La sequía que ha sufrido España en las últimas semanas, con unas temperaturas inusualmente altas, ha dado pábulo a que los conspiracionistas ataquen de nuevo con una vieja cuestión: los 'chemtrails'. Según estas teorías, las estelas blancas que se ven en el cielo son fruto de aviones que fumigan químicos para variar la climatología e impedir que llueva. También existe una variante a esta teoría: el uso de químicos para enfermar a la población. El caso es que este asunto ha llegado incluso a la Fiscalía tras las denuncias de algunos ciudadanos.
Una teoría que tiene mucho recorrido, ya que en 2015, el Parlamento Europeo tuvo que recurrir a la evidencia científica para responder a una pregunta solicitada por Ramón Tremosa i Balcells, por entonces eurodiputado de la nacionalista Coalición por Europa. Más recientemente, Pablo Cambronero, en el grupo mixto tras abandonar Cs, registró en el Congreso de los Diputados una pregunta en la que cuestionaba si el gobierno estaba manipulando la climatología mediante el rociado aéreo de productos químicos.
Ante estas teorías conspirativas, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) es tajante. "Los 'chemtrails no existen. Así responde José Luis Camacho, su portavoz, al ser preguntado por estas cuestiones por Vozpópuli. "Las estelas visibles son estelas de condensación formadas, mayoritariamente, por partículas de hielo al paso de un avión a gran altitud y por causas naturales", argumenta, recalcando que "no hay fumigaciones y las partículas de hielo pueden persistir más o menos tiempo, pero no llegan a tierra".
Estas partículas de hielo "se pueden formar por los bruscos cambios de presión en el aire originados por el paso del avión y por los residuos de la combustión del combustible de aviación en los motores", argumenta Camacho, que después añade que "estos residuos son principalmente vapor de agua que al ser eyectado se transforma rápidamente en cristales de hielo".
Preguntado por si existe la tecnología para variar el clima a la escala que los conspiracionistas afirman, desde la AEMET señalan que no. "Sí es posible realizar modificaciones muy locales de nubes y variaciones en la precipitación o modificación en el tamaño del granizo, pero siempre a escala muy limitada en tiempo y sobre zonas muy pequeñas (varios kilómetros cuadrados)", pero no a gran escala como dicen estas teorías: "No cabe hablar de modificación artificial del tiempo capaz de producir o terminar con una sequía por estos medios. No somos capaces".
En estos últimos tiempos, las teorías han ido más allá, distinguiendo las estelas que dejan los aviones -rectas, sin densidad- y las que sirven para rociar estos presuntos químicos, que permanecen durante más tiempo y son densas. José Luis Camacho responde a estas afirmaciones con cierta ironía: "Por favor, que tengan en cuenta las condiciones de iluminación cambiantes a lo largo del día o las sombras producidas por otras nubes. Que nos envíen fotos. Tenemos un concurso de fotografía anual y puede haber fotos muy bonitas de fenómenos que tienen explicación".
"Sí es posible realizar modificaciones muy locales de nubes y variaciones en la precipitación o modificación en el tamaño del granizo pero siempre a escala muy limitada en tiempo y sobre zonas muy pequeñas (varios kilómetros cuadrados). No cabe hablar de modificación artificial del tiempo capaz de producir o terminar con una sequía por estos medios. No somos capaces".
¿Qué haría falta para poder rociar el aire y producir el efecto deseado por estas teorías conspiratorias? Desde la AEMET apuntan que "necesitaríamos Jumbos cargados únicamente con enormes bidones rellenos de líquidos, con los metales que apuntan, nadando en ellos, en pequeñas partículas". Camacho señala que "para que llegaran a tierra necesitarían concentraciones grandes. El peso a levantar por los aviones sería muy grande".
Otro de los puntos que denuncian estas teorías es que estas estelas solo se observan cuando el cielo está raso, pero estas también se producen cuando llueve. Desde Meteored señalan que estas estelas sí se producen, solo que no se ven porque son tapadas por las nubes. Señalan que las estelas suelen coincidir con la proximidad de borrascas y tormentas porque elevan grandes cantidades de humedad a niveles altos.
La AEMET señala que el único cambio que está produciendo el hombre sobre el clima es a largo plazo. De hecho, Camacho señala que la humanidad "ya está modificando el clima". Según cuenta a este diario, "en abril de este año hemos alcanzado los 421,95 ppm (partes por millón) en la concentración mensual media de CO2. Para ver cómo de alto está el listón, mencionemos que en 1984 la concentración estaba en unos 345 ppm y que a mitad del siglo XIX estaba en 270 ppm". Entre otras consecuencias, está "el calentamiento de la atmósfera".
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