España

Caza a un pederasta que es su tío: "Las víctimas de abusos infantiles no hablamos por pena y vergüenza"

Salvador Cacho, víctima de abusos sexuales por parte de tío cuando era niño, relata en una entrevista a Vozpópuli cómo ha sido la detención de su familiar por parte de la Policía Nacional

El pederasta mexicano detenido por abusar de su sobrino
El pederasta mexicano detenido por abusar de su sobrino Cedida por la familia

"No están solos". Ese es el mensaje de apoyo que lanza Salvador Cacho a los millones de víctimas de abusos sexuales infantiles que hay en el mundo. Este mexicano dio un paso al frente para denunciar a su tío por estos hechos. Felipe R.P., el presunto pederasta, huyó a Madrid pero su fuga fue efímera. La Policía Nacional detuvo a este hombre en la calle cuando apenas habían pasado 24 horas desde la emisión de la orden de detención por parte de Interpol. La víctima concede una entrevista a Vozpópuli donde hace un recorrido de su caso: "El mayor cómplice de los pederastas es el silencio. Si no se denuncia, se repite, No hay manera de detenerlo si no se habla".

Salvador Cacho González fue víctima de abuso sexual infantil de los 6 a los 14 años a manos del primo hermano de su madre. No fue consciente de la situación hasta que pasaron 13 años. "Fueron años muy complicados. Entré en un proceso disociativo de la realidad", afirma en declaraciones a Vozpópuli.

El golpe de este hombre con la realidad llegó en enero de 2016. Se precipitaron los años duros y "muy difíciles". "Primero viene el cuestionamiento de por qué no me había dado cuenta antes, después hay un enojo personal… después empecé a sanar. De ahí vino otra temporada muy difícil ya que fue el hablarlo con mi madre. Ninguna madre en este mundo merece pasar por el sufrimiento que yo vi pasar a la mía, fue algo que no le deseo a nadie", añade.

Del sufrimiento a la paz

Después de este momento llegó la fortaleza para denunciar a su familiar. "Cuando el México lo vi en el banquillo de los acusados, esposado como lo que es, un delincuente, hubo un poco de paz en mi; después con todo lo sucedido para lograr que no enfrentar la justicia hubo mucho enojo de mi parte, pero nunca he perdido la esperanza ni la fe en que la justicia llega, aunque tarde", afirma la víctima del pederasta.

Sin embargo, el acusado de ser pederasta aprovechó su doble nacionalidad española para trasladarse a Madrid el pasado 2 de junio, desde su natal México para evadir la justicia buscando aprovechar su red familiar de protección. "Desconozco cuál haya sido la vida de Felipe en Madrid durante estos meses desde el dos de junio que llegó a España. Supongo que algo no muy agradable porque sabiéndose prófugo de la justicia mexicana desde el 15 de julio que la Magistrada Leticia Rocha dio su veredicto en donde le giró una orden de aprehensión ha de haber sido complicado ser un prófugo y saberse un fugitivo de la justicia", describe Salvador.

"Ahora, cuando veo cómo fue que lo detuvieron entonces viene a mi cabeza que la soberbia y el narcisismo que siempre rondó a esa familia, en especial al padre de mi agresor, le debe haber infundado la idea de que no pasaba nada y por lo tanto paseaba campantemente sin preocupación alguna por las afueras de Madrid", manifiesta.

Una rápida detención en Madrid

La detención de la Policía Nacional se practicó acorde al oficio enviado por Interpol España a la Fiscalía General de la República en México que se ejecutó a las 20:30 horas del pasado 28 de agosto, tan solo 24 horas después de que la ficha roja hubiera sido emitida. "Un hecho pocas veces visto y enormemente apreciado", añade.

El presunto pederasta ahora espera en la cárcel que la justicia decida su extradición. "España debe dejar de ser visto como el reducto de los delincuentes mexicanos", lamenta la víctima que busca concluir cuanto antes todo este proceso que le ha servido como una "depuración para eliminar de mi vida a personas que no deben estar en ella".

Salvador, la víctima del pederasta que era su tío

Al ser preguntado sobre si la denuncia a su tío generó conflictos familiares, Salvador se muestra tajante: "Esto no debió haber representado una ruptura familiar". "Si el padre de mi agresor en lugar de ejecutar actos de corrupción para sacar a su hijo de la cárcel en México hubiera cumplido con la imagen que quiso siempre vender de él de un hombre recto y con grandes valores, entonces habría acompañado a su hijo en el proceso legal y dejado que la justicia hiciera lo propio", critica.

El silencio, cómplice de los pederastas

Una de los grandes trances por los que tuvo que pasar Salvador fue la decisión de interponer la denuncia que vivió como una "mezcla de muchos ingredientes". "Es por un lado la búsqueda del elemento que faltaba para concluir y cerrar el círculo de lo que este proceso de sanación ha representado. Por otro lado en mí siempre ha habido un sentido del deber ser, principios y valores con los que fui educado, sobre ello cuando supe que todavía podía denunciar y que había elementos para hacerlo, me llené de valor para poder denunciar a este pederasta ya que sus acciones, como todas en esta vida, tienen consecuencias", ensalza.

Para finalizar la conversación, el perjudicado del pederasta quiere lanzar un "mensaje muy claro" a otras víctimas: "No están solos". "Las víctimas de abuso sexual infantil en el mundo lamentablemente somos millones, y no lo hablamos por pena, por vergüenza, por estereotipos machistas, por construcciones sociales basadas en el 'qué dirán', por padres que no le creen a sus hijos, por mamás que priorizan el no romper el esquema familiar… y lo que hay que hacer es alzar la voz. El mayor cómplice de los pederastas es el silencio. Si no se denuncia, se repite, no hay manera de detenerlo si no se habla", concluye.

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