España

El capo que sólo perdió una vez al póquer y su hija 'rompematrimonios'

La investigación sobre el clan pone de manifiesto que sus miembros asentados en España también se regían en el día a día por las 'leyes' no escritas de la Camorra.

La operación de la Guardia Civil que ha desmantelado la estructura del 'clan Polverino' en España ha permitido constatar que los principales integrantes del mismo también aplicaban a rajatabla los códigos mafiosos en todos los ámbitos de su vida, incluido el juego y el amor. En el primero, era el propio Giuseppe Polverino, O Barone, el que se encargaba de hacer respetar la norma no escrita de que el capo 'nunca pierde'. De hecho, entre los otros cabecillas del grupo corría la leyenda de que el jefe del clan sólo había perdido en una ocasión a su gran afición, el póquer... y que el ganador de aquella partida había aparecido muerto poco después. El capo, que prácticamente no salía de casa mientras permanecía oculto en España salvo alguna vez para hacer la compra o para dar instrucciones a algunos de sus hombres, pasaba gran parte del tiempo con los naipes entre las manos.

Los hombres de Polverino comentaban que el gran capo sólo había perdido una vez al póker y que quien le derrotó apareció poco después muerto

Así, a la primera vivienda que ocupó en su larga estancia en España, un chalé de la localidad tarraconense de Coma Ruga, acudían frecuentemente Salvatore Spassiano, Luigi Mele y Ciro Manco, todos ellos detenidos en otras fases de la operación, para llevarle dinero y, de paso, jugar largas partidas de póquer con O Barone. En una conversación telefónica intervenida por los Carabinieri a María L., esposa de Spassiano, ésta se quejaba a su hijo de que Polverino obligaba a sus hombres a jugar durante horas "sin levantarse ni para comer" y que, además, le tenían que dejar ganar: "Vive de lo que les saca", aseguraba enfadada. Cuando el gran capo fue detenido por la Guardia Civil en marzo del año pasado, uno de los objetos que encontraron los agentes en el domicilio que ocupaba en Jeréz de la Frontera fue, precisamente, un 'kit' completo para este juego de naipes, incluidas fichas como las de los casinos para las apuestas.

Las relaciones sentimentales también eran otro motivo de conflicto en el seno del grupo. El propio O Barone mantenía dos familias. Una, en Italia, con su esposa Filomena S. y tres hijos mayores. La segunda, en España, donde había formado una familia con la treinteañera brasileña, Kelen Barbosa, con el que había tenido también descendencia. Ambas sabían la existencia una de la otra, pero ninguna discutía la decisión del capo. Eso sí, él también debía cumplir una norma no escrita: no reunir bajo un mismo techo a su esposa e hijos con la mujer con la que mantenía una relación sentimental estable en su refugio de la costa española. Por ello, cuando Filomena acudía a visitarle a su refugio español antes de su detención, siempre se alojaba en otra casa y nunca coincidía con Kelen.

Los líos amorosos de la hija del capo

Palma Polverino, hija del capo y detenida el martes en Italia dentro de la Operación Laurel VIII, seguía la estela de su padre y en los últimos meses protagonizaba una aventura amorosa que ha provocado tensión dentro de la organización. Palma, que viajaba frecuentemente a España, mantenía una relación con uno de los lugartenientes de su padre en España, Massimiliano D'Aria, asentado en Marbella y casado. En diversas conversaciones telefónicas intervenidas por la Guardia Civil, se escucha cómo miembros de la organización advierten a éste del peligro de sus amoríos con la hija del jefe si no se divorciaba rápidamente de su mujer. D'Aria ya había comentado a su círculo más próximo que esa era su intención... cuando fue detenido.

El novio de la hija de Polverino quiso que los agentes que le detuvieron dejaran claro que cuando fue arrestado no estaba con prostitutas

Una detención cuyos detalles no le dejaban en buen lugar frente al padre de su nueva pareja, precisamente. Cuando los agentes de la Guardia Civil entraron en el domicilio, Massimiliano se encontraba con el abogado español que asesoraba al clan, Juan García Ballester, y dos prostitutas. En el momento del arresto, el lugarteniente de Polverino recalcó a los agentes que dejaran claro en sus diligencias que cuando ellos entraron él se encontraba durmiendo sólo en una habitación y que las dos mujeres se encontraban con el otro hombre. Ser el novio de la hija del capo también se rige por leyes mafiosas.

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