¿Quién sustituirá a Carlos Dívar cuando dimita el próximo jueves? Los integrantes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, las dos instituciones que aún preside, han comenzado a moverse para elegir quién lo relevará. Si bien la ley que rige el funcionamiento de la institución fija que sean el vicepresidente del primero, Fernando de Rosa, y el presidente de Sala más antiguo del alto tribunal, Juan Antonio Xiol, los que lo hagan de modo interino en cada una de estas intancias, ya han comenzado los movimientos internos para evitar esa bicefalia y que una persona ocupe el puesto que deja un Dívar que ayer fue testigo en los actos por el Bicentenario del Supremo de la soledad prácticamente absoluta en el que se encuentra a tres días de su salida.
En el CGPJ creen imprecindible elegir al sustituto de Carlos Dívar con un amplio consenso para cerrar las heridas
De hecho, durante todo el acto de ayer, la sucesión de Dívar fue el tema recurrente en los corrillos de una celebración que se convirtió en un gélido 'funeral político' para su protagonista. Entre copas de vino y canapés de foie, salmón y jamón ibérico, magistrados y políticos departían dando por segura la dimisión el próximo jueves del máximo representante de los jueces españoles. Él, sin embargo, permanecía 'ausente', ajeno a todo ello, con la mirada perdida y el rostro descompuesto. Durante los escasos veinte minutos que estuvo en la recepción, muy poca gente se acercó a él para hablar. No lo hicieron los dos representantes del Gobierno presentes en la cita, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Tampoco el otro peso pesado del PP que asistió, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Ni siquiera muchos de sus actuales y pasados compañeros en los diferentes órganos por los que el aún presidente del CGPJ ha pasado a lo largo de su vida profesional. Todos le hicieron el vacío mientras él musitaba a los periodistas que le abordaban que se encontraba "bien, muy bien y tranquilo".
A escasos metros, sin embargo, el vocal del Consejo llamado por reglamento a sustituirlo, el vicepresidente Fernando de Rosa, explicaba a la prensa los pasos que el órgano de gobierno de los jueces va a tomar a partir del jueves. De Rosa insistió en que su papel a partir de ese momento será el de "arbitró" y que escuchará las propuestas de los otros vocales sobre quién puede ser el reemplazo de Dívar al frente del órgano de los jueces por el año y pocos meses que le quedan de mandato a sus actuales integrantes. Fuentes del Consejo reconocían que para recuperar la confianza, será necesario que esa elección se produzca con un muy amplio consenso, mucho mayor de los 12 votos, los célebres tres quintos que se buscaban para forzar la salida de Dívar. "Será la única manera de retomar la senda de la tranquilidad en la institución y cerrar las heridas que hay abiertas", recalcaba a este diario un integrante de la misma.
Un magistrado de prestigio y no politizado
Lo que sí tienen claro todas las fuentes consultadas es que para facilitar ese consenso en un CGPJ absolutamente 'atomizado', el sustituto de Dívar debe cumplir dos requisitos: que tenga prestigio dentro de la judicatura y que no se le pueda acusar de esta politizado. Otros, además, apuntan una tercera característica: que pertenezca al Tribunal Supremo, una institución que se sintió ninguneada cuando se eligió a Carlos Dívar, proveniente de la Audiencia Naciona, lo que levantó ampollas en el seno Alto Tribunal. Ahora, sus magistrados creen imprescindible que el presidente del Consejo, y por tanto del propio Supremo, salga de esta última institución.
En esta línea, algunos apuntan, precisamente, al magistrado que ocupará interinamente la presidencia del Supremo, Juan Antonio Xiol, el presidente de Sala más antiguo. A su favor juega su gran prestigio entre los juristas. En contra, que tiene un marcado perfil progresista. Sin embargo, fuentes de esta institución reconocían ayer que otros jueces se están postulando para el puesto. Uno de los que lo está haciendo con más intensidad y abiertamente, según se comentaba ayer en los corrillos de la recepción, es José Manuel Sieira, presidente de la Sala de lo Contencioso, un magistrado de talante moderadamente progresista que fue uno de los siete que en marzo de 2011 votaron a favor de la legalización de Sortu como partido.
Ese movimiento ha provocado ya la reacción de otros magistrados del Supremo, contrarios a dar a Sieira mando en plaza. Uno de ellos reconocía este diario que una de las propuesta que está ganando peso en los últimos días es elegir un miembro del alto tribunal que se encuentre cercano a la jubilación, ya que el actual CGPJ le queda de mandato poco más de un año, hasta octubre de 2013. "No hay que olvidar que la situación que estamos viviendo ahora no se había dado nunca", recalcaba para explicar las numerosas dudas que han surgido en las últimas semanas sobre el candidato ideal para ocupar el cargo. De hecho, algunos no descartaban continuar con la bicefalia hasta el final.
Algunos vieron en la referencia al 'Manifiesto de los Persas' un dardo de Dívar a sus dos grandes opositores en el CGPJ
No obstante, en su elección el Gobierno querrá previsiblemente influir. Hasta su dimisión, el Ejecutivo de Mariano Rajoy había defendido a Carlos Dívar al considerarle uno de sus más firmes aliados en el mundo de la judicatura. Tras confirmarse su salida el sábado, tanto Soraya Sáenz de Santamaría como Alberto Ruiz-Gallardón, los dos únicos miembros del mismo que acudieron al último acto institucional del presidente del CGPJ, dejaron bien claro que le daban ya la por amortizado. Ninguno de los dos se acercó ni siquiera a departir con él durante la recepción posterior. Sus rostros, como el de muchos de los presentes, reflejaban la incomodidad por tener que aparecer junto a Dívar en la foto oficial.
Una imagen que, por ejemplo, evitaron los dos protagonistas ausentes del acto: los vocales José Manuel Gómez Benítez, el vocal que precipitó la situación al denunciar en la Fiscalía los viajes de Dívar, y Margarita Robles, la mayor opositora del presidente dentro del Consejo. Ambos fueron los únicos de los 20 miembros del CGPJ que no estuvieron presentes en el acto institucional. Algunos apuntaban que, sin embargo, el presidente de los jueces españoles no se olvidó de ellos y que la referencia en su discurso al Manifiesto de los Persas (el escrito de los diputados realistas de las Cortes de Cádiz que precipitó la vuelta al absoutismo de Fernando VII) fue en realidad un sutil dardo dirigido a ellos. Un tenue consuelo para un Dívar que estuvo de cuerpo presente en su gélida despedida institucional donde más que de él se hablaba de sus posibles sustitutos.
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