Un comisario de los Mossos d’Esquadra que por complicidad o negligencia dejara escapar a Carles Puigdemont el 8 de agosto, gana 92.414 € al año. Un comisario de la Policía Nacional en Barcelona al que ningunearon el operativo sobre Puigdemont percibe un sueldo ordinario de 45.000 €, lo mismo que un cabo de Mossos, penúltimo rango en el escalafón. Cuando el gobierno sanchista de Illa se dispone a complacer la reclamación fiscal plena para Cataluña, la relación entre gasto público y eficiencia en algunos servicios de esa región arroja pistas sobre el destino que esperaría al 100% de los impuestos administrados por la Generalitat.
“Cataluña tiene capacidad para mejorar España”, ha dicho Salvador Illa en su primera entrevista periodística (La Vanguardia, 25/08/2024), concretando las aportaciones al conjunto de los españoles en “políticas que mejoren la educación, la sanidad y la seguridad”. Ese brindis solidario sale mal parado en su contraste con la realidad, pues comparando el coste/rendimiento de esos tres servicios públicos -seguridad, enseñanza y sanidad- en Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunitat Valenciana, tres regiones con algunas magnitudes semejantes, se constata que a mayor gasto y mayor aparato administrativo, como ocurre en la Generalitat, no siempre corresponde más calidad en el servicio.
Desde eslóganes del tipo "Espanya ens roba" o el de la competencia desleal de Madrid, a la población catalana se le vende el deterioro de algunas prestaciones omitiendo las remuneraciones de ciertos empleados públicos de la Generalitat y la gestión partidista. Por ahí va la llamada excepcionalidad catalana. La relación entre el gasto y el rendimiento obtenido en los servicios públicos de Cataluña, con una autonomía presupuestaria que Pedro Sánchez se ha comprometido a convertir en soberanía, no puede prescindir de ese capítulo de retribuciones. Contempladas en el conjunto del Estado español hay comparaciones que resultan más irritantes que odiosas:
- Un jefe de protocolo de la `conselleria´ de Agricultura, Ganadería y Alimentación, con nómina de 72.897 €/año, gana un 25% más que un magistrado de un Tribunal Superior de Justicia o un 32% más que un médico de atención primaria en cualquier ciudad catalana.
- Los 72.896 € del asesor en políticas transversales del Departament de Territori no los alcanza un coronel de la Guardia Civil cargado de trienios.
- Un cabo de bomberos de la Generalitat, con 49.601 €, supera los 41.660 € de un investigador M3 del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
Los Mossos d’Esquadra, cuerpo celoso y ambicioso en sus atribuciones, que hizo el paripé en el referéndum del 1 de octubre de 2017 y en la `performance´ de Puigdemont el 8 de este mes y que ha merecido especial consideración de Salvador Illa, dispone de una tabla salarial muy superior a la de la Policía Nacional (PN) y a la de la Guardia Civil (GC). Aparte de la citada diferencia retributiva entre un Comisario de la PN y uno de la policía autonómica, hay más ejemplos: los honorarios de un subinspector de Policía están lejos de los 37.526 euros de un mozo en prácticas.
A la superioridad salarial del cuerpo policial de la Generalitat se añade la de su despliegue. Partiendo de las plantillas de 19.711 mossos, de 156.400 policías nacionales y guardias civiles (74.458 PN+81.995 GC) y de las cifras de población de Cataluña y de toda España, los catalanes disponen de 1 policía por cada 299 habitantes, proporción que descenderá a 1/275 habitantes con el aumento de nuevos agentes prometido por Illa. Una proporción que empeora para el conjunto de ciudadanos del territorio nacional, que es de 1 policía o guardia civil por cada 307 habitantes.
Es raro el día que la prensa catalana no da cuenta de sucesos graves en la vía pública creando un clima de inseguridad ciudadana y de guetos delincuenciales. Si la policía autonómica va por delante de las fuerzas de seguridad estatales en remuneración y en despliegue, los datos de eficacia contra el crimen de una y otras arroja unos resultados más favorables al conjunto de Policía Nacional y Guardia Civil, como recoge el cuadro junto a estas líneas con los datos más recientes del Ministerio del Interior.
El sistema público sanitario catalán, con una superestructura costosa integrada por el Servei Catalá de Salut o CatSalut, el Sistema Sanitari Integral d’Utilizació Pública de Catalunya, el Institut Català de la Salut… y así hasta treinta entidades públicas o no, es el de mayor presupuesto de España: 14.017 millones € para 8 millones de habitantes, por delante de Andalucía con menos dinero, 12.638 millones €, para más habitantes, 8,6 millones y un 63% más de territorio. El último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud arroja los siguientes datos comparados sobre Cataluña (CAT), Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y Comunidad Valenciana (CVA):
- Gasto sanitario por habitante:1.829 € (CAT) - 1.536 € (CAM) - 1.656 € (CVA).
- Médicos / Enfermeras: 28.355 / 36.462 (CAT) - 26.262 / 28.497 (CAM) - 17.657 / 21.229 (CVA).
- Hospitales públicos: 156 (CAT) - 38 (CAM) - 38 (CVA).
Las evidentes ventajas presupuestarias y en recursos materiales y humanos del CatSalut no siempre se traducen en mejores resultados asistenciales, particularmente en algo que afecta tan directamente a los pacientes como las listas de espera:
- Tiempo medio de espera para especialista: 97 días (CAT) - 67 días (CAM) - 93 días (CVA).
- Pacientes que esperan más de 6 meses para quirófano: 23,5% (CAT) - 0,6% (CAM) - 8,2% (CVA).
La relación gasto/eficiencia en los sistemas educativos también ofrece disparidades a la vista de lo recogido en el Sistema Estatal de Indicadores de la Educación 2024. Siendo Cataluña la comunidad autónoma con mayor presupuesto en enseñanza, su gasto público por alumno, 6.920 €, supera notablemente al de Madrid, que es de 5.886 €, asemejándose al de 6.793 € dela Comunitat Valenciana. Desde esas cifras de gasto y con unas ratios de número de alumnos por profesor semejantes, los resultados académicos o calidad educativa vuelven a mostrar que a mayor coste no siempre hay mejor rendimiento, como aparece en las mediciones del Informe PISA:
- Comprensión lectora: Cataluña ocupa el puesto 37 de 44, por debajo de las medias de España, de la UE y de la OCDE. En los diez primeros puestos se sitúan Castilla y León, Cantabria, Madrid, Asturias, Navarra, Galicia y La Rioja. C. Valenciana ocupa el puesto 14.
- Competencia matemática: Cataluña está en 27º lugar, debajo de las medias de España y de la OCDE. La CAM, en los diez primeros puestos y la CVA en el 20º.
- Competencia en ciencias: Cataluña en el retrasado 33º lugar, también alejada de la media española y europea, por debajo de Extremadura, Canarias o Islas Baleares. La C. Valenciana, en vigésimo lugar.
- Dentro de las singularidades del sistema educativo catalán, con la inmersión lingüística como determinante, figura junto a esos rendimientos mediocres que, siendo Cataluña la región con más baja tasa de repetidores en primaria y ESO y con un gasto por alumno superior en 1.000 euros al de Madrid, arroje uno de los mayores porcentajes de abandono de los estudios: un 14,8% de los estudiantes de 18 a 24 años, cantidad superior al 11,4% de quienes abandonan en la Comunidad de Madrid.
En el horizonte cercano Salvador Illa no contempla mejores resultados educativos: “Los expertos que hemos consultado sitúan un horizonte de entre cuatro y seis años para verificar mejoras en estos ámbitos”, dijo el Molt Honorable President en la entrevista del domingo pasado en La Vanguardia, a propósito de las conclusiones del Informe PISA.
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