Primer choque de trenes entre Pablo Casado y el presidente y líder del Partido Popular en Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, por el control del partido en la provincia de Sevilla, la más importante y convulsa de esta comunidad autónoma. Un escenario que se produce a un año y medio para los comicios autonómicos si se llega hasta el final de la legislatura.
La actual presidenta provincial, Virginia Pérez, anunció la semana pasada la convocatoria del congreso del PP de Sevilla para el próximo 27 de marzo y su presentación al mismo en busca de la reelección. Todo ello con el aval de Génova.
Este movimiento ha provocado desconcierto en el equipo de Moreno Bonilla, según fuentes del PP andaluz consultadas por Vozpópuli, ya que en las últimas semanas se había trasladado a Madrid la conveniencia de que los cónclaves andaluces se celebrasen una vez acabada la pandemia, con presencialidad de los compromisarios y una candidatura única... en la medida de lo posible.
Las dos primeras condiciones no han sido un escollo en Málaga, Granada o Córdoba, pues se han consensuado candidaturas unitarias y los congresos se van a a celebrar a lo largo de este mes de marzo sin nubarrones en el horizonte y aún con restricciones a la movilidad. Pero Sevilla es harina de otro costal.
La influencia de Arenas en Sevilla
En 2017 ya se vivió en este territorio el congreso provincial más convulso de todos los que tuvo que organizar el PP de Mariano Rajoy. Al igual que ahora, hubo dos candidaturas. La de Virginia Pérez estaba bendecida por Moreno Bonilla y Javier Arenas, quien ha movido los hilos en el PP de Sevilla en las últimas décadas para colocar a sus peones de confianza. La primera ganó las primarias con unos pocos votos de diferencia al otro candidato, Juan Bueno.
Las fuentes del PP andaluz lamentan "la sensación de división y navajeo" que la formación da ahora con esta lucha soterrada por el control regional. La convocatoria del cónclave sevillano por parte de Pérez precipitó la candidatura de Juan Ávila, alcalde de Carmona y próximo al presidente andaluz, para competir contra la 'ungida' por Génova.
"Es justo lo que le echamos en cara al PSOE de Susana Díaz", insisten las citadas fuentes al referirse a la división en Sevilla. Además, dejan claro que el presidente andaluz solo está centrado en la gestión de la pandemia y que la rivalidad promovida por unos y otros "da argumentos a nuestros rivales políticos".
En Génova discrepan de este análisis. Fuentes del PP nacional subrayan que la secretaria general de los 'populares' andaluces, María Dolores López, conocía las fechas y que el verdadero problema es que Moreno Bonilla "no quiere romper el statu quo que mantiene con Arenas", quien sigue en política con su puesto de senador por designación autonómica.
En el trasfondo de esta polémica está el hecho de que el exministro con Aznar soltó amarras con Pérez al poco tiempo de auparla a la presidencia del PP de Sevilla, sin que Moreno Bonilla le haya llamado la atención por este hecho. De ahí que desde el PP nacional que dirige Casado se considere que Arenas no debe influir ahora en el proceso de renovación.
Roces entre Casado y Moreno
Otra contradicción entre Casado y Moreno Bonilla es que el segundo dice que no es el padrino de Ávila, sino que hace gala de "neutralidad" en este proceso electoral ante la aparición de dos contendientes, según las fuentes del PP andaluz. Sin embargo, Génova replica que el presidente andaluz pasó el último fin de semana en Carmona para "suplicar y convencer" al alcalde de que se postulase como candidato, un paso que no estaba en la mente del regidor.
Además, el PP nacional reprocha a Moreno Bonilla que no haya respondido durante meses a la petición de Pérez para mantener una reunión a solas en la que se negociase el futuro del PP de Sevilla. Y ante la queja del PP andaluz de que no se informase al líder del partido en Andalucía de la convocatoria de esa delicada reunión de la junta provincial, en la que Pérez anunció la fecha del cónclave, desde Génova se puntualiza que la comunicación a Moreno Bonilla "no era preceptiva" en este caso.
A ello se añade el problema de las incompatibilidades en las que pueden incurrir algunos dirigentes del PP andaluz después de los congresos provinciales. Una reforma introducida en 2017 en los estatutos, a instancias precisamente de 'populares' andaluces, impide compaginar cargos orgánicos con gubernamentales en una serie de supuestos.
La vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, avisó este miércoles por carta a los presidentes y secretarios generales provinciales que sólo se pueden compatibilizar cargos orgánicos con los que tengan en ayuntamientos, diputaciones, parlamentos regionales o el Senado.
Eso excluye los cargos en un Ejecutivo autonómico, caso del consejero regional de Presidencia y 'mano derecha' de Moreno Bonilla, Elías Bendodo, quien el próximo domingo será elegido presidente del PP de Málaga al encabezar la candidatura unitaria que se ha presentado en esta provincia. Así que esta aparente incompatibilidad en la que va a incurrir Bendodo con su 'doble sombrero' tendrá que ser resuelta por Casado próximamente.
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