El presidente de la Generalitat, Artur Mas, quiso presentarse ante Mariano Rajoy con un apoyo formal al pacto fiscal firmado por las cuatro organizaciones empresariales y económicas de referencia catalanas (Foment del Treball, Cercle de Economía, Pimec y Cambra de Comerç de Barcelona), pero no pudo ser. Sólo las dos últimas accedieron, firmando a toda prisa una declaración conjunta que no fue secundada ni por la primera, en la que Joan Rosell fue presidente hasta el pasado año, ni la segunda, comandada por Josep Piqué.
Así lo aseguran fuentes cercanas a las organizaciones en cuestión. Foment se ha declarado partidaria de dicho pacto fiscal en repetidas ocasiones, pero no firmó una declaración que sin duda, habría sido esgrimida como argumento político. Conviene recordar que, tras la reunión entre Mas y Rajoy, el líder catalán habló de oportunidad histórica perdida y de la imposibilidad de marcha atrás entre las partes, mientras que desde la patronal española, por el contrario, reclamaron que continúe el diálogo.
De hecho, en CEOE, el propio Rosell ha evitado pronunciarse en el pasado sobre este asunto de manera sistemática y sólo lo hizo ante el cariz de los acontecimientos, una vez celebrada la reunión y conocidas las primeras reacciones. Foment está presidida ahora mismo por Joaquím Gay de Montella, hombre de confianza del asesor económico de la Generalitat, Salvador Alemany, quien, precisamente, antes del verano se mostraba partidario de no presionar en exceso con este asunto: “No hay que forzar la máquina (con la reivindicación del pacto), sino encontrar un buen sistema”, decía el propio Alemany, precisamente en la sede de Cercle, el pasado mes de julio, poco antes de que se desatara la marea independentista, cuyo máximo exponente ha sido la pasada Diada.
Con lealtad a las instituciones
En Cercle d´Economía, Josep Piqué se ha mostrado siempre partidario de una remodelación del modelo de financiación autonómica, pero siempre desde la lealtad a las instituciones. En este sentido, el ex ministro popular ha tenido buen cuidado de mantenerse al margen de todo aquello que pueda poner en el punto de mira la Constitución o avivar fuegos independentistas.
Por su lado, en un comunicado del día 19 de septiembre, un día antes de la reunión entre ambos presidentes, Pimec y Cambra decían que “conscientes de la importancia que la reunión que los presidentes de los Gobiernos de España y Cataluña han de celebrar mañana día 20 en la Moncloa, los firmantes sienten la responsabilidad de pedir a las dos partes que de la citada reunión resulte un compromiso claro e inequívoco en relación con la apertura de un proceso de diálogo que, en un marco de mutua colaboración, culmine en un nuevo Pacto Fiscal entre Cataluña y el Estado, en la línea de la Declaración aprobada por el Parlamento de Cataluña el pasado 25 de julio”.
Artur Mas quería presentarse ante Rajoy con el apoyo masivo de la comunidad empresarial catalana como gran elemento de presión y legitimidad. Pero dos grandes organizaciones como Foment y el Cercle se han abstenido de rubricar expresamente dicho apoyo. La primera ni mucho menos es contraria al pacto, pero está integrada en CEOE y, a su vez, no secunda movimientos independentistas.
La situación, sin duda, es compleja. Tal como reconocía Rosell, el modelo de finaciación autonómica ya no de más de si y es momento de rediseñarlo, pero todo esto llega en un entorno de fuerte crisis financiera, solicitud de rescate por parte de Cataluña y a su vez una reclamación con carácter de urgencia por parte de la Generalitat de la aprobación del pacto fiscal. Foment y Cercle han optado por la prudencia ante la evidencia de que los apoyos se instrumentalizarían.
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