La sombra de CitizenLab, el laboratorio de la Universidad de Toronto que denunció el espionaje de 65 independentistas con el software Pegasus, es alargada. Este miércoles, la Northcentral University de Arizona fulminó a su doctorando y experto en hackeo Jonhatan Scott, quien criticó al laboratorio en julio con un informe exhaustivo de 60 páginas en las que ponía de relieve la falta de "evidencias" en los ataques espías. En su conclusión explica que el 'CatalanGate' fue lanzado al mundo como un hecho científico y, sin embargo, "más del 55% de los objetivos infectados" reportados por los independentistas no tienen una fecha concreta de la infección y carecen de validez científica.
El autor del polémico informe también subraya que una gran mayoría de los ataques no vienen respaldados con ningún indicador de compromiso (IOC), una prueba clave para determinar la brecha de datos que ha generado un ciberataque. Además, explica que las infecciones por SMS están refrendadas con medias verdades en lo que se refiere al servidor y, además, sugiere una falta de transparencia en la validación que da el peritaje de Amnistía Internacional sobre el análisis de positivos. En el caso de los positivos por el 'malware' Candiru no hay tampoco IOC ni fecha de contaminación. Y sobre las infecciones de un "espionaje desconocido" por WhatsApp tampoco.
Petición a la Universidad de Toronto
La publicación de Jonhatan Scott provocó un gran revuelo en redes sociales por sus discusiones con personas afines a CitizenLab. Este enfrentamiento, según reporta El Trinangle, requirió la mediación del comité de supervisión reglamentaria, la Comisión Institucional de Revisión, que instó al autor a retirar ciertos comentarios. Finalmente, Scott ha sido expulsado por "violar el código de conducta" de su universidad tras un mes de presiones y reproches. Sin embargo, él no ha sido el único que ha instado a revisar el trabajo de CitizenLab sobre el 'CatalanGate'. El Foro de Profesores, una plataforma de discusión académica, ha retado a la Universidad de Toronto a contrastar el documento 'académico' del 'CatalanGate' ante las fugas y contradicciones que han percibido.
Uno de sus miembros, José Javier Olivas, profesor de Ciencias Políticas en la UNED y Doctor por la London School of Economics, señaló en su perfil de Twitter, tras la publicación del 'CatalanGate' en The New Yorker, ciertas pruebas que debían hacer sospechar de la independencia de la publicación. Para empezar, la figura de Elias Campo, el principal exponente de la publicación, empleado de CitizenLab y claro activista secesionista que se ha codeado con los máximos exponentes del soberanismo. De hecho, por su conocimiento tech ha ayudado al independentismo a generar redes de desarrollo para su causa como pudo ser en su día la organización de Tsunami Democrátic, la plataforma que enfureció las calles tras la sentencia del 'procés'.
Campo sigue cobrando una beca de 5.000 euros (al estar equiparado el precio del dólar) de CitizenLab para investigar las amenazas de espionaje digital así como campañas de desinformación. Ha declarado que sigue buscando nuevas infecciones de móviles independentistas.
Que haya sido él, una figura imparcial, el que haya liderado una investigación tan comprometedora hace sospechar y urge a la necesidad de un contraste exhaustivo. Además, con el tiempo se ha demostrado que mentía: dijo haber sido empleado de Telegram y la red social negó dicha afirmación diciendo que había realizado solamente "un trabajo voluntario". Campo está detrás de empresas como Vocdoni, que trabaja para el seguimiento de comicios vía blockchain como alternativa al método habitual. Luego está la figura de Etienne Maynier, quien trabajó para CitizenLab en 2016 y ha firmado la profesionalidad del informe del espionaje a independentistas como experto en ciberseguridad de Amnistía Internacional. Un caso claro de conflicto de intereses, como el de Elias Campo. Este último, además, sigue cobrando una beca de 5.000 euros (al estar equiparado el precio del dólar) de CitizenLab para investigar las amenazas de espionaje digital así como campañas de desinformación. Ha declarado que sigue buscando nuevas infecciones de móviles independentistas.
Estos ejemplos, junto con las contradicciones en las versiones sobre la contaminación de los móviles que dan algunos protagonistas del caso como el expresidente del Parlament Roger Torrent han urgido al Foro de Profesores a pedir una comisión independiente que investigue estos entresijos. Sin embargo, la encargada del Departamento de Supervisión y Cumplimiento de la Investigación de la Universidad de Toronto, Lorraine E.Ferris, ha desestimado la propuesta. Como explica a Vozpopuli Carlos Conde, coordinador de la plataforma académica y profesor de Historia de España en la Universidad de Northumbria, Reino Unido, la Universidad de Toronto se remite "a respuestas anteriores de corta pega y no responden a preguntas concretas". Cuenta que han estado colaborando con una revista estudiantil del mismo centro canadiense que hará un reportaje sobre el tema y que esperan que desde la presión de los alumnos pueda surtir efecto una investigación.
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