La célula logística de Hezbolá desarticulada por la Guardia civil en Barcelona que se dedicaba a la adquisición de todos los materiales necesarios para la fabricación de drones kamikaze llevaba operando desde mediados de 2022, según ha podido acreditar Vozpópuli a partir de fuentes próximas a la investigación. Según las pesquisas de los agentes del Servicio de Información, se han detectado piezas como las intervenidas en esta operación en los recientes ataques del grupo paramilitar terrorista contra posiciones de Israel.
Tres personas han sido detenidas en el marco de la operación, que se desarrolló en la mañana de este domingo entre los municipios de Barcelona y Badalona. Una de ellas ha ingresado en prisión; se trata de un ciudadano nacido en España que muy joven fue al Líbano para después regresar a Cataluña. Las otras dos, que han quedado en libertad, son un libanés que llegó a nuestro país en 2022 y otro que lo hizo en 1985 y que contaba también con la nacionalidad española. Además ha habido un cuarto detenido en Alemania.
La Guardia Civil ha acreditado que esta célula había constituido un complejo entramado societario para enmascarar su actividad. Entre otras, habían registrado empresas que se dedicaban a la intermediación en diversos productos, desde juguetes hasta materiales para la construcción.
Los agentes del Servicio de Información detectaron actividades económicas sospechosas que llamaron su atención. Las pesquisas no fueron sencillas, toda vez que Hezbolá cuenta con unas estructuras muy opacas, marcadas por la fuerte jerarquía orgánica, a diferencia de lo que ocurre con otras organizaciones, como Al Qaeda o Estado Islámico, cuyos grupos actúan de forma mucho más descentralizada.
El material intervenido
Además se detectaron movimientos físicos y económicos en Alemania, por lo que se requirió la colaboración de la Bundeskriminalamt (BKA) y la Bundesamt für Verfassungsschutz (BfV). En concreto, esta célula adquiría casi todos los materiales desde Barcelona, para después enviarlos a Alemania y, desde allí, a su destino final en el Líbano.
Entre los elementos que gestionaban figuraban componentes electrónicos de guiado, hélices propulsoras, rodamientos, decenas de motores de gasolina, más de doscientos motores eléctricos, así como más de doce toneladas de resinas, sustancias endurecedoras, alas y partes móviles. Es imposible fijar el número de drones que se pudieron fabricar con todo este material, si bien los investigadores hablan "varios centenares" o, incluso, por encima del millar.
El nivel de actuación de esta célula vinculada a Hezbolá ha sido similar desde mediados de 2022, cuando se han detectado las primeras transacciones, por lo que se puede afirmar que llevan casi dos años reuniendo todos los elementos necesarios para la fabricación de drones kamikaze.
Hezbolá-Hamás-Israel
De este modo, el grupo habría comenzado su actividad -al menos- un año antes de los ataques terroristas de Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre, con la posterior intervención militar en la Franja de Gaza y el estallido de las inestabilidades en la frontera del Líbano, donde operan las milicias de Hezbolá -que han manifestado su apoyo a Hamás desde el comienzo de la crisis-.
Con esta afirmación, no obstante, no se puede constatar que Hezbolá llevase tanto tiempo planificando una colisión frontal con Israel. De hecho, informes de inteligencia ponen de manifiesto que el ataque de Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre -en el que fueron asesinadas más de 1.200 personas y secuestradas varios centenares- generó cierta sorpresa entre estamentos de Hezbolá.
Cabe recordar que esta milicia terrorista dispone de capacidades militares similares a las de un ejército oficial y que, en buena medida, nutre su actividad mediante armamento obtenido en el mercado negro internacional o suministrado al margen de cualquier acuerdo internacional.
A lo largo de los últimos meses, han sido numerosos los ataques por parte de Hezbolá a Israel mediante UAV’s [drones], habiéndose detectado piezas como las adquiridas por parte de la estructura neutralizada entre los restos de los drones que han impactado en territorio israelí", apuntan desde la Guardia Civil.
Y añaden: "La amenaza de estos aviones no tripulados, que pueden llegar a cargar varios kilogramos de explosivos, es muy alta, toda vez que, por su pequeño tamaño, bajo perfil de vuelo y la propia orografía dificultan su detección temprana y neutralización".
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