Más de una semana después de que las mascarillas hayan dejado de ser obligatorias en España, uno de los últimos Estados europeos en sumarse a la medida, el Ministerio de Ciencia adjudica un contrato por más de 70.000 euros para comprar 40.000 mascarillas FFP2 para sus trabajadores. Mientras que el Ministerio de Sanidad lanza un mensaje de tranquilidad con la eliminación de esta medida, su socio de Ciencia ahonda en el desconcierto con la adquisición de miles de mascarillas.
No se trata, además, de cualquier tipo de mascarillas. Y es que el Ministerio de Diana Morant no se conformaba con cualquier cosa. Desoyendo la recomendación que hizo en su día el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, sobre la idoneidad de las mascarillas quirúrgicas, Ciencia opta por unas FFP2 -bautizadas en su día por el director del Ccaes como las "mascarillas egoístas"- que incorporan también un filtro viricida.
El precio de cada mascarilla asciende a 1,5 euros, muy superior al que se puede encontrar en el mercado para otras mascarillas de tipo FFP2. Haciendo una rápida búsqueda en internet se puede encontrar un lote de 50 mascarillas FFP2 por 13 euros, lo que supone un precio de 26 céntimos por mascarilla. Por tanto, en el mercado se puede encontrar un precio un 576% más barato que el que ha conseguido el Ministerio de Ciencia.
El Ministerio de Ciencia alude a "razones de seguridad y para la protección del personal"
En los pliegos del contrato, al que ha accedido Vozpópuli, se justifica esta compra por "el contexto de crisis sanitaria provocada por el covid-19". Esta circunstancia, apunta Ciencia, "exige, por razones de seguridad y para la protección del personal que presta sus servicios de manera presencial en las instalaciones del Ministerio, disponer de mascarillas con certificación FFP2 y filtro viricida, que minimicen el grave riesgo de contagio y protejan a los trabajadores frente al virus, de acuerdo con la normativa actual y las recomendaciones de prevención formuladas por las autoridades sanitarias".
Se trata de una justificación claramente desfasada, pues la normativa vigente solo exige la obligatoriedad de la mascarilla en centros sanitarios, sociosanitarios y transporte público. Además, en ningún momento se especifica que la mascarilla a usar en estos contextos tenga que ser FFP2. El proceso de licitación de este contrato empezó el 24 de febrero de este año, momento en que la pandemia estaba en una situación de control evidente y las autoridades sanitarias ya empezaban a barruntar la retirada de mascarillas.
El número de empleados públicos que prestan actualmente sus servicios en el Ministerio de Ciencia asciende a 282, incluyendo funcionarios de carrera, funcionarios interinos, personal laboral, personal eventual y altos cargos. El departamento de Morant ha concluido que, dada la cifra de trabajadores de que dispone, son necesarias 39.960 unidades. A 1,5 euros cada una, sale un precio de 59.940 euros, que con la suma del IVA alcanza los 72.527 euros. De esta forma, cada trabajador del Ministerio de Ciencia tendrá mascarillas FFP2 con filtro viricida para 141 días.
La empresa que se adjudica el contrato es Bioinicia S.L., y es el primer contrato que firma con una Administración Pública para proveer de mascarillas.
Tres veces más caro que ADIF
El único ente público que también ha adquirido mascarillas en vísperas de la eliminación de su uso en interiores es ADIF, que formalizó un contrato para comprar también FFP2. En su caso, se adjudicó la compra de 950.000 mascarillas de este tipo por un precio total de 427.500 euros. Cada mascarilla sale a 0,45 céntimos, tres veces más barato que las compradas por el Ministerio de Ciencia.
Para encontrar otra compra de mascarillas por parte de un Ministerio hay que remontarse a octubre de 2021, poco después de alcanzar el objetivo de vacunación y cuando la etiqueta respiratoria seguía siendo obligatoria. Por aquel entonces, el Ministerio de Cultura firmó un contrato de 100.000 euros con Dinafarma por el suministro de este producto.
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