"Los expresidentes de la Generalidad gozan, a partir de su cese, del reconocimiento, la atención y el apoyo debidos, de acuerdo con las funciones y responsabilidades ejercidas". Unas condiciones que quedan recogidas por el estatuto regulador en el marco la ley 6/2003, que tiene el objetivo de "garantizar que los presidentes de la Generalidad, una vez hayan cesado, puedan atender a sus necesidades personales y políticas con la dignidad y el decoro que corresponden a las altas funciones ejercidas, y con el fin de establecer también, en el caso que se produzca su traspaso, unas medidas de protección de los familiares más cercanos", reza el texto normativo.
También estipula que es el mismo Govern quien regula el régimen estatutario de los expresidentes, así como los medios personales y materiales que se deben poner a su disposición. Esto es, la creación de una oficina donde haya un director, dos eventuales, escolta, coche oficial y despacho.
Un 80% de la retribución mensual
Desde Jordi Pujol en adelante, todos los expresidentes han tenido acceso a esta retribución, sin duda suculenta, ya que se les da una asignación mensual equivalente al 80% de la retribución mensual que corresponde al ejercicio del cargo de presidente o presidenta de la Generalidad. En el caso de Pere Aragonés, esa mensualidad llega a más de 9.000 euros al mes.
Además, a partir de los 65 años, el estatuto incluye una pensión del 60% del salario que tienen cuando ejercen el cargo. Jordi Pujol renunció tanto a la pensión cuando se dio a conocer que había estado ocultando dinero negro en el extranjero durante la etapa de Artur Mas en la presidencia.
Por su parte, el socialista Pasqual Maragall renunció a su pensión pública a cambio de una aportación de la Generalitat después de padecer alzheimer y obtiene una asignación de 48.000 euros brutos, 36.820,80 euros netos para sus cuidados. Además, según los últimos datos de 2022 el Departament de Presidencia les costeó las dietas a los acompañantes. José Montilla, por su parte, a pesar de lo ganado por estar en Enagás, mantuvo una oficina en la avenida Diagonal de Barcelona. El dirigente del PSC gastó 16.311,99 euros en seguro, 7.986 euros en el mantenimiento de la página web y 2.996,70 euros en prensa, con un gasto total de 34.537,74 euros.
Gran parte de la retribución la tiene Artur Mas que tiene una pensión vitalicia de alrededor de 90.000 euros, de los cuales 44.873,14 euros fueron de gastos de su oficina. Carles Puigdemont, por su parte, mantiene también su oficina y va a gastar el dinero de 18.655,66 euros en gastos de transporte, hoteles o dietas. El líder de Junts cobró del Parlament Europeu hasta dejar su escaño una nómina de 119.705,04 euros al año.
Quim Torra aún no ha podido acceder a la jubilación de 92.000 euros por tener 61 años. Su oficina, situada en Girona, gastó 21.028,35 euros el 2023. Es el expresidente que tiene la web más interactiva y activa de su oficina de expresidente, donde da a conocer sus libros, actos y conferencias. Torra llegó a ser el dirigente catalán mejor pagado de todos con hasta 153.235,5 euros al año. A su llegada, Aragonès se rebajó un 15% la retribución hasta los 130.250,60 euros.
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