La CEOE volvió a sentarse con el Gobierno. Lo hizo el viernes, convocada por José Luis Escrivá tras el anuncio de un pacto por las pensiones que no respaldó la patronal; y lo volverá a hacer este lunes para abordar el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, base para negociar la subida de los salarios. En este contexto de tensiones con el Ejecutivo, la organización presidida por empieza a hablar con la oposición tras los últimos desplantes de Pedro Sánchez, a quien acusan de "preferir a las empresas extranjeras".
Así de tajantes se muestran fuentes directivas de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, que no ocultan su malestar con el jefe del Ejecutivo: "Ha pasado de montar actos multitudinarios con las grandes del Ibex al inicio del curso político a permitir ataques a empresas de miembros de su Gobierno".
La interlocución con Moncloa, además, es prácticamente inexistente, más allá de las reuniones 'temáticas' con algunos ministerios: "La empresa española ha quedado fuera de la agenda del presidente, que prefiere grandes foros internacionales con compañías extranjeras como Davos".
A este malestar se sumó el viernes el rechazo de la CEOE a la reforma de las pensiones planteada por el ministro Escrivá. Tras conocer la propuesta del Gobierno, la patronal denunció que "el sostenimiento del sistema se hace recaer en los trabajadores y las empresas del país mediante una subida generalizada de cotizaciones que mermará los salarios de todos los trabajadores e incrementará los costes laborales poniendo en peligro la creación de empleo".
La confederación de empresarios, además, consideró "inconcebible" que el Gobierno afronte esta reforma "sin el necesario debate y diálogo social tras alcanzar un acuerdo con Europa en una cesión de soberanía sin precedentes".
Contactos con la oposición
Para la CEOE, el cambio de actitud del Gobierno en general, y de Pedro Sánchez en particular, respecto a su relación con los empresarios, se produjo a partir de la debacle socialista en las elecciones andaluzas del pasado mes de junio.
En opinión de las fuentes consultadas, la mayoría absoluta cosechada por Juanma Moreno, y la caída del Partido Socialista, provocaron un giro de 180 grados en estrategia tanto en Moncloa como en Ferraz, que pasaron de buscar la sintonía con el empresariado a la confrontación. Una hoja de ruta que se ha vuelto a repetir este mes tras el anuncio de Ferrovial sobre el traslado de su sede fiscal a Países Bajos.
La patronal, por tanto, es consciente de que el Gobierno "no quiere saber nada de los empresarios españoles" y, por tanto, ha empezado a profundizar en la interlocución con los diferentes partidos que representan la oposición al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Tal y como informó Vozpópuli, Feijóo considera fundamental entenderse con Garamendi y los contactos entre ambos son "habituales". La comunicación entre el PP y la CEOE de hecho, va más allá de las conversaciones entre los presidentes de ambas instituciones y cargos relevantes del partido también están en contacto permanente con importantes representantes de la patronal.
Además de esa interlocución con el PP, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales también está apostando con la comunicación con otros grupos parlamentarios de la oposición en el Congreso de los Diputados. El pasado jueves, de hecho, José Luis Ayllón, nombrado el pasado mes de febrero director del nuevo Departamento de Asuntos Públicos y Relaciones con las Cortes, estuvo en la Cámara Baja manteniendo reuniones con estos partidos.
El pacto de rentas, imposible
Después de la subida de las pensiones y del salario mínimo interprofesional, el Gobierno aspira a cerrar un gran pacto de rentas para una subida generalizada de los sueldos de los trabajadores. Un objetivo que, a día de hoy, es "imposible" antes de que finalice la legislatura, en opinión de la CEOE.
La fuentes de la patronal consultadas por Vozpópuli explican que, "se tendría que haber negociado la subida del SMI dentro de ese pacto general de rentas". Ahora, añaden estas mismas fuentes, "es imposible que ningún empresario acepte el mismo porcentaje de subida del salario mínimo interprofesional que para el resto de nóminas".
Esa tesis es compartida por el PP. Feijóo ya expresó, en su día, que la subida del SMI tendría que haber formado parte de ese "pacto de rentas" más global. Ahora, los populares apuestan por buscar ese acuerdo, aunque son conscientes de las dificultades para las empresas.
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