Turquía es, desde hace años, el epicentro del turismo sanitario mundial. El país presidido por Erdogan lo ha logrado gracias a unos precios difíciles de batir: por ejemplo, una reducción de estómago o un trasplante capilar cuestan tres veces menos que en España, que ofrece un servicio menos asequible pero ofrece muchísima más calidad y seguridad.
La cirugía turca y española son antagónicas, pero en algunos casos compiten por los mismos clientes, especialmente aquellos que basan su decisión en el precio. Es por esto que ambas quieren tener lo mejor que ofrece la otra: en el caso de España, añora bajar los precios para captar más pacientes y Turquía, sin embargo, busca aumentar la relación previa entre clínicas y pacientes para que la desconfianza no se traduzca en rechazo.
El problema al que se enfrenta el turismo sanitario turco es que occidente ha hecho los deberes, ajustando sus precios para captar clientes. Aunque sigue siendo más caro operarse en España, la confianza que ofrecen las clínicas y el nivel de la medicina española hacen que compense pagar el sobrecoste, que ya no es tan abultado como hace años. "Hace años, por un implante capilar cobraba entre 8 y 10.000 euros, ahora los cobro a 4.400 euros. Al ver que viajaban a Turquía, lo he tenido que ajustar. Ahora trabajo más para ganar lo mismo", señala José Manuel Gómez Villar, dueño de clínica Livet.
Es por este motivo que cada vez son más los españoles que deciden operarse en España y evitar así tener que depositar su salud en las manos de un doctor que generalmente no habla el mismo idioma con fluidez y con el que no existe una comunicación previa al viaje. La cirugía turca también se ha puesto las pilas: ante un problema de confianza, apertura de centros en los países de origen.
Es el caso MCAN Health, una de las clínicas estéticas más prestigiosas de Turquía y que acaba de abrir su sede en Madrid. Aunque este centro no cuenta con quirófanos, sí sirve para que el paciente estreche relaciones con la clínica antes de viajar hasta Turquía, donde se realizan todas las intervenciones. Tras ser contactados por Vozpópuli, confirman que su objetivo es ser más trasparentes y dar una imagen más confiable.
También están utilizando otras técnicas. "A mí ya me han contactado varias empresas para alquilar mis quirófanos", señala Gómez Villar, algo a lo que se ha negado. El modus operandi de estas empresas es llamar a clínicas grandes y ofrecerles dinero a cambio de sus espacios. Además, en estos casos pagan a un cirujano español para que firme la cirugía, ya que los médicos turcos no tienen licencia para operar en España. Eso sí, en caso de reclamaciones, estas empresas se lavan las manos y toda la responsabilidad recae sobre el doctor firmante.
Pese al acercamiento turco a los pacientes españoles, Gómez Villar recomienda operarse en nuestro país por varios motivos: "Los pacientes operados necesitan un tratamiento posterior y en Turquía no pueden recetar medicación de España. Les ofrecían productos que se pueden comprar en Amazon. Por eso, algunos pacientes veían cómo a los pocos años se les volvía a caer el pelo".
Una cuestión de impuestos
Desde la SEME, en palabras de su presidenta, Petra Vega, consideran un reflejo del respaldo que posee la cirugía turca por parte de un Gobierno "que apuesta por el turismo sanitario". "Desde 2017, ningún tratamiento lleva IVA, mientras que aquí está al 21%. Además, tienen deducciones fiscales sobre el rendimiento. Ahora mismo, la diferencia de precio es, prácticamente, impuestos". La SEME afirmó en un estudio que "el 60% de los no usuarios de medicina estética reconoce que se plantearía realizarse un tratamiento si no llevara IVA".
Además, Vega destaca la capacidad del Gobierno de Turquía para devaluar la lira, "de ahí que puedan ofrecer precios tan bajos". Aunque señala que Turquía cuenta con cirujanos muy caros, el Gobierno "los que promociona son los baratos", ya que busca captar a un público que busca precios bajos.
Recomienda a estas personas "esperar" para realizarse una cirugía en Europa, ya que "la mayoría son satisfactivas, no son claves para vivir y no son siempre satisfactorias". Además, considera que una vez regresan de Turquía, "el control no se lo hace nadie", de manera que si algo sale mal, el precio acabará siendo superior, ya que "aquí, un retoque se paga casi a precio de cirugía".
España es el octavo país que más turismo sanitario atrae en el mundo, sin embargo, la fuga de pacientes a destinos más económicos es constante y esto es algo que el sector quiere frenar. De hecho, las cifras cada vez son mejores: según la SEME, el número de centros sanitarios autorizados se ha incrementado en un 20,2% respecto a 2019 y la facturación anual ha superado ya los 3.500 millones de euros en 2021.
Yomismo
Yo a Turkia no voy ni a que me pongan un tirita.