El Partido Popular ha abierto su precampaña electoral catalana con fuego graneado sobre Albert Rivera. El enemigo a batir, la diana principal en esta jugada es Ciudadanos, que puede enviar al PP al pelotón de los torpes, es decir, al de los grupos parlamentarios con menos de diez diputados en el Parlament.
Albiol es un dialéctico agrio y contundente. Después de su designación, no se demoró medio minuto para enfilar a Rivera y reprocharle que haya huido de Cataluña en un momento crucial, en el que tantas cosas hay en juego. "Yo podía haber hecho como él, coger los bártulos e irme a Madrid a que me digan lo guapo que soy, a salir en la tele, a que me aplaudan y me den palmaditas en la espalda".
Albiol, sobre Rivera: "Yo podía haber hecho como él, coger los bártulos e irme a Madrid a que me digan lo guapo que soy"
Mantener el listón de los diez diputados
Rajoy optó por elegir Albiol como candidato a la vista de los sondeos que manejaba el partido. El exalcalde de Badalona mantenía entre diez y catorce escaños de los 19 que tiene ahora en la Cámara catalana. Con Alicia Sánchez-Camacho se descendía hasta cinco o seis. Una catástrofe. Ciudadanos aparece en algunas encuestas con más de 25 escaños, un avance olímpico desde los 9 con que cuenta ahora. Y eso sin Rivera como candidato. Inés Arrimadas, su affiche electoral, está funcionando como una suplente de primer nivel, según la demoscopia.
Frenar al ciudadano Rivera es la consigna, es el objetivo. De Artur Mas y su candidatura unitaria se encargará el PP en bloque, con Rajoy al frente, que este miércoles acude a Barcelona a arropar a su candidato en su investidura como cabeza de lista electoral. Andrea Levy, recién incorporada al equipo de la 'nueva Génova', es la número dos. Una baza de futuro por si las cosas no salen bien en septiembre.
Frenar a Ciudadanos el 27S ayudará a frenarlos también en las generales. Es la máxima preocupación de Rajoy. Albiol tiene el encargo de contener la acometida de Ciudadanos, algo que ahora se antoja misión complicada. Cuenta con buenos apoyos en Genova. El equipo de Moragas está muy coordinado y engrasado. Los jóvenes vicepresidentes del PP acuden a todos los platós, no rechazan micrófono alguno. Y se emplean a fondo.
Un partido de aficionados
Javier Maroto dijo en esRadio que "no hay nadie en todo Ciudadanos que tenga mi experiencia, empezando por Rivera". Ahí duele. El partido de amateurs los llamó Rajoy en la campaña de las municipales. La respuesta desde las filas de la formación naranja llegó de Garicano, el hombre de la economía que no quiere ser diputado, quizás por razones crematísticas. "Tenemos a Conthe y a Francisco de la Torre", explicó. Ejemplo escaso e inválido. Conthe apenas pita en Ciudadanos y De la Torre es un inspector de Hacienda. Nunca ha tenido puesto orgánico ni de gestión. "No se gobierna quedando muy mono en un cartel electoral porque España no se hace desde las tertulias, con márketing y eslóganes", dijo Maroto, en directa alusión al líder de Ciudadanos.
Ni un minuto se ha tomado de respiro Albiol. Desvelado el misterio de su candidatura, la ha emprendido con Rivera, el hombre a batir. "Guapo, mono, inexperto, producto de márketing". Así van a ser los próximos dos meses. El PP se juega el primer round en el territorio catalán. Y Ciudadanos es algo más que un incómodo obstáculo.
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