Ciudadanos Extremadura se ha convertido en un polvorín. Desde el nuevo comité autonómico, que dirige David Salazar, se distribuyó el 16 de octubre entre los 300 militantes naranjas un documento llamado 'Manifiesto Ciudadano' en el que se critica con dureza al grupo de diputados autonómicos que nombró de forma provisional a un nuevo presidente del grupo parlamentario -Fernando Rodríguez- tras la inesperada marcha del partido el 24 de septiembre de Cayetano Polo, el referente de Cs en Extremadura en los últimos años.
Este 'Manifiesto Ciudadano' empieza con tres considerandos. El primero, que "la lealtad al partido debe ser el pilar fundamental" del funcionamiento del mismo. En segundo lugar, que todo cargo público debe su "labor orgánica" y, en su caso, institucional "a la confianza depositada por los votantes que apostaron por el proyecto" de Cs en las urnas.
Y tercero, que "la ética y la responsabilidad guían el ejercicio diario de todas aquellas personas que libremente han decidido afiliar a la organización" naranja. Tras ello, empieza la lista de reproches contra el grupo de Rodríguez, formado por cuatro de los siete diputados que Cs tiene en la Asamblea extremeña.
En la primera invectiva se subraya la "absoluta deslealtad" de este grupo -al que el vicesecretario general, Carlos Cuadrado, tildó de "díscolos" en una de sus recientes visitas a Mérida- por no aceptar las decisiones de la Ejecutiva de Arrimadas cuando se ordenó que el sustituto de Polo fuese Salazar.
La segunda queja es que el grupo de Rodríguez tuvo una "actitud contraria a los estatutos del partido", atribuyéndose "cargos no oficiales y expulsando al resto de los compañeros", entre los que se menciona al propio Salazar.
En último lugar, se censura "la actitud irrespetuosa hacia la dirección nacional y regional del partido" que han tenido los dirigentes en el punto de mira, al oponerse "a cualquier vía de diálogo para reconducir la situación".
Además, se recuerda que en la reciente V Asamblea que entronizó a Arrimadas se respaldó un modelo de organización del partido con unos nuevos estatutos aprobados por la militancia. "Cumpliendo con esos estatutos y siguiendo la voluntad de los afiliados, David Salazar es el coordinador autonómico de Ciudadanos Extremadura", se deja claro.
Con todo, lo más sorprendente de dicho 'Manifiesto Ciudadano', al que ha tenido acceso Vozpópuli en exclusiva (leer abajo), es que obliga a los firmantes a poner sus nombres y apellidos, DNI, una dirección de correo electrónico y la agrupación de Cs Extremadura a la que pertenecen. Además, a los cargos institucionales se les pide también que anoten cuál es el que desempeñan.
[singular-iframe src='https://www.scribd.com/embeds/484190090/content?start_page=1&view_mode=scroll&access_key=key-iBA9IRdybzk4Zh8xLSeT']
'Manifiesto Ciudadano&#... by Vozpopuli
Gracias a todos esos datos, Cs Extremadura -y por extensión, la dirección nacional- sabe desde hace varias semanas quién es leal a Salazar y quién no. Varios afiliados próximos a Polo han denunciado a este periódico la "campaña de deslegitimación, acoso y coacción" que han sufrido con este documento, al "forzar" a afiliados y cargos naranjas en la región a suscribir este manifiesto "en contra de la mayoría del grupo parlamentario".
Desde la dirección nacional se subraya a Vozpópuli que la iniciativa partió del propio comité autonómico, al constatar el malestar existente en buena parte de la militancia extremeña con el intento de desplazar a Salazar de la portavocía en la Asamblea regional. Y se añade que Arrimadas y el resto de miembros de la Ejecutiva "avalan y respaldan" este manifiesto ante la situación "excepcional" de que Rodríguez se haya "autoproclamado" sustituto de Polo sin contar con el visto bueno de Madrid, un hecho que le costó su inmediata expulsión de Cs.
Este diario ha podido comprobar, en conversaciones internas de los dirigentes de Cs Extremadura, que se pedía la firma del manifiesto a todos los afiliados. Así, Fernando Baselga, 'número dos' del nuevo comité autonómico, hizo hincapié en el grupo de coordinadores de las agrupaciones naranjas que dicho documento se debía "mover entre afiliados, simpatizantes y cargos institucionales y orgánicos". Es decir, a toda la red de Cs Extremadura sin excepción.
Mientras, el líder de las juventudes naranjas en la región, Alberto Fernández, distribuyó el manifiesto "interno" del partido en parecidos términos y con una advertencia que sonó a imposición. "Creo que todos debéis apoyarlo y firmarlo", subrayó.
Cuando un compañero le sugirió que quizás no era una medida con la que se tuvieran que posicionar, tal y como les había explicado María José Calderón, una de las caras más conocidas del partido en Extremadura tras su paso por el Congreso de los Diputados, la respuesta de Fernández fue aún más rotunda: "¡Somos jóvenes, pero también afiliados!".
Los acusados como "díscolos" por la dirección nacional de Cs afirman que el polémico manifiesto realiza una serie de afirmaciones "falsas". La principal, que no hubo deslealtad en la reunión del grupo parlamentario del 30 de septiembre pues la intención era nombrar portavoz a Salazar, tal y como quería la dirección nacional. Pero ni él ni otros dos diputados - Fernando Baselga y Encarnación Martín- se presentaron a la reunión al asegurar que no tenían autorización de Madrid.
Esa situación provocó que los cuatro diputados presentes tuviesen que distribuir los cargos, eligiendo por unanimidad como portavoz en la Asamblea a Fernando Rodríguez, quien había aceptado el acta de Cayetano Polo aunque no había jurado aún el cargo en el hemiciclo. En todo caso, a los pocos días se retiró el escrito, que no fue ni calificado por la Mesa, como gesto de buena voluntad y "acatamiento" de las decisiones del partido.
En busca de una salida pactada
La expulsión de Rodríguez por parte de Ciudadanos complicó una salida pactada a la crisis y ha dejado una situación inédita y de bloqueo en el Parlamento extremeño. Por un lado, él sigue sentándose en la bancada naranja, aunque ha sido dado de baja en Cs, porque los que le defienden son mayoría -4 contra 3- y, por tanto, cualquier cambio interno depende de la voluntad de los que Cuadrado llama como "díscolos".
La consecuencia de ello es que Ciudadanos no tiene en estos momentos portavoz parlamentario en la Asamblea de Extremadura y nadie puede preguntar al presidente regional, Guillermo Fernández Vara, en las sesiones de control al Ejecutivo extremeño.
En los últimos días ha habido dos reuniones entre los siete diputados para intentar un acuerdo de mínimos que supere la actual confrontación. Los cuatro diputados próximos a Polo piden que se readmita a Rodríguez dentro del partido a cambio de aceptar la portavocía de Salazar, algo que ya hicieron de facto al retirar su escrito en la Mesa, pero el equipo de Arrimadas se niega en redondo a aceptar dicha propuesta.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación