España

“Lo peor es que el centro sigue vendiendo como si nada, cuando ha habido un atropello masivo”

Después de los muertos, de los heridos, del horror, el atentado el jueves pasado en Barcelona va dejando las historias de quienes lo vivieron de cerca. Una de ellas fue

  • Fotogalería | Atentado en Barcelona

Después de los muertos, de los heridos, del horror, el atentado el jueves pasado en Barcelona va dejando las historias de quienes lo vivieron de cerca. Una de ellas fue Daniel Candelera, el trabajador de una óptica en La Rambla, que se puso a ayudar a todos los heridos antes de la llegada de los Mossos, y que no tuvo, en sus propias palabras, ni tiempo para llorar.

De una forma diferente le tocó vivirlo a Patricia Castro (@_espatricia), otra trabajadora, esta vez, de un gran centro comercial, que contó en Twitter su experiencia con el resto de sus compañeros. En cuanto se iban enterando de lo que acababa de suceder en La Rambla, su primer pensamiento ha sido cerrar la tienda e irse, pero según dice, no podían. Estaba con pánico y no podía salir a atender. 

Castro continúa su relato en un hilo de Twitter: “La gente no dejaba de entrar, todo el mundo con sus móviles viendo vídeos del atentado mientras seguían comprando como si nada”. Según Castro, un gran centro comercial de Barcelona puede ser fácilmente un objetivo para un atentado, y por lo tanto su miedo no era “nada descabellado”.

A partir de ese momento, dice que han pasado tres horas queriendo cerrar la tienda y presionando a sus jefes para que lo hicieran. “Los que mandan nos han dado largas. No querían que cerrásemos. No interesa, las pérdidas son malas, aún a costa de nuestra integridad”.

Me sabe mal por todos los trabajadores que a pesar de lo ocurrido tienen que seguir estando en sus puestos de trabajo. Es inhumano

Porque mientras amigos y familiares les pedían que se fuesen de allí, el centro seguía abierto y vendiendo, a instantes del atentado que ocasionó muertos en la misma ciudad. Castro comenta que “si la gente hubiese dejado de comprar nosotros podríamos habernos ido antes. He visto mucha falta de empatía, de individualismo atroz. Y me sabe mal por todos los trabajadores que a pesar de lo ocurrido tienen que seguir estando en sus puestos de trabajo. Es inhumano.”

La trabajadora reconoce que su jefa directa ha estado pendiente de su equipo y una encargada, jugándose su puesto, ha decidido cerrar por su cuenta y riesgo. Otros usuarios de Twitter le han pedido que identificase a este centro comercial, pero ella se ha negado y ha dicho que “da igual, sea el centro comercial que sea, estaban abiertos”. Vozpópuli ha intentado ponerse en contacto con Castro pero no ha recibido respuesta.

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