Cataluña

Puigdemont destierra definitivamente a Borràs y aboca a los 'lauristas' a la irrelevancia dentro de Junts

La política que ha acabado por dinamitar tensa relación entre ambos sectores en el partido ha sido Aurora Madaula que, junto a la diputada por Lleida, Cristina Casol, denunció acoso en el partido por razón de género

  • Laura Borràs en Elna -

Caída en desgracia de Laura Borràs. La expresidenta de la Mesa del Parlament y ex 'mano derecha' de Carles Puigdemont cuando Junts rompió con ERC en el Govern de coalición en aquellos tiempos de 2022, ha quedado completamente en la sombra. Su paulatino descenso a los infiernos empezó hace justo un año, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) la condenó a cuatro años de prisión por falsedad documental y prevaricación, y la inhabilitó 13 años por adjudicar contratos cuando estaba al frente de la Institució de les Letres Catalanes.

El tándem de Turull y Borràs al frente de Junts, los ojos y las manos de Puigdemont en Cataluña, se ha ido decantando por momentos al actual secretario general, que es quien ha puesto el 'temple' en el partido como figura de mediación en la negociación con el PSOE y ha actuado como argamasa interna con el sector más moderado, conservador y heredero de Convergéncia. Tanto Puigdemont como Turull ya cerraron la puerta a Borràs en las decisiones ejecutivas del partido tras las elecciones generales, si bien le mantenían en cargo de presidenta de los posconvergentes de forma residual, tal y como ha quedado demostrado por la posición que han tomado sus afines en los puestos de salida de cara al 12-M.

El sector 'laurista', el minoritario en el partido y más rupturista, se ha quedado sin apenas representación. Borràs se encuentra actualmente inhabilitada y ya ha solicitado la reincorporación como profesora en la Universitat de Barcelona y sus seguidores en el partido no han tenido apenas peso en las listas. Su fiel y polémico escudero por un episodio de acoso a una periodista, Francesc de Dalmases, no se asegura un buen puesto de salida en la posición 18, ni tampoco el afín 'laurista' y secretario de organización, David Torrents, que va en el puesto 23. La política que ha acabado por dinamitar tensa relación entre ambos sectores en el partido ha sido Aurora Madaula que, junto a la diputada por Lleida, Cristina Casol y también afín a Borràs, denunció acoso en el partido por razón de género. Madaula, directamente, no está en las listas a pesar de ser secretaria en la Diputación Permanente del Parlament.

Otros políticos de Junts fieles a la expresienta de la Mesa del Parlament también se quedan atrás, como Lourdes Ciuró, en el puesto 21 por Barcelona, Violant Cervera que cierra la lista por Lleida y Ester Vallès, alcaldesa de Vilobí del Penedès. Con la llegada de los comicios catalanes, por tanto, cobra peso todo el círculo de Jordi Turull y los asignados a dedo por Carles Puigdemont, que ha lanzado su candidatura personalista como baza electoral de Junts frente a ERC. Es el caso de la presidenta del Parlament, Anna Erra, que fue la que relevó a Borràs, y es afín a Turull.

Denuncia de Casol y precedentes

La desazón interna ya se hizo completamente pública con la expulsión de Casol en enero y la querella al bufete que realizó el informe sobre el acoso por petición del Parlament y siguiendo el protocolo antiacoso de la cámara catalana. La ejecutiva de Junts decidió por amplia mayoría expulsar del grupo parlamentario en el Parlament a la diputada en el Cristina Casol, que denunció ser víctima de "acoso por razón de género" y lo trasladó a la Mesa del Parlament poniendo en un compromiso a su presidenta, Anna Erra, también del partido, por la necesidad de reformar el protocolo antiacoso de la cámara. Finalmente la denuncia que fue archivada, pero el ruido interno de la denuncia generó un terremoto interno.

Aunque los desencuentros y las diferencias arrancan desde el inicio de la legislatura entre las dos facciones de Junts -los partidarios de Borràs y los de Turull-, el punto de inflexión se produjo en la votación de principios de octubre de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en el Parlament que proponía declarar el Mercat del Ocells de la Rambla de Barcelona como Patrimonio Cultural e Inmaterial de Catalunya.

En esta votación, en la que el Parlament tumbó la propuesta, cinco diputados de Junts rompieron la disciplina de voto: tres no participaron (Madaula, Joan Canadell y Francesc de Dalmases) y dos lo hicieron en contra (Casol y Jaume Alonso-Cuevillas, que acabó abandonando el grupo). Todos 'lauristas'. Tras ello, Batet mantuvo una tensa reunión con ellos, les reprochó su actitud y se acentuó la tensión hasta la actualidad, que ha acabado derivando en la situación que el partido tiene sobre la mesa con los casos abiertos de Casol y Madaula. Con las relaciones enfriadas y Borràs inhabilitada, Casol dio otro golpe sobre la mesa que pasó desapercibido pero era una declaración de intenciones en el evento que ha precipitado el adelanto electoral: la caída de los presupuestos. Las diputada por aquel entonces no adscrita tras ser expulsada de Junts votó a favor de las cuentas públicas de ERC y el PSC, distanciándose totalmente de la enmienda a la totalidad de sus excompañeros de partido.

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