El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha dado un paso más en su compromiso con la lucha contra la migración irregular en la ruta atlántica. Este mes de diciembre, ha entregado equipamiento especializado a las autoridades senegalesas con el objetivo de fortalecer sus capacidades para prevenir y combatir las redes de tráfico de personas que operan en la región con destino a Canarias.
La entrega de material y formación a las fuerzas de seguridad senegalesas es una muestra del compromiso de España en la lucha contra las mafias que se lucran con el sufrimiento de las personas. El equipamiento proporcionado, que incluye vehículos y sistemas de movilidad aptos para zonas arenosas de playas, permitirá a las autoridades senegalesas mejorar sus capacidades de vigilancia y patrullaje en las zonas fronterizas. Según la ficha técnica a la que ha accedido Vozpópuli, la dotación de recursos, por valor de 1,7 millones de euros, generará "intercambio de conocimientos y nuevas habilidades operativas" en el marco del para el fomento de "capacidades técnicas en sus procedimientos estándar, consolidando aún más su posición dentro de los ecosistemas de lucha contra el tráfico de migrantes". Además de material técnico hay previsto hasta diciembre de 2025 dotación de otros medios preventivos contra las mafias migratorias radicadas en la República Islámica de Mauritania y Senegal.
La Policía Nacional de Senegal que dirige Abdoul Wahab Sall ha expresado su satisfacción por la entrega de material formado por vehículos y motocicletas y agradecido la colaboración de España en materia de seguridad fronteriza. El CNI tiene en África occidental un mandato de dotación y formación de agentes africanos y entrega de material. Según la Policía Nacional senegalesa la entrega de material es "fruto de la cooperación para combatir la migración irregular entre el Centro Nacional de Inteligencia del Reino de España y la Dirección General de la Policía Nacional" de ese país.
Precisamente, el recinto que fue testigo de la entrega de material por el CNI a las autoridades senegalesas, acoge al mando único de Senegal Abdou Diassé, sede de la Dirección de la Policía Aérea y de Fronteras (DPAF) y de la División Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Prácticas Conexas (DNLT) y construído por España. En África subsahariana España opera sobre temas de seguridad con un alcance geográfico muy amplio grande para "permitir a los servicios de seguridad interna de Senegal tener mejores equipos para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado y controlar y vigilar sus fronteras", según fuentes oficiales consultadas por Vozpópuli.
La presencia del CNI en África occidental en materia de cayucos a Canarias no es nueva. Si las mafias comenzaron a bombear desde Senegal y Gambia migrantes irregulares a las islas en 2003, el CNI ya había desactivado 15 redes mafiosas de tráfico ilegal de seres humanos a Canarias en 2006 evitando la salida de 7.314 inmigrantes desde las costas de ese entorno africano. El trabajo de los agentes del CNI consiste en avisar a las autoridades de los países afectados de las concentraciones de inmigrantes que van a dar lugar a salidas incontroladas desde sus costas hacia Canarias.
El ya fallecido ministro del Interior de España, el socialista José Antonio Alonso, señaló entonces que los servicios de inteligencia españoles habían "arrimado el hombro" en la lucha contra la inmigración ilegal, lo que también requirió un esfuerzo financiero. Ya Alonso aventuraba en ese 2006: "controlar el fenómeno de la inmigración se va a proyectar en el tiempo, y que vamos a estar años, años y años luchando contra la inmigración ilegal, desde perspectivas solidarias, pero dejando claro que a nuestro país sólo pueden entrar las personas que están legalmente habilitadas para hacerlo". Aquel 2006 se produjo la denominada 'crisis de los cayucos', que supuso la llegada de más de 39.000 inmigrantes irregulares a las costas españolas, la gran mayoría (31.678) a las Islas Canarias. De ese total, 16.126 eran de nacionalidad senegalesa.
Desde ese periodo, España ha alcanzado acuerdos relacionados con la cooperación en tareas de inteligencia con Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania, Senegal, Mali, Gambia, Costa de Marfil, Nigeria y Sudáfrica, Cabo Verde, Guinea Bissau y Guinea Conakry. Los acuerdos alcanzados con estos países permiten que sus respectivos servicios de inteligencia intercambien datos sobre redes de tráfico de inmigrantes y análisis sobre la evolución de los flujos, así como la asistencia en el ámbito de formación de agentes para mejorar sus procedimientos de actuación y el uso de las nuevas tecnologías de la información. En esta relación, España suministra material para mejorar las capacidades de actuación de los servicios de inteligencia africanos (medios de transporte, transmisiones, equipos informáticos y otros recursos). Una vez que los agentes del CNI disponen de información útil, se traslada fundamentalmente a los servicios del país de origen para el desmantelamiento de redes.
En términos generales, España tiene en África occidental buena imagen entre funcionarios precisamente porque Francia con su negocio financiero nunca ha permitido que entre a operar en ese mercado. Los dirigentes institucionales en la órbita de la francofonía no se fían de Francia por una cuestión que puede considerarse hasta emocional: desde el sistema educativo en párvulos o pedir una hipoteca para comprar una casa, en el día a día desde un funcionario senegalés a un vendedor ambulante de Dakar, Francia siempre está presente. En este tipo de procesos preventivos se supone que la buena química entre las personas es fundamental para el bien de las partes. El trabajo silencioso pero esencial de España ha permitido anticipar riesgos, proteger vidas y promover la estabilidad en una región marcada por la fragilidad y la complejidad.
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