Cataluña

Tarragona apela al "equilibrio territorial" para no ceder su agua del Ebro en Cataluña y fuerza el envío de barcos

El Observatorio Intercolegial de Agua apunta que el excedente del minitrasvase de Tarragona puede llevarse al sistema Ter-Llobregat para garantizar el agua a Barcelona en caso de emergencia porque cumple el caudal ecológico

Quizá hubo alternativa, pero abrir ese 'melón' tenía un alto precio a pagar. El Govern garantizará el agua al Área Metropolitana de Barcelona (AMB), cuya situación de emergencia afecta a 6 millones de personas, a través de la llegada de barcos desde la desalinizadora de Sagunto en Valencia y, si es necesario, desde el puerto de Tarragona, con barcos con agua procedente del minitrasvase del Ebro que gestiona el Consorcio Aguas de Tarragona (CAT). Así lo ha atado el Govern, que tiene a su conseller de Acció Climática, David Mascort, esquivando todos los dardos de los grupos parlamentarios en el Parlament por la sequía y la revuelta del campo catalán.

La solución de dar el excendente del río Ebro desde Tarragona a Barcelona es algo que se lleva poniendo sobre la mesa desde diciembre. La Agencia Catalana de Agua (CAC) pidió al Govern que lo sopesara hasta tres veces, como informó el Periódico de Cataluña. Pero, finalmente, el Govern lo ha sepultado. Esta opción ya se dio en 2008, después de que el tripartito de Montilla acordara con el gobierno de Zapatero una infraestructura permanente que solo sería utilizada en caso de excepcionalidad. Sin embargo nunca se llegó a implantar porque las reservas se recuperaron por las lluvias. En aquel momento las Terres del Ebre se sublevaron, muy sensibles en la protección del Delta, y su plataforma sindical se consolidó como un movimiento de antitrasvase por los perjuicios ambientales.

. Esta opción ya se dio en 2008, después de que el tripartito de Montilla acordara con el gobierno de Zapatero una infraestructura permanente que solo sería utilizada en caso de excepcionalidad.

Tocar ese palo es levantar una palanca de descontento que no se sabe qué consecuencias tendrá. La reticencia es tremenda y, por mucho que los colegios de ingenieros han enfatizado que se trataría del excedente del agua y sería excepcional, para Aragonés supondría abrir la puerta a un descontento crónico en pleno año electoral. La Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) no se fía y recela de su agua, da la espalda a "promover reiteradamente grandes concentraciones urbanas sin recursos propios", en claro desprecio a la zona 'urbanita' de Cataluña. Un ejemplo de las diferencias territoriales dentro del territorio y con las que es difícil llegar a un consenso.

El CAT, cuyo presidente es concejal de ERC en Deltebre, también va en este sentido sobre el reparto de ese excendente al norte: "A nosotros nos gusta apelar al equilibrio territorial. Una interconexión de redes no nos parece una opción especialmente sostenible. Pensamos que hace falta apostar por otras infraestructuras que nos ayuden a superar con eficacia futuros episodios de sequía com la actual: hay que incrementar la reutilización e invertir en desalinizadoras", han explicado fuentes del Consorci a Vozpópuli. Las nuevas obras que podrían ser útiles, la desalinizadora de Foix y Tordera II anunciadas por la ministra Ribera y el conseller Mascort, no tendrán un impacto real hasta dentro de cuatro años, cuando se finalicen las obras.

El exceso del minitrasvase, una opción dentro del caudal ecológico

Sin embargo, esta comidilla está detrás del acuerdo entre la Generalitat y el Ministerio de Transición Ecológica en el envío de barcos. Ha vuelto a salir a la palestra esta semana, cuando intervino el miércoles en el Cercle d'Economía el presidente de la Comisión de Agua del Colegio de Ingenieros de Caminos de Cataluña y miembro del grupo de coordinación del Observatorio Intercolegial de Agua. Carles Conill fue muy claro y, poniendo de relieve la importancia del minitrasvase en el desarrollo industrial de Tarragona y todo el complejo turístico como Salou, apuntó que el cálculo sigue siendo favorable para que una parte del agua vaya a Barcelona. "Hay 4 metros cúbicos de agua por segundo y se gastan 2. Ese 1,5 que, traducido en volumen son 50 hectómetros, pueden llevarse a Barcelona. Se está pidiendo agua que no se utiliza en Tarragona y que sea en caso de necesidad", explicó en el evento.

Se trata de un volumen que no llega al 1% del agua que pasa por debajo del puente de Tortosa y que cumple el caudal ecológico al estar éste fijado entre los 80 y el 150 metros cúbicos. Actualmente pasan 200 metros cúbicos por segundo de agua por ese tramo. Obviamente, en Tortosa, también hay una oposición total al proyecto. El Consistorio votó una declaración de la PDE, que ha hecho extensiva a más municipios que 'beben' de la red, que rechaza de lleno la propuesta de los ingenieros como Conill.

Sin embargo, el presidente del Observatorio defiende que ha hablado con los regantes y que, aunque reticentes, se han abierto a hablar sobre la propuesta. No percibe, en cambio, una contestación clara por parte del Govern y echa en falta que el Ejecutivo catalán genere un consenso entre partidos y territorios para ver si esta infraestructura de emergencia garantizaría el agua al menos a largo plazo, y siempre de manera excepcional. Su apuesta es que se valore esta opción para que Cataluña cuente con una red estructural en caso de emergencia. Lo que da más miedo en todos los casos es, precisamente, esa idea. Que sea estructural y que luego se aproveche para otros fines. Además porque esta sequía es mucho más grave que la de 2008 y las previsiones que depara el cambio climático actualmente generan mucho más recelo con el 'oro azul'.

El peso industrial del Camp de Tarragona

Fuentes del Consorcio también aluden que quieren una propuesta más firme de la Generalitat, que permita diseñar un equilibrio territorial que ayude a evitar situaciones en las que unos territorios concretos viven con importantes restricciones en el uso del agua. Defienden también que el marco legal por la que se rigen establece que solo pueden suministrar agua a los "municipios e industrias de la demarcación de Tarragona" y que este es el ámbito en el que operan. Cualquier cambio en este sentido debería ser aprobado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

La garantía del agua para Tarragona es así su valor fundamental, la clave de bóveda también de la industria petroquímica, de la que se alimenta el Camp de Tarragona, así como la Costa Dorada. Como informan fuentes del CAT, sus consorcios consumieron el año pasado un total de 77,7 hectómetros cúbicos de agua de los cuales el 36% eran industrias petroquímicas. Aun así, matizan que el 18% del agua consumida es regenerada y que el sector está comprometido con que esta sea la estrategia de futuro. Se trata de un motor fundamental para España: representa el 25% de la producción petroquímica nacional con los complejos que van de La Canoja a Vila-seca. Un área que además está en crecimiento.

En Mont-Roig del Camp se va a implantar una de los acuerdos comerciales estrella de Aragonés, la llegada de la planta de 'elecfoil' de Lotte Eenrgy Materials que prevé invertir en la comunidad autónoma 1.200 millones de euros. Su entrada en el consorcio ya está formalizada. "Velaremos para que, como el resto de empresas, Lotte cuente con sistemas que aseguren la máxima eficiencia en el recurso que les llegue", afirman fuentes el CAT. Aunque el Govern ha deslizado en todo momento que quiere evitar una 'guerra del agua' regional, está por ver si la solución del envío de barcos, que no es estructural, servirá para solventar un problema que ya empieza a ser crónico y que requiere, precisamente, de propuestas estructurales.

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