Miembros de los CDR implicaron en los planes del separatismo radical a la entonces consejera de Justicia de la Generalitat, Ester Capella. Este grupo, integrado dentro de una facción del conocido como CNI catalán, departió con políticos de varias sensibilidades en el Gobierno de Quim Torra acerca de la hoja de ruta trazada por los políticos en el exilio para impulsar la desconexión de España.
A la lista de altos cargos que tanteó este grupo, se encuentra también la actual delegada de la Generalitat de Cataluña en Madrid. De las escuchas telefónicas interceptadas por la Guardia Civil se desprende que los integrantes de la facción bautizada como 'Escuts per la República' informaron de sus planes a la alto cargo de ERC, la cual respondió con interés a las acciones a seguir.
Buch traspasó lo que le dijeron en noviembre a "la de Justicia" (Ester Capella). También está interesada en el temaInforme policial de los CDR
Capella, que también fue diputada de ERC en el Congreso, se une de esta forma al grupo de altos cargos políticos que tuvieron hilo directo con los ahora investigados en la Audiencia Nacional por delito de rebelión. Tal y como informó Vozpópuli, uno de los dirigentes de esta escisión se reunión con altos cargos de la Generalitat como Elsa Artadi (entonces portavoz de Presidencia) y mantuvo contactos también con otros como el exconsejero del Interior Miquel Buch.
El "compromiso" de Torra
El nombre de Capella salió a relucir en una conversación interceptada a María Dolors Gonyalons (considerada colíder de 'Escuts per la República') en mayo de 2019. En el transcurso de una charla con otra implicada en los hechos, aseveró que el consejero de Interior traspasó lo que le dijeron en la reunión de noviembre "a la de Justicia", en referencia a la entonces responsable de este departamento. La investigada explicó que Miquel Buch tendría que estudiar toda la información canalizada pero que lo veía "bien" y que le parecía "razonable y justificado".
"María Dolors comenta que ha estado casi toda la mañana con él y le ha dicho que el hecho de que ella venga a intermediar no ha sido premeditado, sino que surgió de una charla espontánea entre Sara y ella porque son amigas de hace muchos años", reza el informe de la Guardia Civil al que ha tenido acceso este medio. Las conversaciones, que se produjeron dos años después de la fallida declaración de independencia en Cataluña, desvelan también que el grupúsculo tenía contacto con la cúpula de la Generalitat.
En concreto, se hace alusión directa a Quim Torra y a su antecesor en el cargo, Carles Puigdemont. Al primero de ellos se refieren como 'el chistorra' y apelan a reuniones mantenidas entonces, en plena deriva independentista. Uno de los encuentros se produjo en el Parlament de Cataluña, pero no fue el único. También se hace referencia a otra cita con Torra antes de la Semana Santa. "Fue ahí donde se comprometió a reunirse con ellos", dijeron.
Los agentes destaparon la existencia de este entramado en el marco de la investigación abierta en la Audiencia Nacional contra los CDR investigados por delitos de terrorismo. Precisamente el seguimiento a estos investigados les llevó a destapar la creación de una facción radical que integraron, además de estos CDR, miembros de los mossos, sanitarios, bomberos de la Generalitat y también figuras muy ligadas a Puigdemont.
El papel activo de Puigdemont
De hecho, la Guardia Civil sitúa en la cúspide de los 'Escuts per la República' a Gonyalons junto con Lluis Escolà Miquel, sargento de los Mossos que fue escolta de Puigdemont y que le acompañó en su huida Bélgica. Después de este episodio, producido tras la fallida Declaración Unilateral de Independencia (DUI), Escolà ejerció un cargo en la Generalitat como asesor del conseller de Interior; motivo por el cual los agentes piden al instructor que investigue a todos ellos por delito de rebelión y sedición.
Los tentáculos de Puigdemont en estas facciones no terminan aquí. El informe policial hablan también de una plataforma digital de los secesionistas radicales, denominada 'Consell', cuyo máximo responsable fue Sergi Miquel, la mano derecha del expresidente catalán en Waterloo, sede en la que se asentaron tras su huida de España. El oficio policial matiza que tanto la plataforma como la 'República catalana digital' fueron "ideados, instrumentalizados y articulados por parte de los políticos prófugos". Estos entes se entendieron como un requisito inicial para conseguir una desconexión virtual con el Estado.
Prueba de la importancia que se le daba a estas estructuras reside en que el empresario Jaume Cabaní (mano derecha de Puigdemont en Bruselas) sufragó los vuelos a Bélgica del escolta de Quim Torra, así como el de dos informáticos contratados para implementar la estrategia digital de estos entes.
"A lo largo de las investigaciones se ha podido constatar una evolución sustancial de la organización pudiendo descartarse a día de hoy sus fines como 'fuerza de interposición'. De hecho, esta tendencia está derivando hacia un bloque de gran potencial, perfectamente constituido y jerarquizado, dirigido por personas excepcionalmente cualificadas en materia de seguridad, con estrechos vínculos entre las más altas instancias dirigentes de Cataluña", reza el oficio incorporado a una pieza, hasta ahora secreta, de la causa contra los CDR.
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