Cataluña

Romeva lleva desde enero presidiendo la fundación de ERC pese a estar inhabilitado hasta 2030

La fundación Irla alega que escogió al 'exconseller' cuando se alcanzó el acuerdo de la ley de amnistía

El nacionalismo catalán sigue chocando con la legalidad a pesar de la ley de amnistía. El 'exconseller' Raül Romeva lleva presidiendo la fundación de ERC, la Fundación Irla, desde enero de este año pese a encontrarse inhabilitado por el 'procés' hasta 2030, según han publicado 'El Periódico' y 'La Vanguardia'. Y es que la Generalitat, entonces presidida por el republicano Pere Aragonès, avaló su elección incluyéndolo en el registro oficial que depende del Departamento de Justicia. La Fundación Irla ha alegado que se optó por él para presidir la entidad cuando se alcanzó el acuerdo sobre la ley de amnistía. Sin embargo, la medida de gracia no entró en vigor hasta el pasado junio, y Romeva aún no se ha beneficiado de ella.

 

Cabe recordar que, tras el golpe contra el orden constitucional de 2017, Romeva fue condenado a 12 años de prisión y de inhabilitación absoluta por los delitos de sedición y malversación. El indulto y la amnistía no han impedido, sin embargo, que el Tribunal Supremo mantenga su inhabilitación por malversación agravada —que considera no amnistiable—. Ahora, Romeva permanece a la espera de que el Tribunal Constitucional —con mayoría progubernamental— se pronuncie al respecto.

 

Ante estos hechos, fuentes de la 'conselleria' de Justicia que lidera Ramon Espalader sostienen que elaborarán un informe sobre la situación jurídica de las fundaciones vinculadas a los partidos políticos. Sea como sea, el Código Civil catalán establece que para presidir una fundación es necesario que no pese sobre el candidato ninguna inhabilitación para desempeñar cargos públicos, además de no haber sido condenado por delitos de corrupción o falsedad. Este último extremo podría complicar el futuro de la expresidenta del Parlament Laura Borràs, a la que Puigdemont asignó en el pasado congreso la presidencia de la nueva fundación neoconvergente. Y es que Borràs, aunque la sentencia aún no es firme, fue condenada por falsedad documental por fraccionar contratos para beneficiar a un amigo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

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