De cara a las autonómicas, el panorama es mucho peor de lo que se esperaba. Casi desolador. El poder territorial alcanzado en 2011 era irrepetible, ya que nunca una formación había logrado hacerse con tantas comunidades y ayuntamientos en la reciente historia democrática. Pero la aparición rutilante de Ciudadanos barre de un plumazo las mayorías absolutas de que disfrutaba el PP en la gran mayoría de las autonomías. Sólo se salva Castilla y León, donde Juan Vicente Herrera se ha hecho fuerte y no parece tener rivales. En el resto de los gobiernos autonómicos tendrá que pelear muy duro para mantenerse en el poder. La encuesta del CIS abre la puerta a los pactos, algo ya sabido pero que ahora se plasma en forma notable. El PP pierde su absoluta en territorios tradicionalmente indiscutibles, como La Rioja, Murcia y, un dato a subrayar, también en Castilla-La Mancha, donde Dolores Cospedal se juega mucho en el empeño y podría perder el control de la Junta.
La batalla de Madrid
Madrid, tanto Ayuntamiento como Comunidad, siguen siendo plazas fuertes del PP, pero ya sin la holgura de la mayoría absoluta, que aparece cada vez más lejos. Se gana pero se necesitará llegar a acuerdos, quizás con Ciudadanos, que irrumpe como un obús. En la Comundidad Valenciana también se salvan los muebles, algo que nadie esperaba. E incluso se podría formar gobierno de coalición.
"Ciudadanos nos come por los pies", decían en Génova tras conocer los primeros datos del barómetro. "Allá donde crece el partido de Albert Rivera, nosotros retrocedemos". El PSOE, por contra, logra frenar la caída merced al retroceso de Podemos, que da un paso hacia atrás muy pronunciado. Las huestes de Iglesias reciben un severo varapalo, pese a que la encuesta se realizó antes de la salida de Monedero de la formación morada.
"Hay que frenar al ciudadano Rivera si queremos tener opciones de Gobierno en comunidades y municipios que son fundamentales para el partido", comentaba un veterano diputado ayer en el Congreso. No hay obsesión con el resultado de las generales, pero ya apenas hay tiempo para revertir la tendencia de cara a la cita de dentro de un par de semanas. Este barómetro arroja el peor resultado del PP en su historia reciente, algo que preocupa, y mucho, en el cuartel general de la formación.
Ciudadanos está haciendo las cosas bien, se piensa en Génova, en tanto que el Gobierno no ha conseguido trasladar la idea de que la situación económica empieza a reflotar. Rajoy tampoco ha llevado a cabo una renovación importante en el partido, con rostros nuevos. No ha querido arriesgar. En Castilla y León la apuesta por la experencia funciona, pero se trata de una región muy conservadora. En otros lugares de España, como en Extremadura, donde Monago no alcanza la victoria o en Baleares, donde el retroceso de Bauzá es notorio, se esperaban resultados mucho más positivos.
Desde Moncloa, pese a todo, se transmite un mensaje templado, en la línea de que después de tres años de medidas muy impopulares, el PP sigue siendo el partido más votado. Hay que tener en cuenta, recuerdan, que tanto en Cataluña, como en País Vasco o Andalucía, el partido de Rajoy se encuentra en franca retirada. Y también que el bipartidismo se mantiene a flote y que Ciudadanos se queda a casi 12 puntos del PP. El problema, concluyen, es si esta tendencia declinante se mantiene en próximas consultas o empieza ya a recuperarse el terreno perdido.
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