) en los municipios catalanes.
Tal y como ha declarado el responsable del Consell per la República de Relaciones Institucionales, Antoni Castellà, se prevé que el 30 de septiembre, la noche anterior al 1-O, se haga un llamamiento a la concentración por la noche en los colegios electorales donde hubo "represión de la policía española", tal y como destaca el medio independentista Vilaweb. Es decir, esperan ocupar centros educativos para culminar su homenaje. La propuesta nace para homenajear a las personas que durmieron en los colegios electorales para asegurar que éstos abrirían al día siguiente para la votación.
Tras la vigilia, la mañana del 1-O de 2022 estará marcada por las actividades organizadas por ANC que buscan "reivindicar a todos los que votaron", sin dar más detalles de qué tipo de actos se harán. El vicepresidente de la entidad, Jordi Pesarrodona, ha declarado que la entidad prepara, además, una recogida de algunas urnas del 1-O en Cataluña para luego trasladarlas a Barcelona y celebrar un acto.
Por la tarde tendrá lugar el acto más grande para 'honrar' el referéndum de 2017. Se celebrará a las 17 horas en el Arco del Triunfo, un lugar que ha sido anunciado por Puigdemont en un vídeo: "Este 1 de octubre, todos al Arco del Triunfo. Defendamos el 1 de octubre, ganemos la independencia". Tanto ANC como el Consell per la Republica, vinculado con JxCAT, Òmnium Cultural, l’Associació de Municipis per la Independència, la Intersindical CSC i la Cambra de Comerç de Barcelona apoyan la concentración y esperan una gran movilización soberanista para que la lucha por la independencia de Cataluña no decaiga.
"No se han conseguido nunca los 700.000 votos secuestrados a golpe de porra, que no se han contabilizado y superarían el 52% que ahora decimos", ha declarado ANC. La idea es reivindicar la "validez" del referéndum unilateral del 1-O frente al monumento del Arco del Triunfo, un símbolo de la victoria en Barcelona en pleno paseo de LLuís Companys.
División en el bloque independentista radical
El independentismo vive sus horas más bajas. La opinión pública catalana tiene otros problemas cotidianos con los que lidiar (como la presión económica por la inflación y la crisis energética) y el empuje secesionista lleva meses desinflado. Así lo demuestra la última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió, que refleja que la mayoría de catalanes son contrarios a la independencia: un 52% frente al 41%.
El desgaste de la pandemia, sumado a la reciente crisis auspiciada por la inflación provocada por el alza de los combustibles y la energía ha acabado por 'pinchar' la burbuja independentista que ya estaba mermada por las constantes divisiones de la clase política catalana. Y no solo entre ERC y JxCAT con las disonancias de la mesa de diálogo y la posición frente al Ejecutivo, sino también entre las asociaciones independentistas.
Como explican fuentes activistas del independentismo, la ANC se han ido politizando cada vez más y ya no es la entidad que era en 2017 y que movilizaba a todo el credo secesionista. También hay voces internas que critican la falta de compromiso que ha tenido Ómnium Cultural para defender el catalán de la "imposición" del 25% del castellano en las aulas, ya que creen que no han hecho lo suficiente. Por otro lado, el independentismo más radical clama furioso contra ERC por haber apoyado a Pedro Sánchez en el Congreso en lugar de hablar de represión. Por último, JxCAT se encuentra con el enjuiciamiento de su líder, Laura Borràs, que amenaza con romper la coalición en el Govern. Un enjambre dividido y actualmente sin objetivo claro.
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