Solo en medio de un montón de gente. Así se sintió Juan Carlos I en la cena del pasado viernes en el Club Náutico de Sanxenxo, a pesar de estar rodeado de familiares y amigos. El Emérito, que un día antes había asegurado ante los medios que "seguramente" se encontraría con Felipe VI aprovechando que el Rey se encontraba en la isla de La Toja, a apenas 15 kilómetros, ya conocía entonces que no podría verse con su hijo y que tampoco tiene permitido asistir a la jura de bandera de la princesa Leonor el próximo sábado 7 en la Academia Militar de Zaragoza. Dos noticias que hicieron mella en el monarca.
Así lo confirman a Vozpópuli personas muy próximas a Juan Carlos I, y que han estado pendientes de él durante su última estancia en España, a la que puso fin ayer al volar desde el aeropuerto de Peinador en Vigo hacia Niza. Una visita, la del Emérito, "más familiar que nunca" y, a la vez, con un gran 'lunar': no haberse podido reunir con Felipe VI a pesar de estar a escasos 20 minutos en coche el uno del otro.
Según estas mismas fuentes, los dos reyes habrían mantenido una conversación telefónica, que no fue suficiente para calmar la "decepción" y el "enfado" de Juan Carlos I por haber sido vetado para la jura de bandera de la heredera y no ver a su hijo. Un estado de ánimo que familiares y amigos trataron de levantar el jueves cenando en una marisquería... y el viernes en el Club Náutico de Sanxenxo.
Cena 'marinera' con análisis político
La imagen que ilustra esta noticia muestra al padre de Felipe VI en esa cena del viernes. El monarca, como sus compañeros de regata, iba vestido con atuendo 'marinero', con camisa y chaleco del Club Náutico de Sanxenxo. Además, llevaba bordada una 'galleta' al estilo militar con el nombre de su embarcación -'Bribón' y cinco estrellas.
También puede apreciarse que Juan Carlos I, tal y como confirman testigos directos, solo bebió agua en una cena en la que se habló mucho de barcos y de la competición del fin de semana, pero en la que también se habló de la situación política en España, horas después de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo y con la nueva ronda de consultas de Felipe VI con los líderes políticos recién confirmada.
Las fuentes consultadas afirman que el Emérito, como cuando era "rey en activo", mantuvo una "imparcialidad total", aunque dicen los que le conocen bien que su opinión, respecto a la amnistía a Puigdemont, es muy similar a la de algunos históricos dirigentes socialistas con los que comparte amistad, con Felipe González a la cabeza.
El debate político, en todo caso, tampoco prolongó en exceso una cena que duró poco más de tres horas y que comenzó a organizarse a las siete de la tarde del viernes: "Como había competición a la mañana siguiente, se optó por empezar pronto y acabar pronto, en una 'nueva normalidad' a la que Juan Carlos I se ha adaptado a la perfección".
Todos... menos Felipe VI
La cena, como el resultado del 'Bribón' ese mismo viernes, dejó un regusto amargo a Juan Carlos I, después de una regata en la que su embarcación quedó en penúltimo lugar por un error en la navegación. Una vez concluida la jornada en el mar, la tripulación se citó para compartir mesa y mantel en el Club Náutico, ya con la presencia de la infanta Elena, que llegó a tiempo para acompañar a su padre durante todo el fin de semana.
A la mañana siguiente, padre e hija se fotografiaron antes de que se reanudara la competición, aunque el rey Emérito siguió la regata en la embarcación semirrígida 'Cristina', y no en el 'Bribón'. Ya el domingo, tanto Juan Carlos I como la infanta Elena fueron los grandes protagonistas de la entrega de premios que ponía el broche final a la nueva visita del Emérito a Sanxenxo.
El monarca se expuso en esta ocasión menos ante los medios, aunque sí salió a cenar el jueves a la marisquería D'Berto, en O Grove. Al restaurante acudió junto a su amigo Pedro Campos; su hermana la infanta doña Margarita de Borbón y sus sobrinos, Alfonso y María Zurita.
Le están degradando al tratarle como un familiar lejano de la Princesa, o como un abuelo por parte materna, y no como el rey reinante que ha sido
La última visita de Juan Carlos I a España, por tanto, ha sido más familiar que en otras ocasiones pero sin un reencuentro con su hijo que, en principio, se producirá el próximo 31 de octubre, en el Palacio de El Pardo, en la "celebración familiar" por la jura de la Constitución de la princesa Leonor.
Todo un "premio de consolación" para el Rey Emérito, que aspiraba a estar este sábado en la Academia Militar de Zaragoza en la jura de la bandera de la heredera, y al que, según su entorno más cercano, "le están degradando al tratarle como un familiar lejano de la Princesa, o como un abuelo por parte materna, y no como el rey reinante que ha sido".
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