ERC es la clave que, muy probablemente, decantará la balanza después del 12-M. A escasos días de la celebración del 12-M, que tendrá lugar este domingo, aumenta el nerviosismo en los partidos catalanes para hablar de las políticas de pactos que logren que Cataluña salga de un escenario de bloqueo postelectoral. Este lunes el sondeo del CIS auguraba que el candidato socialista, Salvador Illa, superaba los 40 escaños en el Parlament con ERC y Junts en segundo puesto, por lo que el socialista necesitaría el apoyo de ERC y la baza extra de los comunes para formar un Ejecutivo catalán sólido. Sin embargo, tal y como quedó reflejado en el debate de el lunes por la noche en la Sexta, nada está asegurado a la espera de los resultados de las urnas y una gran cantidad de indecisos catalanes (uno de cada tres aún no se ha decidido, según se desprendía del barómetro del CIS).
En este contexto, Pere Aragonés se seguía haciendo el sueco en el debate de la Sexta, si bien la afinidad con los socialistas como aliado preferido lleva siendo un hecho desde antes de que sacaran las cuentas públicas con ellos, que luego naufragaron por el voto en contra de los comunes y abocaron a Cataluña al adelanto electoral. El presidente catalán y candidato de ERC lamentó que Illa diera por hechos los resultados electorales, mientras que el candidato socialista ha vuelto a recalcar que cierra la puerta a la extrema derecha si bien no se cierra gobernar en minoría. A todo esto, el popular Alejandro Fernández ha censurado que Illa haya descartado "categóricamente" pactar con su partido y que "sus socios preferentes son los separatistas".
En esta coyuntura, se podría dar una mayoría independentista que tenga le mínimo de 68 escaños, y para ello el candidato de Junts+, Carles Puigdemont, tendría que pactar con ERC, con quien espera forjar una mayoría para la investidura y rehacer la unidad del independentismo. Según el 'CIS catalán' Junts sacaría entre 28 y 30 sillas mientras que ERC sacaría un máximo de 28. Cogiendo esos datos, esa hipotética coalición independentista se quedaría a 10 puntos de tener una mayoría absoluta. Puigdemont, por su parte, ha cerrado este martes la puerta este martes a que la CUP en una entrevista a EFE mientras que sigue sin ser claro sobre si contaría o no con el apoyo de Aliança Catalana.
El bloque secesionista ha sufrido una paulatina ruptura desde que Junts voto internamente salir del Govern de coalición con ERC, que desde entonces ha gobernado en solitario. El enfriamiento entre ambas fuerzas se pone ahora a prueba con las urnas con el recuerdo de una suma en el Ejecutivo catalán que llegó a los 74 diputados en las elecciones de 2021.
Voluntad de entendimiento con ERC
Mirando ese pasado y con las cartas actuales, Puigdemont ha dicho que espera ir en una "conversación" dejando atrás las "líneas rojas" y con "voluntad muy abierta, porque hay que retejer muchas cosas como la confianza". Puigdemont ha recalcado la estrategia diversa de cara a Madrid de cada partido como uno de los puntos de desencuentro, pero ha dicho que la parte catalana gana fortaleza si hay un gobierno independentista y que la carpeta de reconocimiento de autogobierno se refleje la hoja de ruta del independentismo transversal. En lo que se refiere a los pactos aunque ha declarado que estaría "cómodo" con quien ERC prefiera. "No quiero interferir, es una decisión suya", ha declarado.
En contra de la propuesta de Aliança Catalana en inmigración
El candidato de Junts, Carles Puigdemont, ha concretado una de sus propuestas en materia de inmigración, que ha dicho que son "incómodas" pero no se puede girar la cara. En una rueda de prensa en EFE, ha propuesto que los recién llegados aprendan catalán a través de las empresas en las que trabajan para garantizar que puedan atender a los ciudadanos en lengua catalana porque los catalanes tienen "derecho". "No debemos cargar en el tiempo libre de la persona recién llegada lo que es una obligación de la empresa", ha dicho, explicitando que es responsabilidad empresarial que los trabajadores tengan competencias lingüísticas. "Debemos corresponsabilizar a las empresas que van a buscar a esta mano de obra", ha afirmado, ya que ha asegurado que a menudo los migrantes "no tienen acceso" a cursos para aprender el idioma, en alusión también a las declaraciones de este martes de Ómnium, que ha denunciado que no hay suficiente oferta.
Puigdemont ha asegurado que Catalunya tiene la "necesidad" de inmigración y que los discursos de "cero" migrantes no están basados en "ningún realismo", en alusión al discurso antiinmigratorio de Aliança Catalana. Lo que sí ha asegurado es que es necesario que la Generalitat tenga las competencias para regular sus "flujos": Puigdemont quiere que las personas que lleguen "casen" con el perfil de demanda de oficios que hay en Catalunya. "Si queremos orientar la política económica a la reindustrialización, es aún más importante el tema de los perfiles", ha dicho.
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