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Los papeles de la CIA consideran a Ghali ministro de Defensa saharaui "en el exilio"

“Ibrahim Ghali Ould Moustapha es ministro de Defensa”. Los servicios secretos estadounidenses reconocían en sus documentos remitidos a Washington al actual líder del Polisario como máximo responsable de los asuntos

Ibrahim Ghali Ould Moustapha es ministro de Defensa”. Los servicios secretos estadounidenses reconocían en sus documentos remitidos a Washington al actual líder del Polisario como máximo responsable de los asuntos militares saharauis. Un informe de inteligencia redactado por la CIA en marzo de 1981 y al que ha tenido acceso Vozpópuli estudia la “viabilidad y orientación” de un Estado dependiente en el Sáhara occidental. En él se desglosa la composición de un gobierno independiente al que denominan República Árabe Saharaui Democrática (SDAR, por sus siglas en inglés) y que contaría con la participación de Brahim Ghali, cuya presencia en España ha enturbiado las relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat hasta dibujar la crisis más grave de los últimos años.

Los servicios de inteligencia estadounidenses arrancan el informe con un breve análisis sobre la situación que atraviesa el conflicto saharaui en esas fechas. A pesar de que el Frente Polisario ha sufrido “retrocesos” desde comienzos de 1980 en su intento por controlar Sáhara occidental, la CIA considera que los “profundos costes de la guerra” podrían conducir a un acuerdo con Marruecos para evaluar un acuerdo político: “Dependiendo del progreso del conflicto y la fuerza de los combatientes, un acuerdo podría conducir a la creación de un Estado independiente que abarcaría todo o parte del territorio del Sáhara occidental, o en unión o federación con una parte del Sáhara occidental de Mauritania”.

La constitución de un Estado propio supondría la creación de un gobierno “dominado” por la “facción nacionalista árabe” del Frente Polisario, esgrime la CIA, con el secretario general Mohamed Abdelaziz como presidente de esta república independiente. Los servicios secretos estadounidenses discurren a lo largo de sus 20 páginas sobre la composición del gobierno saharaui y las implicaciones que tendría dicho reconocimiento.

El nombre de Brahim Ghali se repite con frecuencia en las consideraciones de la CIA, que lo incluye en el organigrama de gobierno de la citada República Árabe Saharaui Democrática (SDAR). Como base, la inteligencia estadounidense toma el “gobierno en el exilio” establecido por el Frente Polisario en 1976. El informe incorpora un gráfico de la composición de este órgano para informar con mayor claridad a Washington. Y aborda los miembros que asistieron al “consejo de ministros” celebrado en septiembre de 1980.

Gobierno del Sáhara "en el exilio" detallado por la CIA, con Ghali como ministro de Defensa.

La composición

Mohamed Abdelaziz (fallecido en 2016) ocupa la presidencia de esta república saharaui, con Mohamed Lamine Ould Ahmed como primer ministro. El siguiente nombre en la lista es el de Ibrahim Ghali Ould Moustapha, que ocupa la cartera de Defensa, una de las de mayor responsabilidad a tenor de la situación de conflicto que se vivía en el Sáhara en esas fechas: “Un Estado sáharo-mauritano probablemente estaría dominado por un ejecutivo fuerte, con la mayoría de las decisiones tomadas por el presidente con el apoyo de un consejo militar”.

El informe analiza las relaciones diplomáticas que tendría un Estado saharaui, que se alinearía con las naciones árabes y africanas bajo una fuerte influencia de las posiciones argelinas en asuntos internacionales. En este sentido señala que las “guerrillas” del Frente Polisario han recibido el apoyo material y logístico, así como el entrenamiento de sus efectivos, por parte de Argelia. El campamento de Tinduf donde viven entre 75.000 y 100.000 “refugiados saharauis” -siempre hay que interpretarlo con las cifras que se manejaban a principios de los ochenta- es un “santuario” auspiciado por Argelia, a juicio de la CIA.

“La tendencia del Frente Polisario de apoyar las posiciones del Tercer Mundo quedarán reforzadas debido al número de países del Tercer Mundo que han reconocido al SDAR (sic)”, añade el informe. A renglón seguido detalla la lista de países que han dado un paso en ese sentido. Asimismo, la CIA señala que “el apoyo militar de Estados Unidos a Marruecos” impediría una relación positiva entre Washington y las autoridades saharauis.

Los papeles desclasificados por los servicios de inteligencia estadounidenses revelan que no acertaron en su vaticinio de un reparto del territorio entre las autoridades saharauis y marroquíes. Los intereses norteamericanos en Marruecos han crecido mucho desde ese informe. Pero el punto de inflexión geoestratégico se produjo en los estertores de la administración de Donald Trump a finales del 2020. El reino alauí firmó un acuerdo de normalización de relaciones diplomáticas con Israel. Y Trump agradeció el gesto de Mohamed VI reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara. EEUU había estado históricamente alineado con las resoluciones de la ONU favorables a una salida pactada al contencioso territorial.

Crisis Madrid-Rabat por Ghali

La decisión de Trump ha envalentonado a Marruecos, que presiona desde entonces a España para que cambie de postura en el conflicto. Las relaciones entre ambos países ya venían tocadas desde la suspensión de la reunión de alto nivel que Sánchez y Mohamed VI iban a mantener en Rabat a finales del año pasado y que suspendió precisamente por la declaración de Trump.

La llegada de Brahim Ghali a España a mediados del mes de abril en un vuelo procedente de Argelia terminó de romperlo todo. Y el conflicto diplomático está lejos todavía de solucionarse. Ghali aterrizó en el aeropuerto de Zaragoza. Y desde ahí se le trasladó en ambulancia a un hospital riojano, donde ingresó con la falsa identidad de Mohamed Benbatouche -según detalla la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en su atestado- en un delicado estado de salud, afectado por coronavirus. La respuesta de Marruecos fue la apertura de su frontera y la irrupción de 10.000 inmigrantes en Ceuta,, en lo que ha supuesto la mayor crisis entre Rabat y Madrid desde la toma del islote de Perejil en 2002.

El Gobierno español admitió que había acogido al líder del Polisario por “razones humanitarias”. Ghali marchó rumbo a Argelia desde el aeropuerto de Pamplona horas después de declarar ante la Audiencia Nacional por supuestos delitos de tortura y lesa humanidad. El dirigente saharaui reapareció este miércoles, al recibir en un hospital de Argel al presidente argelino Abdelmayid Tebboune y al jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional Popular de Argelia, Said Chanegriha.

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