Los forenses aún no pueden aclarar cuál fue la causa de la muerte de la prostituta boliviana cuyo cadáver fue hallado este martes en un piso en la calle Princesa de Madrid. Los resultados preliminares de la autopsia no señalan el origen del fallecimiento, aunque ya se ha descartado una motivación violenta, y la Policía Nacional espera ahora los análisis toxicológicos que tardarán varios días, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. El caso gira en torno a tres claves localizadas en la habitación: cocaína, insulina y la ausencia de restos en las uñas de la víctima.
El cadáver de la víctima, Ana, una prostituta boliviana de 45 años, fue localizado por sus compañeras de trabajo en una de las habitaciones del prostíbulo, ubicado en el número 3 de la calle Princesa. El cuerpo estaba desnudo. Las mujeres llamaron rápidamente al 112 alertando de que podría haber sido el objetivo del ataque de uno de sus clientes.
Las clave del 'no crimen' de la calle Princesa
Los sanitarios del SUMMA 112 solo pudieron confirmar su fallecimiento. No había posibilidad de reanimación en el cuerpo de la víctima y acudió una comitiva judicial. El Grupo VI de Homicidios y la Policía Científica se personaron en el lugar buscando pruebas. Al no percibir restos de violencia dejaron en caso en manos de la Policía Judicial de la Comisaría de Moncloa, una de las más exitosas del Cuerpo.
En la escena del dormitorio de Ana había varios elementos que llamaron la atención de los agentes, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Había restos de cocaína, las compañeras de la víctima explicaron que era consumidora. También se encontraba insulina, una hormona que se está popularizando en los últimos tiempos para perder peso entre hombres y mujeres.
Una de las claves de la inspección visual que practicaron los investigadores el pasado martes en el dormitorio de la calle Princesa fue el análisis de las uñas de Ana. No había signos de defensa ni restos de terceras personas. Este aspecto fue fundamental para avanzar que no murió a consecuencia de la asfixia.
Las inquilinas de este prostíbulo no eran conocidas por generar conflictos en el edificio, según explican fuentes policiales a Vozpópuli. Otros residentes expresan que el trajín de clientes eran constantes. Precisamente, uno de estos hombres está siendo buscado por los agentes de la Policía Nacional que revisan las cámaras de seguridad de las inmediaciones del edificio para poder identificarle.
El testimonio del último cliente
Este individuo podría ser acusado de un delito de omisión del deber del socorro. Las pruebas toxicológicas determinarán si la mujer finalmente murió por una sobredosis de sutancias estupefacientes. Si en el momento de la patología estaba acompañada se podría investigar a este sujeto. Las fuentes policiales apuntan que podría ser un hombre con pareja que decidió huir para no dejar constancia de que estaba en un prostíbulo.
Las fuentes consultadas por Vozpópuli subrayan que este entorno de la Plaza de España ya no es conflictivo como antaño cuando se reunían en este punto jóvenes radicales y violentos. No genera un quebradero de cabeza a los policías de Seguridad Ciudadana que patrullan por la calle Princesa. Este 'no crimen' generó gran alarma el martes pero la normalidad ha regresado a la Plaza de Cubos. De igual forma, se espera autorización para que el cadáver de Ana sea trasladado a su país, donde permanecen sus dos hijos a los que enviaba el dinero de ejercer la prostitución.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación